Por: Eduardo Vázquez Herrera, Director de Agua Capital
El pasado 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente, cuyo foco de atención para 2021 es la Restauración de los Ecosistemas.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, la restauración de ecosistemas puede tomar muchas formas, tales como plantar árboles, reverdecer ciudades, reintroducir especies silvestres, cambiar la dieta o limpiar cuerpos de agua y las costas.
Hoy, más que nunca, es urgente y prioritario restaurar los ecosistemas dañados. Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida, y de la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y sus habitantes, así como la lucha para erradicar la pobreza, combatir el cambio climático y prevenir extinción de especies.
Nuestro país no es ajeno a esta problemática y hoy enfrenta una pérdida gradual de sus ecosistemas y la contaminación de sus ríos y lagos. De acuerdo con el Programa Nacional Forestal 2020-2024, en México anualmente se pierden hasta 128 mil hectáreas de cubierta forestal, con lo que se afecta la conservación de los ecosistemas, el ciclo del agua y la conservación de especies.
La restauración, y por tanto, la protección de los ecosistemas es un asunto prioritario y hasta urgente para el país. Es importante recordar que cuando un sistema natural se ve afectado, la disponibilidad de agua para una comunidad y los distintos usos se merma.
Se estima, que por cada hectárea de suelo considerado área de conservación o de infiltración y recarga de agua que se pierde, ya sea por cambio de uso de suelo, por invasiones humanas irregulares o por tala inmoderada de sus bosques se pierden hasta 2 mil 500 metros cúbicos de agua.
La naturaleza es el factor crítico para que el agua, como elemento integrador, contribuya a que cada persona pueda acceder a este recurso de forma asequible, justa y segura. De no atender un manejo adecuado de las fuentes de agua y limitar la sobreexplotación de este recurso, corremos el riesgo de que, en un futuro cercano, la disponibilidad de este recurso se vea severamente reducida y comprometida en zonas con gran estres hídrico, como es el caso del Valle de México y otras cuencas y regiones.
¿Por dónde empezar? Sin duda, implementando acciones de protección, conservación y restauración de las cuencas, con recursos e inversiones suficientes, planeación adecuada con visión de largo plazo que contemple los distintos escenarios de riesgo climático a los cuales no estamos enfrentando, procesos participativos que construyan una visión común, y trabajo coordinado con las comunidades de esos territorios y actores relevantes de cada región.
Según el Banco Mundial, en las próximas tres décadas, el sistema alimentario global necesitará entre un 40% y un 50% más de agua; la demanda de agua a nivel municipal e industrial ascenderá entre un 50% y un 70%, y la demanda de agua para usos energéticos se incrementará en un 85%.
De no cuidarse y restaurarse los ecosistemas, como principal fuente de agua para los distintos usos, será simplemente imposible atender esta demanda. Estos sistemas naturales son la garantía para contar con agua sufiente, como recurso fundamental para el desarrollo de las personas, las actividades productivas e impulso de primer orden para el desarrollo socioeconómico del país y sus habitantes.
Agua Capital, que es el Fondo de Agua de la Ciudad de México, ha enfocado su trabajo en el impulso de acciones basadas en el conocimiento, la ciencia y la naturaleza para atender los retos de restauración del suelo de conservación, espacio en el que se recarga el 60% del agua que se consume en la capital del país, y con ello abonar a la seguridad hídrica.
Nos sumamos en este contexto al llamado que realiza la ONU y, en el trabajo que realizamos, ponemos énfasis particular en las soluciones basadas en la naturaleza, tales como la protección de las fuentes de agua; la infiltración y recarga de acuíferos; la captación del agua de lluvia; la conservación de bosques y pastizales; soluciones integradas verdes y grises en suelo urbano, entre otras más.