/ sábado 21 de septiembre de 2024

Voces de la frontera sur

Por Rosy Urbina

La migración en la frontera sur no es algo que sólo veamos en las noticias, es una realidad diaria en nuestros municipios y en las historias de quienes dejan su origen buscando un destino con oportunidades. Como diputada federal por los municipios fronterizos de Chiapas, sé que la migración no es pasajera. Cada día recibimos a más personas. Sus historias muestran cómo la migración transforma a quienes viajan y a nuestras comunidades, que enfrentan grandes retos para acogerles con dignidad.

En la frontera sur, los gobiernos de la 4T, con apoyo de la sociedad civil y organismos internacionales, ayudamos a migrantes que llegan buscando refugio, pero la infraestructura y los recursos no han sido suficientes. Albergues llenos y personal insuficiente hacen que los servicios sigan siendo limitados.

Además, los riesgos que enfrentan las mujeres migrantes en el sur son distintos a los del norte. En el sureste, muchas no participan en la economía formal, lo que las hace vulnerables a la explotación laboral.

Por ejemplo, en la comunidad de Suchiate, la situación es crítica. Las rutas de "coyotes" están llenas de migrantes que pagan lo poco que tienen para cruzar. María, una joven hondureña, pagó a un coyote para cruzar, sólo para acabar siendo explotada laboralmente.

Muchas mujeres quedan atrapadas en México, expuestas a redes de explotación. Cada día migran más mujeres por violencia de género, inseguridad, pobreza y cambio climático. Actualmente, el 41% de los migrantes que recibimos en nuestro país son mujeres, la mayoría entre 26 y 35 años; y el 75% de ellas viaja en compañía de su familia, es decir, al cuidado de los hijos.

México ha dejado de ser un país de paso para convertirse en destino de miles de migrantes. En su momento, como alcaldesa de Tapachula, vi cómo el flujo migratorio ponía una presión desproporcionada sobre los servicios básicos, superando nuestras capacidades. Es urgente definir políticas de integración que respeten los derechos de los migrantes y fomenten el empleo formal en igualdad.

Es necesario crear incentivos para ordenar la migración. Si los migrantes no ven beneficios al acercarse al gobierno, seguirán entrando de manera ilegal, lo que perpetúa la corrupción y los abusos.

Tampoco podemos olvidar a los niños. En Tapachula, muchas madres buscan atención médica para sus hijos tras largos y peligrosos viajes. Los niños migrantes son especialmente vulnerables por los riesgos del camino y la falta de servicios.

La migración en la frontera sur es una realidad que no va a desaparecer. Debemos actuar con políticas claras y con perspectiva de género. Es un problema que debemos atender con dignidad y responsabilidad. En mi encargo anterior, realizamos un trabajo incansable, que requiere de muchas más voluntades. Esta es una agenda que impulsaré en la LXVI Legislatura e invito a mis compañeros de bancada a unir fuerzas para atender la migración de fondo.


Diputada por Morena

@RosyUrbinaTap

Por Rosy Urbina

La migración en la frontera sur no es algo que sólo veamos en las noticias, es una realidad diaria en nuestros municipios y en las historias de quienes dejan su origen buscando un destino con oportunidades. Como diputada federal por los municipios fronterizos de Chiapas, sé que la migración no es pasajera. Cada día recibimos a más personas. Sus historias muestran cómo la migración transforma a quienes viajan y a nuestras comunidades, que enfrentan grandes retos para acogerles con dignidad.

En la frontera sur, los gobiernos de la 4T, con apoyo de la sociedad civil y organismos internacionales, ayudamos a migrantes que llegan buscando refugio, pero la infraestructura y los recursos no han sido suficientes. Albergues llenos y personal insuficiente hacen que los servicios sigan siendo limitados.

Además, los riesgos que enfrentan las mujeres migrantes en el sur son distintos a los del norte. En el sureste, muchas no participan en la economía formal, lo que las hace vulnerables a la explotación laboral.

Por ejemplo, en la comunidad de Suchiate, la situación es crítica. Las rutas de "coyotes" están llenas de migrantes que pagan lo poco que tienen para cruzar. María, una joven hondureña, pagó a un coyote para cruzar, sólo para acabar siendo explotada laboralmente.

Muchas mujeres quedan atrapadas en México, expuestas a redes de explotación. Cada día migran más mujeres por violencia de género, inseguridad, pobreza y cambio climático. Actualmente, el 41% de los migrantes que recibimos en nuestro país son mujeres, la mayoría entre 26 y 35 años; y el 75% de ellas viaja en compañía de su familia, es decir, al cuidado de los hijos.

México ha dejado de ser un país de paso para convertirse en destino de miles de migrantes. En su momento, como alcaldesa de Tapachula, vi cómo el flujo migratorio ponía una presión desproporcionada sobre los servicios básicos, superando nuestras capacidades. Es urgente definir políticas de integración que respeten los derechos de los migrantes y fomenten el empleo formal en igualdad.

Es necesario crear incentivos para ordenar la migración. Si los migrantes no ven beneficios al acercarse al gobierno, seguirán entrando de manera ilegal, lo que perpetúa la corrupción y los abusos.

Tampoco podemos olvidar a los niños. En Tapachula, muchas madres buscan atención médica para sus hijos tras largos y peligrosos viajes. Los niños migrantes son especialmente vulnerables por los riesgos del camino y la falta de servicios.

La migración en la frontera sur es una realidad que no va a desaparecer. Debemos actuar con políticas claras y con perspectiva de género. Es un problema que debemos atender con dignidad y responsabilidad. En mi encargo anterior, realizamos un trabajo incansable, que requiere de muchas más voluntades. Esta es una agenda que impulsaré en la LXVI Legislatura e invito a mis compañeros de bancada a unir fuerzas para atender la migración de fondo.


Diputada por Morena

@RosyUrbinaTap