/ sábado 5 de octubre de 2024

Tech trends / ¿Comprarías un auto eléctrico Mexicano?

@daguilargallego X

El reciente anuncio de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sobre la producción del primer auto eléctrico 100% mexicano, llamado Olinia, es un parteaguas para la industria automotriz del país. Este proyecto no solo representa una innovación tecnológica sin precedentes, sino que también posiciona a México como un jugador relevante en la creciente industria de los autos eléctricos, alineándose con las tendencias globales de sostenibilidad y movilidad amigable con el medio ambiente.

La industria automotriz en México ha sido un pilar fundamental de la economía nacional durante décadas. En 2023, México se consolidó como el séptimo mayor productor de vehículos a nivel mundial, con una producción de más de 3 millones de automóviles, y las exportaciones representaron más del 80% de esa producción. Las marcas internacionales han visto en el país un punto estratégico debido a su proximidad a Estados Unidos y Canadá, aprovechando los beneficios del T-MEC.

En el escenario internacional, la demanda de vehículos eléctricos (EV) ha crecido rápidamente. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), las ventas globales de vehículos eléctricos superaron los 10 millones de unidades en 2022, y se espera que para 2030, el 30% de todos los autos vendidos en el mundo sean eléctricos. En este contexto, México busca subirse a esta ola con el Olinia, que será fabricado y diseñado completamente en el país y utilizará baterías de litio extraído de yacimientos nacionales.

El uso de litio mexicano es crucial en este proyecto, ya que representa un movimiento estratégico para disminuir la dependencia de insumos extranjeros, particularmente de China, que actualmente domina el mercado global de baterías de litio. Esto no solo impulsa la autosuficiencia energética, sino que también abre nuevas oportunidades para la industria minera y tecnológica en México, dado que el litio es un recurso indispensable para la transición hacia energías limpias y la movilidad eléctrica.

Una de las ventajas estratégicas del Olinia es su potencial para ser exportado bajo los términos del T-MEC, lo que le permitiría acceder sin aranceles a los mercados de Estados Unidos y Canadá. Esto le da una ventaja competitiva significativa frente a vehículos eléctricos producidos en Asia, que enfrentan mayores costos de impuestos. Además, el proyecto se alinea con la tendencia global de diversificación de cadenas de suministro, una alternativa atractiva al nearshoring en China, que ha enfrentado desafíos debido a tensiones comerciales y restricciones en la cadena de suministro.

Esperemos que este anuncio no se quede en una buena intención y se cumpla la promesa de llevar a México a un siguiente nivel en ciencia y tecnología que debería ser el motor de crecimiento en un mundo global con un México global.


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El reciente anuncio de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sobre la producción del primer auto eléctrico 100% mexicano, llamado Olinia, es un parteaguas para la industria automotriz del país. Este proyecto no solo representa una innovación tecnológica sin precedentes, sino que también posiciona a México como un jugador relevante en la creciente industria de los autos eléctricos, alineándose con las tendencias globales de sostenibilidad y movilidad amigable con el medio ambiente.

La industria automotriz en México ha sido un pilar fundamental de la economía nacional durante décadas. En 2023, México se consolidó como el séptimo mayor productor de vehículos a nivel mundial, con una producción de más de 3 millones de automóviles, y las exportaciones representaron más del 80% de esa producción. Las marcas internacionales han visto en el país un punto estratégico debido a su proximidad a Estados Unidos y Canadá, aprovechando los beneficios del T-MEC.

En el escenario internacional, la demanda de vehículos eléctricos (EV) ha crecido rápidamente. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), las ventas globales de vehículos eléctricos superaron los 10 millones de unidades en 2022, y se espera que para 2030, el 30% de todos los autos vendidos en el mundo sean eléctricos. En este contexto, México busca subirse a esta ola con el Olinia, que será fabricado y diseñado completamente en el país y utilizará baterías de litio extraído de yacimientos nacionales.

El uso de litio mexicano es crucial en este proyecto, ya que representa un movimiento estratégico para disminuir la dependencia de insumos extranjeros, particularmente de China, que actualmente domina el mercado global de baterías de litio. Esto no solo impulsa la autosuficiencia energética, sino que también abre nuevas oportunidades para la industria minera y tecnológica en México, dado que el litio es un recurso indispensable para la transición hacia energías limpias y la movilidad eléctrica.

Una de las ventajas estratégicas del Olinia es su potencial para ser exportado bajo los términos del T-MEC, lo que le permitiría acceder sin aranceles a los mercados de Estados Unidos y Canadá. Esto le da una ventaja competitiva significativa frente a vehículos eléctricos producidos en Asia, que enfrentan mayores costos de impuestos. Además, el proyecto se alinea con la tendencia global de diversificación de cadenas de suministro, una alternativa atractiva al nearshoring en China, que ha enfrentado desafíos debido a tensiones comerciales y restricciones en la cadena de suministro.

Esperemos que este anuncio no se quede en una buena intención y se cumpla la promesa de llevar a México a un siguiente nivel en ciencia y tecnología que debería ser el motor de crecimiento en un mundo global con un México global.