“Ya siéntese señora, mejor váyase a cuidar a sus hijos”, así me contestó un usuario de redes sociales, seguramente parafraseando aquel capítulo de los Simpson que a todos nos robó una carcajada. En este caso, se trató de una reacción machista a una publicación en la que explicaba la impugnación que presenté en contra de los resultados obtenidos en el pasado proceso electoral en Hidalgo.
Llamó mi atención este comentario, que además fue parte de un meme recurrente en mi campña, porque no me imagino que a un hombre, cuando está luchando por la justicia, alguien se atreviera a contestarle que mejor vaya a atender a su familia, se trata de una reacción que revela ese sistema patriarcal que aún debemos romper.
Muchas personas me han preguntado por qué decidí impugnar si la diferencia de votos es contundente. La respuesta es muy simple, la lucha que decidí emprender no es solo en mi calidad de ex candidata, sino de Secretaria General de mi partido, de mujer y de abogada que cree en la democracia y en la justicia, por ello, mi intención es que las autoridades electorales analicen un caso sobre el que no existen precedentes y porque no puedo faltar a la confianza de más de 340 mil personas que creyeron en mí.
Fueron cinco las ocasiones en las que el presidente de la República hizo referencia a mi persona en las mañaneras, incluso en una de ellas comentó que yo quería quitar los programas sociales, valiéndose de un video alterado. A esto se sumó la presencia de altos funcionarios haciendo campaña en el estado, el uso de la revocación de mandato en favor del candidato de morena, así como una encarnizada campaña negra llena de difamación e injurias.
¿Puede un presidente de la República intervenir en un proceso electoral?, ¿Es válido usar el micrófono más poderoso del país para difamar a una candidata?, ¿El triunfo electoral debe evitar que se resuelva sobre la guerra sucia y la violencia política de género?, ¿Que los números no nos favorezcan implica que debemos aceptar en silencio un triunfo que se obtuvo violando la ley?, ¿Debe pasarse por alto el dispendio de recursos públicos en una campaña electoral?
Estas son solo algunas de las preguntas que he puesto sobre la mesa y que el juicio de inconformidad que presenté ante el Tribunal Electoral de Hidalgo deberá responder, porque de esa resolución dependerá sentar un precedente que constituya un avance democrático y que evite que algo así vuelva a ocurrir en las elecciones del año que entra donde se disputarán las gubernaturas de los estados de México y Coahuila.
Tanto el tribunal local como en su momento la Sala Superior del Tribunal Electoral federal, tendrán en sus manos la posibilidad de emitir una resolución histórica, ya que no ha existido ninguna impugnación a un triunfo de morena en la que se pongan sobre la mesa estas conductas que han sido recurrentes en diversos estados de la República.
Esa resolución sentará las bases para contar con nuevos criterios en materia electoral e incluso para plantear una nueva reforma al sistema político mexicano en el que se consideren estas conductas, así como el uso de las tecnologías de la información en las campañas electorales.
Siempre he creído en la justicia como vía para fortalecer el avance de nuestra sociedad, por ello nunca callaré mi voz ante una injusticia porque ello iría en contra de mis convicciones y de mi propia historia de vida.