/ viernes 19 de octubre de 2018

Tesis, antitesis y síntesis

Esta semana fue muy activa para el gobierno de transición: la consulta ciudadana sobre el aeropuerto, los debates educativos y de seguridad, y muchos otros hechos noticiosos. Esto ha generado una avalancha no sólo de información, sino también de opinión pública con una tendencia, intencionada o no, de abonar al miedo y a la duda, lo cual resulta tan innecesario como irracional. Los evangelistas de la catástrofe siempre se sienten muy interesantes.

Al final del día mucho de este ruido procede del ancien régime defendiendo sus intereses, los altos costos del aeropuerto, la corrupción en la obra pública, los privilegios de grupos, a los cuales el cambio les genera incomodidad. La realidad es que estamos en un proceso de debate nacional que no se había vivido, con mecanismos de consulta que no nos son comunes, pero a los que en el mediano plazo nos tendremos que acostumbrar.

Un ejemplo de esto es la controversia ficticia entre los foros educativos y la participación de la Coordinadora, con la cual se mantiene un diálogo respetuoso y fructífero. La Coordinadora ha participado en prácticamente todos los foros de educación y hoy se construye una reforma incluyente. Hay mucho ruido que no abona a la claridad, por ejemplo, quienes apuestan a un pleito entre la Coordinadora y el gobierno de AMLO, cuando la realidad es que hay una conversación. Dialogar no es siempre coincidir, es escuchar y encontrar soluciones comunes.

En ambos casos no se apuesta a la polarización ni al enfrentamiento. Estos temas y otros más que seguramente estarán en la agenda pública se resolverán como sucede en la ciencia: una tesis, que corresponde a lo que el gobierno de López Obrador propone; una antítesis que es lo que se refuta, y la síntesis que será la realidad. Más allá de los cuestionamientos, unos atendibles, otros de caricatura, hay un futuro mejor. Lo que es un hecho es que el gobierno de López Obrador tiene claridad y dirección, pero sobre todo una brújula moral y principios.

Ningún gobernante en la historia de México había cambiado tanto la realidad sin tomar el poder, esto muestra que el liderazgo y las ideas son potentes. En las próximas semanas iniciará el nuevo gobierno y con ello se asumen retos importantes en agendas sensibles como seguridad y derechos humanos, pero también se abren posibilidades de mejora no sólo en estas aristas sino también en materia social y económica para una sociedad que exige un cambio urgentemente.

@Luis__Fernandez

Esta semana fue muy activa para el gobierno de transición: la consulta ciudadana sobre el aeropuerto, los debates educativos y de seguridad, y muchos otros hechos noticiosos. Esto ha generado una avalancha no sólo de información, sino también de opinión pública con una tendencia, intencionada o no, de abonar al miedo y a la duda, lo cual resulta tan innecesario como irracional. Los evangelistas de la catástrofe siempre se sienten muy interesantes.

Al final del día mucho de este ruido procede del ancien régime defendiendo sus intereses, los altos costos del aeropuerto, la corrupción en la obra pública, los privilegios de grupos, a los cuales el cambio les genera incomodidad. La realidad es que estamos en un proceso de debate nacional que no se había vivido, con mecanismos de consulta que no nos son comunes, pero a los que en el mediano plazo nos tendremos que acostumbrar.

Un ejemplo de esto es la controversia ficticia entre los foros educativos y la participación de la Coordinadora, con la cual se mantiene un diálogo respetuoso y fructífero. La Coordinadora ha participado en prácticamente todos los foros de educación y hoy se construye una reforma incluyente. Hay mucho ruido que no abona a la claridad, por ejemplo, quienes apuestan a un pleito entre la Coordinadora y el gobierno de AMLO, cuando la realidad es que hay una conversación. Dialogar no es siempre coincidir, es escuchar y encontrar soluciones comunes.

En ambos casos no se apuesta a la polarización ni al enfrentamiento. Estos temas y otros más que seguramente estarán en la agenda pública se resolverán como sucede en la ciencia: una tesis, que corresponde a lo que el gobierno de López Obrador propone; una antítesis que es lo que se refuta, y la síntesis que será la realidad. Más allá de los cuestionamientos, unos atendibles, otros de caricatura, hay un futuro mejor. Lo que es un hecho es que el gobierno de López Obrador tiene claridad y dirección, pero sobre todo una brújula moral y principios.

Ningún gobernante en la historia de México había cambiado tanto la realidad sin tomar el poder, esto muestra que el liderazgo y las ideas son potentes. En las próximas semanas iniciará el nuevo gobierno y con ello se asumen retos importantes en agendas sensibles como seguridad y derechos humanos, pero también se abren posibilidades de mejora no sólo en estas aristas sino también en materia social y económica para una sociedad que exige un cambio urgentemente.

@Luis__Fernandez

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