/ domingo 3 de marzo de 2024

Ya no solo siente lo duro…

El exministro Arturo Zaldivar, desde que en la mañanera del veintiuno de febrero el presidente dejó entrever, en opinión de algunos comentaristas, que intervino “respetuosamente” en decisiones del Poder Judicial cuando don Arturo lo presidía, hecho que provocó la suspicacia de quienes vieron en su incorporación al movimiento que abandera la Cuarta Transformación como un acto de alta traición a los principios de objetividad, profesionalismo, imparcialidad e independencia con que deben conducirse los juzgadores en las sociedades civilizadas pues su investidura los convierte en sujetos obligados a cumplir con un compromiso social vital ya que sus acciones afectan a la colectividad entera.

Por su parte, el expresidente de la Suprema Corte de la Nación de inmediato rechazó haber presionado a jueces y/o magistrados para resolver en determinado sentido los casos de interés para el ejecutivo federal y que en la cercanía con su titular siempre hubo respeto a la autonomía judicial. Para sus acusadores, el argumento esgrimido pierde credibilidad ante la declaración de primer mandatario que desató la polémica pues como suele suceder en estos casos, ya salió al paso la declaración de una magistrada que afirmó haber sufrido en 2019, presiones por parte del entonces ministro presidente, lo que aviva la hoguera que “diligentemente” preparan sus críticos extremos para Zaldivar.

En este momento, desconocemos las intenciones reales del presidente al sacar a colación el comentario sobre la circunstancia que tiene tan ocupado al mundillo político mexicano, lo cierto es que echó sobre la espalda del exministro de la corte una pesada loza de la que difícilmente saldrá bien librado y que prácticamente lo anula como aliado útil de la cuatro T, no obstante, el júbilo de los muchos simpatizantes del movimiento cuando se incorporó al equipo de campaña de la doctora Claudia Sheinbaum.

Sin duda, el asunto está acaparando los reflectores en los medios de comunicación masiva, incluidas las benditas redes sociales y, según el bando al que pertenecen, se están dando vuelo con comentarios en contra pero también, en defensa del exministro presidente de la corte suprema y en estos momentos su impacto social solo podría equipararse el causado por la manifestación “en defensa por la democracia” verificada el dieciocho de febrero en el zócalo capitalino y en muchas ciudades del interior de la república.

A juzgar por los videos y fotografías de la concentración en nuestro centro histórico, conservadoramente estimo la presencia de algunos cientos de miles de personas, los organizadores soltaron la cifra de setecientos mil y la contraparte unos noventa mil, ante tal diferencia no faltó el ocurrente que aseveró con ironía que los contó el hoy jefe de gobierno capitalino, desde luego haciendo mofa de los doce mil asistentes que calculó en la denominada marcha en defensa del INE, cuando sus organizadores estimaron la presencia de alrededor de quinientos mil.

En vísperas del inicio oficial de las campañas electorales, que desde hace un rato invaden ilegalmente nuestro tiempo, junto a los temas anteriores, opacan otros asuntos considerados por la ciudadanía más importantes y urgentes de atender. Cada día los homicidios se acercan más a la clase política y amenazan con estrangular a la sociedad entera, por lo que es justo clamar:

Y de la violencia…quién se ocupa


napoleonef@hotmail.com

El exministro Arturo Zaldivar, desde que en la mañanera del veintiuno de febrero el presidente dejó entrever, en opinión de algunos comentaristas, que intervino “respetuosamente” en decisiones del Poder Judicial cuando don Arturo lo presidía, hecho que provocó la suspicacia de quienes vieron en su incorporación al movimiento que abandera la Cuarta Transformación como un acto de alta traición a los principios de objetividad, profesionalismo, imparcialidad e independencia con que deben conducirse los juzgadores en las sociedades civilizadas pues su investidura los convierte en sujetos obligados a cumplir con un compromiso social vital ya que sus acciones afectan a la colectividad entera.

Por su parte, el expresidente de la Suprema Corte de la Nación de inmediato rechazó haber presionado a jueces y/o magistrados para resolver en determinado sentido los casos de interés para el ejecutivo federal y que en la cercanía con su titular siempre hubo respeto a la autonomía judicial. Para sus acusadores, el argumento esgrimido pierde credibilidad ante la declaración de primer mandatario que desató la polémica pues como suele suceder en estos casos, ya salió al paso la declaración de una magistrada que afirmó haber sufrido en 2019, presiones por parte del entonces ministro presidente, lo que aviva la hoguera que “diligentemente” preparan sus críticos extremos para Zaldivar.

En este momento, desconocemos las intenciones reales del presidente al sacar a colación el comentario sobre la circunstancia que tiene tan ocupado al mundillo político mexicano, lo cierto es que echó sobre la espalda del exministro de la corte una pesada loza de la que difícilmente saldrá bien librado y que prácticamente lo anula como aliado útil de la cuatro T, no obstante, el júbilo de los muchos simpatizantes del movimiento cuando se incorporó al equipo de campaña de la doctora Claudia Sheinbaum.

Sin duda, el asunto está acaparando los reflectores en los medios de comunicación masiva, incluidas las benditas redes sociales y, según el bando al que pertenecen, se están dando vuelo con comentarios en contra pero también, en defensa del exministro presidente de la corte suprema y en estos momentos su impacto social solo podría equipararse el causado por la manifestación “en defensa por la democracia” verificada el dieciocho de febrero en el zócalo capitalino y en muchas ciudades del interior de la república.

A juzgar por los videos y fotografías de la concentración en nuestro centro histórico, conservadoramente estimo la presencia de algunos cientos de miles de personas, los organizadores soltaron la cifra de setecientos mil y la contraparte unos noventa mil, ante tal diferencia no faltó el ocurrente que aseveró con ironía que los contó el hoy jefe de gobierno capitalino, desde luego haciendo mofa de los doce mil asistentes que calculó en la denominada marcha en defensa del INE, cuando sus organizadores estimaron la presencia de alrededor de quinientos mil.

En vísperas del inicio oficial de las campañas electorales, que desde hace un rato invaden ilegalmente nuestro tiempo, junto a los temas anteriores, opacan otros asuntos considerados por la ciudadanía más importantes y urgentes de atender. Cada día los homicidios se acercan más a la clase política y amenazan con estrangular a la sociedad entera, por lo que es justo clamar:

Y de la violencia…quién se ocupa


napoleonef@hotmail.com