/ lunes 8 de julio de 2024

¡Se cambian usos de suelo!… de buena fe

En 2022 señalé que la entonces Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum comenzó a facilitar con acuerdos, diferentes trámites inmobiliarios, regularizando casos que prohíbe la ley.

Después de la pandemia por Covid-19, el argumento para flexibilizar y no sólo permitir, sino reconocer usos de suelo que se ocupan de forma irregular, fue la reactivación económica.

A prácticamente tres años, el tiempo ha dado la razón a los vecinos que han denunciado malas prácticas, datos erróneos y falta de supervisión por parte de SEDUVI. Me refiero a los “Certificados de Uso de Suelo por Reconocimiento de Actividad”.

Son estos certificados los que, en los últimos meses, han hecho evidente la importancia de analizar todas las solicitudes ciudadanas, y también contar con un sistema de datos inmobiliarios actualizado.

La Ley de Desarrollo Urbano, reconoce solo tres tipos de Certificados: los Únicos de Zonificación de Uso del Suelo; los de Zonificación de Uso del Suelo Digitales, y los de acreditación de uso del suelo por derechos adquiridos.

Entonces, los certificados “por reconocimiento de actividad” que esta administración inventó, no tienen fundamento en la Ley, sólo se justifican por la interpretación de un artículo transitorio de 2010, que permitía regularizar establecimientos mercantiles menores a 100 m2 solo por 2 años.

Como en otros casos, son los mismos vecinos en diferentes colonias de la Ciudad, quienes han encontrado discrepancias entre la información de la autoridad y lo que realmente ocurre en los predios donde solicitan este tipo de certificados.

Hay casos donde establecimientos mercantiles funcionan con un certificado de derechos adquiridos, y el mismo inmueble tiene un certificado por reconocimiento de actividad distinta al reconocido en el otro certificado.

Ahí el origen de la molestia vecinal, ya que ambos documentos los emite SEDUVI, sin realmente verificar los datos proporcionados, poniendo en riesgo la efímera buena reputación de los certificados por reconocimiento de actividad.

Pero además, pone en entredicho las acciones de la dependencia, pues a falta de un sistema adecuado y actualizado, parece tener desconocimiento histórico de los trámites en cada predio.

La respuesta de SEDUVI, lejos de atender el problema y reconocer el error, hace evidente que falta control en la emisión de esos documentos, y se entregaron sin mayor esfuerzo del servidor público: “partimos de la buena fe” y “El certificado queda sin efectos”

Parece broma, sin embargo es anécdota.

Nuevamente es la ciudadanía y el activismo social, lo que da equilibrio y certeza al desarrollo urbano en la CDMX, al cuidar celosamente que se respeten los usos de suelo permitidos.

Mientras tanto, SEDUVI sigue cambiando usos de suelo por toda la ciudad, argumentando la buena fe y eludiendo cualquier responsabilidad.