/ jueves 10 de octubre de 2024

Sin justicia ni seguridad

La obra maestra de la injusticia es parecer justa sin serlo

Platón

Claudia Sheinbaum y la mayoría morenista en el congreso creían que su arribo al poder implicaba la imposición y el dominio de todas las variables del tablero nacional. Sin embargo, la realidad contiene elementos que están fuera de su control.

Su reforma al sistema judicial es un mazacote sin pies ni cabeza. Además, los trabajadores no cederán fácilmente, a menos que los repriman y, seguramente, seguirán dando diversas batallas jurídicas y callejeras, potenciadas por la soberbia con la que se ha comportado la presidenta Sheinbaum.

En los circuitos de la Suprema Corte de Justicia (SCJN) también existen resistencias para la puesta en marcha de la reforma. Por ello, el gobierno ya anunció que no habrá amparo que detenga la puesta en marcha de la nueva arquitectura judicial y con la entrega de las leyes secundarias se pondrá a funcionar a todo vapor la maquinaria gubernamental, respaldada por la presidenta morenista del INE. Lo importante es tomar el Poder Judicial con los preferidos de la 4T.

En el ámbito de la seguridad pública, la estrategia que recientemente presentó Sheinbaum es la reiteración de lo que prometió AMLO: “atacar las causas” como eje primario, apostando a las transferencias directas con el añejo esquema asistencialista. Meras aspirinas sociales.

El énfasis a la “inteligencia”, que ahora se agrega, carece de solidez instrumental, puesto que la Sedena es quien posee el mejor sistema y no la Secretaría de Seguridad, que dirige García Harfuch. Los militares mandarán en el campo y en la investigación. Está claro que las fuerzas castrenses dirán cuándo y dónde se actuará, como hasta ahora ha sucedido.

Se habla de la coordinación con las entidades federativas, pero éstas carecen de recursos económicos y están a expensas de los humores del gobierno federal. Esto significa: sometimiento, no coordinación. No olvidemos que la delincuencia organizada se apropió de los territorios, los cuales fueron impuestos a los gobernadores, quienes han decidido pactar con algunas células y romper con otras. Los ejemplos de Sinaloa, Guerrero, Guanajuato, Baja California, Michoacán, Chiapas, Chihuahua, Jalisco, entre otros, lo corroboran.

En realidad, las 15 diapositivas que presentó Harfuch muestra la improvisación con la que está actuando el gobierno claudista en el tema más importante del país. Se refleja el forcep de su inventor. Gravísimo.

En síntesis, la ausencia de una política transversal y multidisciplinaria para encarar las violencias únicamente reproduce la misma ruta de Calderón, Peña y AMLO. El segundo piso de Sheinbaum es en realidad más de lo mismo, adornado con frases huecas. Sin justicia ni seguridad.

@pedro_penaloz

La obra maestra de la injusticia es parecer justa sin serlo

Platón

Claudia Sheinbaum y la mayoría morenista en el congreso creían que su arribo al poder implicaba la imposición y el dominio de todas las variables del tablero nacional. Sin embargo, la realidad contiene elementos que están fuera de su control.

Su reforma al sistema judicial es un mazacote sin pies ni cabeza. Además, los trabajadores no cederán fácilmente, a menos que los repriman y, seguramente, seguirán dando diversas batallas jurídicas y callejeras, potenciadas por la soberbia con la que se ha comportado la presidenta Sheinbaum.

En los circuitos de la Suprema Corte de Justicia (SCJN) también existen resistencias para la puesta en marcha de la reforma. Por ello, el gobierno ya anunció que no habrá amparo que detenga la puesta en marcha de la nueva arquitectura judicial y con la entrega de las leyes secundarias se pondrá a funcionar a todo vapor la maquinaria gubernamental, respaldada por la presidenta morenista del INE. Lo importante es tomar el Poder Judicial con los preferidos de la 4T.

En el ámbito de la seguridad pública, la estrategia que recientemente presentó Sheinbaum es la reiteración de lo que prometió AMLO: “atacar las causas” como eje primario, apostando a las transferencias directas con el añejo esquema asistencialista. Meras aspirinas sociales.

El énfasis a la “inteligencia”, que ahora se agrega, carece de solidez instrumental, puesto que la Sedena es quien posee el mejor sistema y no la Secretaría de Seguridad, que dirige García Harfuch. Los militares mandarán en el campo y en la investigación. Está claro que las fuerzas castrenses dirán cuándo y dónde se actuará, como hasta ahora ha sucedido.

Se habla de la coordinación con las entidades federativas, pero éstas carecen de recursos económicos y están a expensas de los humores del gobierno federal. Esto significa: sometimiento, no coordinación. No olvidemos que la delincuencia organizada se apropió de los territorios, los cuales fueron impuestos a los gobernadores, quienes han decidido pactar con algunas células y romper con otras. Los ejemplos de Sinaloa, Guerrero, Guanajuato, Baja California, Michoacán, Chiapas, Chihuahua, Jalisco, entre otros, lo corroboran.

En realidad, las 15 diapositivas que presentó Harfuch muestra la improvisación con la que está actuando el gobierno claudista en el tema más importante del país. Se refleja el forcep de su inventor. Gravísimo.

En síntesis, la ausencia de una política transversal y multidisciplinaria para encarar las violencias únicamente reproduce la misma ruta de Calderón, Peña y AMLO. El segundo piso de Sheinbaum es en realidad más de lo mismo, adornado con frases huecas. Sin justicia ni seguridad.

@pedro_penaloz

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