A los muertos de hambre, el sistema les niega hasta el alimento de su memoria.
Para que no tengan futuro, les roba el pasado.
Eduardo Galeano
2 Calli, 2 Casa: año de la fundación de México-Tenochtitlan según el calendario mexica. El motivo que dio lugar a esta celebración: la consagración de un mito fundacional al cumplirse la profecía del dios Huitzilopóchtli (dios colibrí o dios del sur), relativa a que el pueblo mexica debería migrar hasta asentarse en el lugar donde encontrara la señal: un águila posada sobre un nopal (tunal) devorando una serpiente.
Hecho que diversas crónicas, prehispánicas y coloniales, refieren pudo ocurrir en el espacio que hoy corresponde a la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México y que al paso de las centurias transitó sin mayor discusión, hasta que llegó un gobierno decidido a servirse de la historia antigua, la más vulnerable, para posicionarse simbólicamente en el imaginario colectivo popular de una sociedad huérfana y ávida de identidad.
Escuchemos algunas de las voces más reconocidas durante el periodo colonial abordar el tema de la datación de la fundación de México-Tenochtitlan: Hernando de Alvarado Tezozómoc, descendiente de Moctezuma Xocoyotzin, narra en su Crónica Mexicáyotl (1598) la migración mexica, su arribo al valle de Anáhuac y la fundación de Tenochtitlan en 1325: “¡Oh mexicanos, allí estará! (mas como no veían quién les llamara, le denominaron Tenochtitlan)… ¡merecimos, alcanzamos nuestro deseo!... nos hemos maravillado de donde estará nuestra población… y a causa de esto, vinieron a Temazcaltitlan en el año 2 Casa [Ome Calli xihuitl], 1325 años… de que naciera Jesucristo, nuestro Salvador, fue cuando entraron, llegaron y se asentaron, dentro del tular, y el carrizal, adentro del agua, en Tenochtitlan, los ancianos mexicanos aztecas chichimecas”, a los 262 de que partieran de Aztlan en el año 1 Pedernal. Para el Códice Mendocino y Jerónimo de Mendieta, esto sucedió en 1324; para Domingo Chimalpain, Francisco María Clavijero y Giovanni Gemelli Careri – como Tezozómoc- en 1325; para Bernardino de Sahagún y Carlos de Sigüenza y Góngora en 1327; para Juan de Torquemada en 1341; para Enrico Martínez en 1357. En el siglo XX, estudiosos como Wigberto Jiménez Moreno, Paul Kirchhoff y Nigel Davies, determinan que fue en 1345.
Recientemente, Patrick Johansson ha destacado que si bien en el año 2 Casa (1325) llegan los mexicas al espacio lacustre, aún les faltaba atestiguar el descenso del águila sobre el tunal (tenochtli), eje vertical o axis mundi del universo mexica que vinculaba al selénico “tunal telúrico-nocturno” con el “águila ígnea-solar”. Además, sostiene que a partir de ese año dio inicio el periodo “en torno al tunal” (tenochtitlan) bajo el mando de Ténoch, que llevaría a los mexicas a una micro migración de 39 años con distintas etapas: Techcatitlan, Atlacuihuayan, Acocolco, Colhuacab, Tizaapan, Mexicaltzingo, Nexticpac, Iztacalco, Tlacocomocco y Chapultepec (la más prolongada), hasta que el avistamiento del águila sobre el tunal, puso fin a su peregrinación secular, coexistiendo a partir de ese momento en su cosmovisión la dualidad religiosa: luna-sol, agua-fuego, Tláloc-Huitzilopóchtli. Era el año 1 Caña (1 Ácatl): 1363, año que también refiere el Códice Aubin y en el que, según la Crónica Mexicáyotl, el Popocatépetl comenzó a humear y murió Tenochtzin, que acaudilló a Tenochtitlan durante esos 39 años.
Eduardo Matos Moctezuma, por su parte, uno de los principales estudiosos de la historia mexica, con base en la lucha ideológica que sostenían dentro de la cosmovisión mexica la luna y el sol, ha precisado astronómicamente la fundación de México-Tenochtitlan. Para él estuvo ligada al eclipse total de sol que tuvo lugar, según cálculos del arqueoastrónomo Jesús Galindo (quien en 1321 no encontró fenómeno astronómico relevante alguno), el 13 de abril de 1325 entre las 10:50 y las 10:54 horas.
La pregunta sería: ¿es correcto declarar, sin fundamento histórico, como año fundacional de México-Tenchtitlan al 1321? No lo es. Y no porque la historia siempre sea precisa: muchas veces no lo puede ser. No lo es porque la ciencia histórica -como la jurídica y como la investigación científica en general- requiere de pruebas para alcanzar la mayor objetividad y así contrarrestar al máximo la subjetividad interpretativa, y es muy grave cuando se distorsionan los hechos históricos para servirse de ellos y se pone a la historia a los pies del poder. El que una persona, un grupo o un régimen de gobierno decidan despreciar toda evidencia y hacer añicos el rigor académico en aras de imponer “su” presunta verdad, no sólo impide a un pueblo acceder a la búsqueda de “la” verdad histórica: al irrumpir arbitrariamente en el pasado de la Nación, impide a la sociedad comprender con justeza lo que ha sido como ser colectivo y le castra para ser mejor, al conducirlo hacia la senda oprobiosa e infamante de la anti-historia, la historia a modo, la que se inventa y falsea, la que hace de la mentira oficial la más deleznable institución, al ser su misión el secuestro de la verdad.
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@BettyZanolli