Historias de Comal | La mesa está lista

¿Hace cuánto que no comes con calma y sin ningún tipo de distracción?

Raquel del Castillo

  · jueves 18 de julio de 2019

¿Hace cuánto que no comes con calma y sin ningún tipo de distracción? Cuando yo era niña, en muchas casas de mis amigos y familia una televisión acompañaba el momento ya sea con noticias o con las caricaturas del Canal 5. Aun así había tiempo para conversar, ya sea en los comerciales o porque nos reíamos de alguna tontería que aparecía en la pantalla. Cabe aclarar que en mi casa no hubo tele en el desayunador, más bien el premio era “te lo comes todo y luego puedes subir a ver un programa”.

Ahora la distracción es mayor.

No tengo nada en contra de los celulares, pues por ahí puedo hacer la mayoría de mi trabajo y acortar las distancias con los amigos, es más hasta puedo decir que por skype he realizado comidas y descorches a distancia pese a las horas de diferencia entre México-Chile, México-California o México-San Sebastián.

Lo que me parece frustrante del uso del celular en la mesa es la enajenación de quien me acompaña, tomándole fotos a los deliciososplatillos que vamos a compartir sin tener un momento para en verdad observar la comida en tercera dimensión, detenerse a olerla y compartir algún comentario o pasar al menos el platón y tener un poco de movimiento.

Tal parece que da lo mismo ir sola al mejor restaurante del mundo que con tres personas con quien dividirse la cuenta.

Tal parece que comer en frío no importa y que los memes de perritos están más sabrosos.
¿Cuánto tiempo real convivimos en la mesa actualmente? ¿Recuerdan la última carcajada de aquel chiste durante la cena? Tal vez no, pues la foto es primero, además de los hashtags, la descripción del platillo y el clic en enviar para que nadie-nunca-nos-gane-la-imagen.

¿Hace cuánto tiempo que no comes sin tu celular?

Comer es algo humano en lo que muchas veces interfiere un smartphone.Solo asómense a un restaurante, ya sea un Tok´s, una cafetería o uno bien fifí (como diría la 4T), un porcentaje alto de los comensales tienen el celular pegado a la mano haciendo no-sé-qué. Si me ahogo con la sopa ni se preocupen, sacaré mi app para que me saque del apuro.

Los restaurantes y cafés empezaron a surgir y a tener éxito por eso, porque son el mejor punto de reunión para socializar, conversar y conocernos mejor; la comida resulta la más sabrosa convivencia.

Confieso que yo también he pecado por textear con un tenedor en la mano y por subir una que otra foto para después pagar la multa con una sopa fría, pero he cambiado. Necesito de cómplices que se rían conmigo en la mesa, que me pasen el vino y me compartan la última rebanada de pan, sólo así la comida me sabe de verdad, mi cuerpo la asimila mejor, creo un mejor registro sensorial en mi memoria y anécdotas en donde no importa si comimos unos escargots o una sopa de fideo, porque lo importante fue regresar a casa con algo que contar para cuando los tiempos se vuelvan difíciles y necesite razones para sonreír.

@Raquelpastel83