Durante el gobierno de Santa Anna en el siglo XIX, se buscaron mecanismos absurdos para recaudar impuestos como tener ventanas o animales domésticos. Esta etapa de nuestra historia viene a mi mente a propósito de la intención del SAT de cobrar impuestos por ser joven.
Esta propuesta consiste en que los jóvenes, al cumplir 18 años de edad, pertenezcan al régimen federal de contribuyentes, sin embargo, me pregunto ¿Por qué van a contribuir a un régimen si no tienen actividad económica? Eso constituye terrorismo fiscal no solo para ellos sino para los padres de familia.
Quienes hemos sido estudiantes sabemos que es común abrir una tarjeta donde los padres puedan depositar un modesto recurso para los pasajes o la comida del día, imagínese que al final del año, resulte que el SAT quiera cobrar impuestos por ingresos no reportados.
Es increíble que se les quiera incorporar al régimen fiscal, cuando tenemos más de 796 mil jóvenes desempleados en el país, que están tratando de sobrevivir y vivir al día.
El grupo parlamentario del PRI votará en contra de todo lo que violente la libertad y derechos de los ciudadanos, si desean que los jóvenes sean contribuyentes lo primordial es generarles empleos dignos, que garanticen su desarrollo, apoyo para los que puedan emprender e incluir la educación financiera y fiscal desde la primaria.
Demandamos para las y los jóvenes políticas asertivas, estratégicas, que les permita enfrentar con inteligencia y determinación los retos que deben enfrentar a lo largo de su vida.