/ jueves 25 de febrero de 2021

Retos de la educación con tecnologías digitales

Por Loren Cruz


Debido a la pandemia, el uso de la educación con tecnologías digitales se ha acelerado alrededor del mundo. Algunas escuelas primarias están empleando Whatsapp para enseñar a sus alumnos. Otras escuelas secundarias realizan las clases de educación física a través de Zoom. Inclusive algunas universidades han transitado hacia el uso de mecanismos de educación a distancia como FaceTime para impartir asesorías.

En este momento, el principal desafío que enfrenta la educación ya no es la falta de tecnologías para continuar la enseñanza, sino fomentar que esas herramientas sean inclusivas, accesibles, que su uso sea regulado. Actualmente, la educación con tecnologías de la información y comunicación (TIC) sigue siendo un complemento para la educación presencial.

La educación con nuevas tecnologías ha ayudado en la pandemia, pero diversos organismos internacionales continúan señalando que los efectos negativos de la interrupción escolar presencial podrían persistir a largo plazo entre los estudiantes y los países afectados. De hecho, un reciente estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indica que el costo económico que tendrán las clausuras escolares entre los estudiantes, se reflejará en pérdidas de más del 3% de sus ingresos durante el resto de sus vidas laborales.

La OCDE también señala que al agregar estas pérdidas individuales a nivel país, generarán una desaceleración del crecimiento de su PIB en al menos 1.5% (en promedio mundial) por lo que resta del siglo. Esta organización infiere que las pérdidas económicas serán causadas por la reducción de capacidades cognitivas entre los estudiantes, que son la fuerza laboral del futuro. Sin embargo, el daño total todavía no ha sido cuantificado en su totalidad, dado que los costos de las interrupciones de la educación presencial en la estabilidad motivacional y socioemocional de los estudiantes a nivel global aún son imprevisibles.

Esto no significa que la educación digital no esté teniendo éxito, sino que los esfuerzos deben ser ampliados y aplicados entre las comunidades donde todavía no se estén implementando. El Banco Mundial sigue considerando que el uso de nuevas tecnologías puede ayudar a dar continuidad en la educación de millones de niños, y recomienda que continúen los esfuerzos para cerrar las brechas digitales. No obstante, en esta tarea también es importante tener acciones sostenidas dirigidas a grupos prioritarios a quienes ofrecer internet y capacitar en su uso tanto en computadoras, como en dispositivos móviles.

Alrededor del mundo continúa siendo un reto remover las barreras de la educación digital basadas en género, estatus socioeconómico y migratorio para no dejar a nadie atrás y alcanzar a los niños y jóvenes que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad y posibilidad de deserción escolar o bajo rendimiento, incluyendo mujeres y niñas, estudiantes indocumentados, de bajos ingresos, y/o con discapacidades, entre otros. Adicionalmente, los esfuerzos de capacitación digital tienen que extenderse a sus profesores y padres o cuidadores, dado que la educación en la pandemia está siendo una responsabilidad compartida entre la escuela y el hogar.

\u0009En los esfuerzos por rescatar a toda una generación de estudiantes a nivel global, resulta también imprescindible que se adopten regulaciones en el uso de las nuevas tecnologías para fines educativos. El uso ético de las herramientas digitales que recomienda la UNICEF busca evitar una vigilancia abusiva de la vida digital de los niños, defender la privacidad de sus vidas personales desde una edad temprana, proteger sus datos y huella digital, velar por su seguridad en internet y facilitar tecnologías que sean gratuitas y de libre acceso para estudiantes y profesores.

Las principales economías mundiales ya han reconocido la importancia de las TIC para mejorar el acceso equitativo a la educación de calidad y tratar los retos sociales, culturales y económicos. Así lo expresaron los dirigentes del G-20 en septiembre pasado durante la cumbre que sostuvieron en Riad, enunciando su colaboración para atender las disrupciones en la educación, motivando la continuidad de la enseñanza para todos -especialmente los más vulnerables.

En esta tarea, las tecnologías de la información y comunicación seguirán siendo complementos vitales, mas no reemplazarán totalmente a la educación escolarizada presencial hasta que los efectos de la exposición en el desarrollo, aprendizaje y bienestar de los niños sea estudiado a profundidad y los riesgos potenciales sean mitigados. De esto dependerá la recuperación post-pandemia de la fuerza laboral de hoy y del futuro y, sobre todo, la cohesión social de la población a nivel mundial.

Asociada COMEXI

@LorenCruzS

Por Loren Cruz


Debido a la pandemia, el uso de la educación con tecnologías digitales se ha acelerado alrededor del mundo. Algunas escuelas primarias están empleando Whatsapp para enseñar a sus alumnos. Otras escuelas secundarias realizan las clases de educación física a través de Zoom. Inclusive algunas universidades han transitado hacia el uso de mecanismos de educación a distancia como FaceTime para impartir asesorías.

En este momento, el principal desafío que enfrenta la educación ya no es la falta de tecnologías para continuar la enseñanza, sino fomentar que esas herramientas sean inclusivas, accesibles, que su uso sea regulado. Actualmente, la educación con tecnologías de la información y comunicación (TIC) sigue siendo un complemento para la educación presencial.

La educación con nuevas tecnologías ha ayudado en la pandemia, pero diversos organismos internacionales continúan señalando que los efectos negativos de la interrupción escolar presencial podrían persistir a largo plazo entre los estudiantes y los países afectados. De hecho, un reciente estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indica que el costo económico que tendrán las clausuras escolares entre los estudiantes, se reflejará en pérdidas de más del 3% de sus ingresos durante el resto de sus vidas laborales.

La OCDE también señala que al agregar estas pérdidas individuales a nivel país, generarán una desaceleración del crecimiento de su PIB en al menos 1.5% (en promedio mundial) por lo que resta del siglo. Esta organización infiere que las pérdidas económicas serán causadas por la reducción de capacidades cognitivas entre los estudiantes, que son la fuerza laboral del futuro. Sin embargo, el daño total todavía no ha sido cuantificado en su totalidad, dado que los costos de las interrupciones de la educación presencial en la estabilidad motivacional y socioemocional de los estudiantes a nivel global aún son imprevisibles.

Esto no significa que la educación digital no esté teniendo éxito, sino que los esfuerzos deben ser ampliados y aplicados entre las comunidades donde todavía no se estén implementando. El Banco Mundial sigue considerando que el uso de nuevas tecnologías puede ayudar a dar continuidad en la educación de millones de niños, y recomienda que continúen los esfuerzos para cerrar las brechas digitales. No obstante, en esta tarea también es importante tener acciones sostenidas dirigidas a grupos prioritarios a quienes ofrecer internet y capacitar en su uso tanto en computadoras, como en dispositivos móviles.

Alrededor del mundo continúa siendo un reto remover las barreras de la educación digital basadas en género, estatus socioeconómico y migratorio para no dejar a nadie atrás y alcanzar a los niños y jóvenes que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad y posibilidad de deserción escolar o bajo rendimiento, incluyendo mujeres y niñas, estudiantes indocumentados, de bajos ingresos, y/o con discapacidades, entre otros. Adicionalmente, los esfuerzos de capacitación digital tienen que extenderse a sus profesores y padres o cuidadores, dado que la educación en la pandemia está siendo una responsabilidad compartida entre la escuela y el hogar.

\u0009En los esfuerzos por rescatar a toda una generación de estudiantes a nivel global, resulta también imprescindible que se adopten regulaciones en el uso de las nuevas tecnologías para fines educativos. El uso ético de las herramientas digitales que recomienda la UNICEF busca evitar una vigilancia abusiva de la vida digital de los niños, defender la privacidad de sus vidas personales desde una edad temprana, proteger sus datos y huella digital, velar por su seguridad en internet y facilitar tecnologías que sean gratuitas y de libre acceso para estudiantes y profesores.

Las principales economías mundiales ya han reconocido la importancia de las TIC para mejorar el acceso equitativo a la educación de calidad y tratar los retos sociales, culturales y económicos. Así lo expresaron los dirigentes del G-20 en septiembre pasado durante la cumbre que sostuvieron en Riad, enunciando su colaboración para atender las disrupciones en la educación, motivando la continuidad de la enseñanza para todos -especialmente los más vulnerables.

En esta tarea, las tecnologías de la información y comunicación seguirán siendo complementos vitales, mas no reemplazarán totalmente a la educación escolarizada presencial hasta que los efectos de la exposición en el desarrollo, aprendizaje y bienestar de los niños sea estudiado a profundidad y los riesgos potenciales sean mitigados. De esto dependerá la recuperación post-pandemia de la fuerza laboral de hoy y del futuro y, sobre todo, la cohesión social de la población a nivel mundial.

Asociada COMEXI

@LorenCruzS

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