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Llegó este enero del 2022 y con él un segundo trienio de una administración que comenzó -como todas- con anhelos y expectativas de un México mejor por todos los ciudadanos. Una administración que debe decirse ha tenido retos muy particulares como ha sido la respuesta a la pandemia del Covid-19 de impacto mundial, en la que hoy vemos una evolución hacia una variante que se ha expandido más rápido, y aunque no es tan letal como el primer virus, lo cierto es que su nivel de contagio está poniendo en jaque políticas públicas en el planeta otra vez.
Por ejemplo, la Secretaría de Educación Pública en el primer boletín de este año exponía que se encontraban las condiciones para el regreso a clases presenciales tras el período vacacional de invierno; a reanudarse el pasado 3 de enero, de manera responsable, segura y ordenada. Y que además en las primeras semanas de la presente anualidad, en coordinación con las autoridades de Salud, locales y federal, se realizaría la vacunación de refuerzo al personal educativo.
Sin embargo, con la ola de contagios al alza distintos Estados en el país aplazaron el regreso de los niños a las aulas, por ejemplo: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Durango, San Luis Potosí, Tabasco y Chihuahua al 24 enero, por nombrar algunos.
También, la titular de esta dependencia ha convocado a la iniciativa privada y organizaciones sociales a sumarse al compromiso de mejorar la educación del país; pues un ejemplo de ello ha sido la colaboración entre esta, la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM) y Microsoft, los 1.2 millones de niños y niñas de educación básica tienen de manera gratuita acceso a los programas de esta empresa internacional, mediante el uso del correo electrónico que se abrió durante el proceso de educación a distancia, así como 90 mil maestras y maestros de la capital.
Todo esto sale a colación pues es uno de los tantos temas en los que se debe poner atención, con el llamado a la iniciativa privada de la titular de Educación es más que visible que como país funcionamos como un engranaje de distintos actores y sectores que, con mejores condiciones, el apoyo entre todos se podrá hacer más evidente.
Es importante, hoy brindar la mano al micro, pequeño y mediano empresarios con los incentivos necesarios que le permitan mantener una plantilla de trabajadores en condiciones óptimas, así como para que continúe generando empleos para padres y madres de familia que con un sustento legal y seguro les sea posible contar con las condiciones necesarias para enviar a sus hijos a las escuelas, o bien, tenerlos en casa recibiendo educación de calidad.
Es menester poner atención a las bajas de trabajadores que hubo en el Instituto Mexicano del Seguro Social y del número total de empleos que aún no se recuperan. Estamos muy a tiempo de ponernos creativos para que nuestro país siga funcionando en las mejores condiciones posibles, reflexionemos en lo aprendido durante los dos últimos años.
Hubo ejercicios que con las medidas y protocolos necesarios fueron posibles, no obstante, continuar con el lavado de manos con jabón durante al menos 20 segundos; no tocar ojos, nariz o boca sin tener las manos limpias; toser o estornudar en el antebrazo o con pañuelo desechable y colocarlo en la basura en una bolsa de plástico; así como continuar manteniendo una sana distancia con las demás personas, son las medidas básicas para continuar reincorporándonos a nuestras actividades.
No bajemos la guardia, hemos avanzado mucho y depende de nosotros que una nueva ola no paralice al país en un año tan joven y cargado de cambios.