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En un mundo cada día más globalizado y digitalizado, la tecnología también se convierte en una herramienta poderosa para actividades ilícitas. Ese es el caso de Zhi Dong Zhang, ciudadano de origen chino, arrestado en la colonia Lomas de Santa Fe, en la CDMX, que lideraba una organización dedicada a lavar millones de dólares para algunos de los cárteles de narcotráfico más poderosos de México, como el de Sinaloa y del Jalisco Nueva Generación. Este personaje y su red de criminales, aprovechando herramientas financieras y tecnológicas de punta, lograron evadir los radares de las autoridades durante años, blanqueando enormes cantidades de dinero con una precisión que seguro tendrá su película en los cines. Pero, ¿cómo lo logró?
Zhang no actuó en solo ni con herramientas básicas. Su estrategia de lavado de dinero fue compleja, involucrando casinos, empresas fachada, transferencias internacionales y criptomonedas. Por ejemplo, operaba un casino en Guatemala y una empresa de exportación de mariscos en Estados Unidos que, a primera vista, parecían negocios normales. Sin embargo, estos negocios servían para justificar ingresos “legales”, camuflando el origen ilícito de los fondos. A través de estos negocios fachada, Zhang logró lavar, aproximadamente, 150 millones de dólares cada año, durante muchos, muchos años, ocultando hábilmente las transacciones en el sistema bancario internacional.
Los registros de la organización de Zhang movilizaban cantidades entre 10 y 20 millones de dólares mensualmente, dinero que pasaba de cuenta en cuenta, país en país, y en múltiples monedas. Para dificultar aún más el rastreo, Zhang empleaba cuentas en China y en Estados Unidos, aprovechando las regulaciones bancarias internacionales y las diferencias en la supervisión financiera.
Las criptomonedas, la moneda digital preferida del gobierno de El Salvador y que brindan un grado de anonimato y son difíciles de rastrear, se convirtieron en una herramienta clave. Parte importante del dinero en efectivo era convertido en criptomonedas, permitiendo que los fondos cruzaran fronteras y compraran bienes
Sin embargo, la sofisticación tecnológica no es exclusiva de los criminales. Las agencias de inteligencia y las autoridades cibernéticas en Estados Unidos, China y México utilizaron herramientas avanzadas para analizar el comportamiento financiero de Zhang y su red. Equipos especializados en ciberseguridad e inteligencia financiera comenzaron a analizar patrones de transacciones internacionales y a identificar movimientos inusuales. La clave estuvo en la colaboración entre agencias de diferentes países, que compartieron información en tiempo real y cruzaron datos de cuentas bancarias, transferencias y, en algunos casos, hasta transacciones de criptomonedas. Este, es uno de los cientos de especialistas en blanqueo de dinero que utiliza el crimen organizado, la punta del Iceberg es poco con lo que falta por encontrar.