/ jueves 15 de agosto de 2024

"Romper el Círculo" y la reflexión sobre la violencia

Twitter: @cons_gentil

La película Romper el Círculo lleva pocos días en la cartelera y ya ha dado mucho qué decir. Esta película llegó con una alta expectativa debido al rotundo éxito del libro homónimo en el que fue basada. El libro escrito por Colleen Hoover ha vendido más de 8 millones de ejemplares desde su publicación en 2016. Estas cifras son de la talla de autores como Danielle Steele y Stephen King, y es sumamente raro verlas hoy en día.

Esta es una historia de amor que al mismo tiempo es una historia sobre violencia doméstica y, principalmente, una historia sobre el trauma generacional. Sin duda alguna son temas extremadamente difíciles de tratar en una película de solo dos horas. Y a pesar de que logra transmitir algunos de los mensajes más importantes, la realidad es que se queda corta a comparación de la profunda reflexión y rumia mental que el libro presenta.

Uno de los aspectos más importantes que podemos rescatar es cómo el agresor puede ser quién sea. Que el agresor puede verse de cualquier manera; puede tener educación, clase, una familia atenta, valores, y, lo más importante, puede tener un profundo amor por la víctima a la que agrede. El personaje de Ryle, un neurocirujano exitoso y guapo que está haciendo un esfuerzo real por tener una relación comprometida (algo que no había hecho nunca antes) y muestra una total devoción por Lily, la protagonista de la película, es un ejemplo de ello.

Y la razón por la que Romper el Círculo es una historia extraordinaria como pocas de su especie (en términos de los libros románticos convertidos en bestsellers) es porque resalta la enorme dificultad de romper el trauma generacional con el que cargamos. Y cómo intentar hacerlo probablemente será lo más difícil que nuestra vida nos pueda presentar. Nos muestra que lo “generacional” del trauma no es casualidad, ya que pasarlo hacia adelante termina siendo lo más común porque cargar con su enorme peso y responsabilidad es algo que la mayoría no consigue hacer a lo largo de su vida. Porque literalmente nos cuesta la vida que alguna vez conocimos.

El simple hecho de reconocer la existencia del problema ya es un paso gigantesco. La película logra mostrarlo de una manera bastante original que acierta en dejar ver que solamente el hecho de lograr admitirse a uno mismo las cualidades violentas y peligrosas de la pareja ya es una hazaña.

Al mismo tiempo, la historia deja ver (y principalmente el libro) lo extremadamente difícil que es para las mujeres lograr convencerse a sí mismas de salir de estas situaciones de violencia. Deja ver lo injusto y simplista que es únicamente preguntar: “¿y por qué no solo lo deja?” ya que las situaciones de violencia doméstica casi nunca se reducen a “solo dejarlo”. Y también cómo es que el hecho de perpetuar esta narrativa revictimiza a las mujeres agredidas, pues nuevamente pone la culpa y responsabilidad en ellas en lugar de ponerlas en el agresor.

Existen muchas diferencias entre el libro y la película (como normalmente suele pasar) pero este caso quizá es especial porque la cinta no deja ver muchas de las reflexiones y conversaciones valiosas que la historia presenta y que hacen que la protagonista llegue a las conclusiones finales. Son quizá estas reflexiones las que verdaderamente logran distinguir al libro de cualquier otro similar, y la razón por la que cualquier mujer que pudiera pasar por una relación abusiva (y no solo de violencia doméstica) debería de leerlo. Especialmente porque cualquier mujer está en riesgo de estar en este lugar.