Por Dámaso Morales Ramírez
Hace unos días, la embajada de Rusia en México publicó un mensaje en redes sociales que llamó la atención: "Nos gustaría alertar sobre el lanzacohetes antitanque AT4 de fabricación sueco-estadounidense, que ha sido adquirido por uno de los cárteles mexicanos en Tamaulipas.
Este tipo de armas se envía activamente a Ucrania. Mientras Occidente continúe suministrando armas sin restricciones al régimen de Kiev y lucrando con este negocio, es posible que veamos las consecuencias de estas acciones en México".
Es importante verificar la información contenida en el tuit, ya que su objetivo es influir en la percepción y posición de México a favor de Rusia. Sin embargo, más allá de esto, debemos estar atentos a un problema complejo, multidimensional y transnacional.
La guerra en Ucrania plantea una cuestión significativa que involucra no solo a ese país, sino también a la comunidad internacional, sus organismos y actores importantes como Estados Unidos, Europa y Rusia, entre otros. Este problema se relaciona con el periodo posterior al conflicto: ¿Qué sucede con las armas utilizadas durante la guerra?
La historia nos ha enseñado lecciones claras: cada vez que termina un conflicto armado sin una política y programas claros para recuperar o registrar las armas, se produce un tráfico ilegal transnacional de armas. Esto se evidenció en las guerras de Centroamérica y en los Balcanes, donde miles de armas cayeron en manos del crimen organizado.
Los Balcanes continúan siendo una importante fuente de suministro de armas, convirtiéndose en un mercado negro para el origen y tránsito del tráfico de armas. Se ha comprobado que las armas utilizadas en el ataque contra la revista francesa Charlie Hebdo y en el atentado terrorista en París en 2015 provenían de esta región.
En el caso de México, el flujo ilícito de armas provenientes de Estados Unidos eclipsa otras realidades. En los últimos años, ha habido un aumento significativo en el tráfico de armas provenientes de Europa hacia México, abarcando una amplia variedad que va desde armas pequeñas hasta armamento letal, lo cual agrava la violencia en nuestro país.
El comercio ilícito de armas se ha vuelto cada vez más sofisticado, involucrando una extensa red de contrabandistas que operan en los mercados negros europeos, el crimen organizado transnacional, múltiples intermediarios y conexiones con otras formas de delincuencia, como el narcotráfico, que brindan logística para el tráfico de armas.
El mapa europeo diversifica la operación de varios tipos de delincuencia organizada. Se sabe que las organizaciones de tráfico de drogas mexicanas operan en países como Reino Unido, España, Bélgica y Países Bajos, y también se ha identificado que estas organizaciones trafican armas provenientes de la región de los Balcanes, donde el arsenal militar proporciona un amplio mercado negro de armas. Estas armas son posteriormente traficadas hacia México y algunas de ellas continúan su camino hacia Centroamérica.
Es por eso que la resolución impulsada por países latinoamericanos en la 65ª sesión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU en marzo de 2022 destaca los vínculos entre el tráfico ilícito de armas y el tráfico de drogas, y busca fortalecer la cooperación en este sentido.
Por lo tanto, el conflicto y el periodo posterior al conflicto en Ucrania deben ser analizados también desde la perspectiva del tráfico de armas y su relación con México. Es posible que se esté generando un nuevo arsenal militar que podría terminar en manos de las organizaciones del crimen organizado mexicano.
Por esta razón, debemos hacer uso de todos los instrumentos disponibles a nivel internacional y bilateral, y fortalecer el Estado de Derecho y la cooperación. La colaboración entre Interpol, Europol, agencias europeas y mexicanas de policía, así como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), es crucial para aumentar nuestras capacidades.
En este contexto, destaca también el Comunicado conjunto sobre cooperación entre México y la Unión Europea en el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras, el cual reconoce el creciente ingreso de armas ilegales desde Europa y fortalece la cooperación regional mediante la utilización de todos los programas e instrumentos disponibles.
En efecto, cuando nos enfrentemos a noticias como la emitida por la Embajada Rusa en México, es importante abordarlas con una perspectiva más amplia, considerando la complejidad y profundidad del problema en cuestión.
Miembro de la Unidad de Estudio del COMEXI sobre la crisis Rusia-Ucrania. Coordinador del Centro de Estudios Europeos, FCPyS-UNAM
damasomorales@hotmail.com