Bajo esta consigna marcharon cientos de alumnos del CIDE, en contra de la imposición de un director, al que consideran el sepulturero de la Institución. La garra de AMLO y de la nefasta directora del Conacyt -Álvarez Buylle-, asoman las fauces para devorar al centro de estudios, reconocido por su alta calidad.
¿Cómo es posible que se tenga una fémina como esa, al frente de la ciencia nacional? Desde su llegada al cargo llovieron las críticas, por sus desplantes autoritarios, su incapacidad de conciliar a los científicos y de dar paso al avance esencial para el desarrollo.
Apareció como ángel exterminador, espada en mano, cortando -o cuando menos intentándolo- las cabezas de personalidades del sector. Sus estultas declaraciones sacaron de quicio a una comunidad de primera línea. Declaró la pseudo científica, que estaba en contra de la “ciencia neoliberal, como si la primordial disciplina pudiera encuadrarse en rubros económicos o de tintes ideológicos.
Todo ha sido agredir, mientras se sirve con cuchara de plata, como se le detectó en el renglón de “comidas”, al que dedica una cantidad exorbitante. Se comprometió a entregar ventiladores contra el Covid y a la fecha el asunto se quedó en agua de borrajas.
Se le conoce por su prepotencia, sus declaraciones, reitero, absurdas, desinformadas, falsas e incluso, mentirosas, en tanto pelea contra molinos de viento, como en este caso del CIDE.
La comunidad de la mencionada institución es pequeña, si se le compara con otros centros de educación superior, pero de una valía importantísima. Del CIDE han salido generaciones de mexicanos preparados, que se distinguen por sus sólidos conocimientos.
Ni nunca ha sido de “corte neoliberal” ni en sus aulas se ha pugnado por otro mensaje que el de la apertura y la libertad de cátedra. Universidad implica universal, lo que supone que sin esa libertad se pierde la esencia de la educación superior.
Por supuesto a AMLO y déspotas que lo acompañan, les rehierve el buche. De aquí el hacerle la vida de cuadritos a su exdirector, quien se vio forzado a renunciar. Álvarez Buylle impuso a José Antonio Romero Telleache, un individuo que surgió de su amiguismo con Lorenzo Meyer, intelectual incondicional y servil de AMLO.
Empezó por correr a Alejandro Lajous, director del CIDE en la Región Centro, sede Aguascalientes. Lo destituyó por sus críticas al Régimen, lo que habla de la intolerancia de la 4T, amén del espionaje de funcionarios a los que se les exige una incondicionalidad absoluta.
Luego se fue contra la secretaria de la Institución, la que no estuvo de acuerdo con medidas que le exigía el deleznable Romero. La corrió, a pesar de su experiencia y trayectoria. El personajillo de Marras se ha dedicado a decir que va a hacer cambios de 180 grados.
Los estudiantes y académicos no están dispuestos a esto. Dan la batalla aunque se sabe lo que supone enfrentarse al Poder. Los dejarán marchar, gritar y no les harán caso, ajenos a que puede ser el inicio de una rebelión mayor. La Universidad Iberoamericana ya sacó un manifiesto a favor de la libertad de cátedra y otros institutos seguirán apoyando a los agredidos. Al fin y al cabo, AMLO ya ha criticado a la UNAM, con la falta de sustento que lo caracteriza.
Esperemos que no se pueda concretar el asalto al CIDE; Acabar con la libertad de cátedra es propio de dictaduras y más nos vale a todos, defender este bastión.
@catalinanq