/ viernes 4 de agosto de 2023

Teatrikando | Anastasia, ¡no se midieron con el montaje!

¿Cómo evitar caer en los conceptos más trillados de un comentario teatral? voy a intentarlo: primero, colocarme como un niño que ve por vez primera un espectáculo de estas dimensiones y se deja avasallar por lo monumental de la propuesta.

Las voces pueden quedar divididas en dos, aquellas que me transmiten algo como dulces sentimientos, humor, desconfianza; de las otras que simplemente cumplen con su función narrativa. Los bailes y desplazamientos son en su mayoría justificados por la acción y en otros momentos se aprecian como una forma de pasar los minutos de manera agradable. Los vestidos y trajes son gratificantes a la vista y la narración temporal que se hace, la Rusia comunista que odia todo lo que huela a monarquía, sin detenerse a pensar si dejaron algo bueno por su actividad de gobierno; ante Francia libre que goza de la vida, además, asistimos a uno de los centros de diversión nocturna que lo han hecho notable.

Y así seguiría dejando pasar por mi cabeza infantil lo que acabo de ver. Un triunfo del esplendor para capturar la atención del público pequeño y el más maduro, para ver un musical exquisito, en el que la tecnología hace su aparición con un eficiente video mapping, que nos permite ver paisajes campiranos cuando van montados en el tren, las exuberantes calles de Leningrado, lo mismo que la vista de Paris a lo lejos y su puente sobre el rio Sena, que son de una belleza impresionante.

¿De las voces que podemos decir? nos ha gustado mucho la dulce voz de Mariana Dávila, la gracia y desparpajado de Carlos Quezada y la gracia con lo que hace sus apariciones Gloria Tobá, quien nos regala un recuerdo de Josephine Baker, también el señorío de Irazema Terrazas. Todos están muy bien en sus respectivos roles.

Lo importante ha sido que no nos queremos perder un instante las diferentes escenas de este clásico, que se ha abordado en el cinematógrafo en varias ocasiones, Anastasia, quien nació en 1901, apenas el siglo pasado, fue la cuarta hija del zar Nicolas II, último zar de Rusia. Tuvo desde su nacimiento el título de Gran Duquesa de Rusia. En todo cuento infantil debe aparecer una misteriosa enfermedad que le lleva a olvidar su pasado y le obliga a vivir de otra manera, también hay recuerdos de su infancia que irán brotando.

Esta historia es una leyenda que se ha contado por largos años, siempre se ha dicho que la única sobreviviente de la dinastía del último Zar de Rusia, fue precisamente Anastasia.

Esta información le va a impresionar: En Alemania, para conocer la verdadera identidad de una posible Anastasia, hubo un juicio; ha sido el más largo en su historia, inició en 1938 y fue oficialmente cerrado en 1970. Sorprendente.

Una obra que va a funcionar muy bien con el público candorosamente infantil, lo mismo con sus padres que ya la han visto en los filmes, uno de ellos estelarizado por Ingrid Bergman y Yul Brynner, en los sesentas del siglo pasado, sin embargo, esta vez el video mapping hará impresionante la experiencia.


Sería larga la lista de personas responsables de esta monumental escenificación, en que todos han cumplido bien su trabajo, que puede usted ver en los teatros Telcel, del nuevo Polanco, de miércoles a domingo. Ah, por cierto Morris Gilbert es uno de los productores.


¿Cómo evitar caer en los conceptos más trillados de un comentario teatral? voy a intentarlo: primero, colocarme como un niño que ve por vez primera un espectáculo de estas dimensiones y se deja avasallar por lo monumental de la propuesta.

Las voces pueden quedar divididas en dos, aquellas que me transmiten algo como dulces sentimientos, humor, desconfianza; de las otras que simplemente cumplen con su función narrativa. Los bailes y desplazamientos son en su mayoría justificados por la acción y en otros momentos se aprecian como una forma de pasar los minutos de manera agradable. Los vestidos y trajes son gratificantes a la vista y la narración temporal que se hace, la Rusia comunista que odia todo lo que huela a monarquía, sin detenerse a pensar si dejaron algo bueno por su actividad de gobierno; ante Francia libre que goza de la vida, además, asistimos a uno de los centros de diversión nocturna que lo han hecho notable.

Y así seguiría dejando pasar por mi cabeza infantil lo que acabo de ver. Un triunfo del esplendor para capturar la atención del público pequeño y el más maduro, para ver un musical exquisito, en el que la tecnología hace su aparición con un eficiente video mapping, que nos permite ver paisajes campiranos cuando van montados en el tren, las exuberantes calles de Leningrado, lo mismo que la vista de Paris a lo lejos y su puente sobre el rio Sena, que son de una belleza impresionante.

¿De las voces que podemos decir? nos ha gustado mucho la dulce voz de Mariana Dávila, la gracia y desparpajado de Carlos Quezada y la gracia con lo que hace sus apariciones Gloria Tobá, quien nos regala un recuerdo de Josephine Baker, también el señorío de Irazema Terrazas. Todos están muy bien en sus respectivos roles.

Lo importante ha sido que no nos queremos perder un instante las diferentes escenas de este clásico, que se ha abordado en el cinematógrafo en varias ocasiones, Anastasia, quien nació en 1901, apenas el siglo pasado, fue la cuarta hija del zar Nicolas II, último zar de Rusia. Tuvo desde su nacimiento el título de Gran Duquesa de Rusia. En todo cuento infantil debe aparecer una misteriosa enfermedad que le lleva a olvidar su pasado y le obliga a vivir de otra manera, también hay recuerdos de su infancia que irán brotando.

Esta historia es una leyenda que se ha contado por largos años, siempre se ha dicho que la única sobreviviente de la dinastía del último Zar de Rusia, fue precisamente Anastasia.

Esta información le va a impresionar: En Alemania, para conocer la verdadera identidad de una posible Anastasia, hubo un juicio; ha sido el más largo en su historia, inició en 1938 y fue oficialmente cerrado en 1970. Sorprendente.

Una obra que va a funcionar muy bien con el público candorosamente infantil, lo mismo con sus padres que ya la han visto en los filmes, uno de ellos estelarizado por Ingrid Bergman y Yul Brynner, en los sesentas del siglo pasado, sin embargo, esta vez el video mapping hará impresionante la experiencia.


Sería larga la lista de personas responsables de esta monumental escenificación, en que todos han cumplido bien su trabajo, que puede usted ver en los teatros Telcel, del nuevo Polanco, de miércoles a domingo. Ah, por cierto Morris Gilbert es uno de los productores.