Una de las palabras más conocidas en la comida popular mexicana, es la ‘garnacha’. El término se usa para aludir a un tipo de platillos que se venden en la calle y que por lo regular van sumergidos en aceite. Se tiene la creencia de que son comestibles con pocos valores nutrimentales, pero en Aderezo nos dimos a la tarea de demostrar que sí existen los antojitos saludables, y a brindarte opciones para mantenerlos en tu ingesta diaria. “México ha sufrido en las últimas décadas una transformación en los patrones de consumo y estilo de vida. El capitalismo ha impactado en la manera de sustentarnos", cuenta la nutrióloga Mariana Félix.
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También comenta que la desinformación que se tiene respecto a la alimentación y su valor nutricional, ha hecho que se alejen cada vez más de sus raíces ancestrales y prehispánicas. Y es que las recetas tradicionales han evolucionado desde los inicios de la época colonial, pues de llevar la conocida Dieta de la Milpa (maíz, frijol, chile y calabaza), se comenzaron a usar carnes en general e ingredientes de origen animal como la manteca.
Con el ritmo de vida actual, en ocasiones es imposible cocinar o transportar alimentos, y se opta por las alternativas callejeras, que son económicas y versátiles, aunque tienen fama de no nutrir y generar sobrepeso. “El concepto ‘saludable’, es diferente para cada persona; un alimento lo es cuando cubre las necesidades energéticas, es accesible, y equilibrado. Sugiero que lleven los mayores grupos de alimentos posibles, es decir, fibra, proteína, carbohidratos y grasa”.
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Quizá el verdadero problema radica en los alimentos etiquetados, “México es el primer consumidor de ultraprocesados en América Latina y el cuarto a nivel mundial”, menciona Fernanda Alvarado del Bien Comer. Y es que el 30% de las calorías que se consumen en el país, provienen de productos y bebidas azucaradas. “La ingesta excesiva de ultraprocesados daña no solamente nuestra salud, sino también promueve la pérdida de la identidad cultural”, cuenta. Se dice que todo en exceso es malo, y aquí radica la importancia de estar informados sobre cómo mejorar la alimentación, mantener una rutina de ejercicio, y llevar todo esto de la mano con un especialista. Visita Aderezo, hallarás recomendaciones para lograr un estilo de vida sano.
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Fernanda Alvarado nutrióloga del Bien Comer sugiere acompañar los antojitos de esta manera:
- Tacos: La clave está en el contenido y con una sola tortilla que no esté frita.
Sí: Tinga, huevo, pollo, bistec, hígado, picadillo, chile relleno sin capear y cecina. Complementos como nopales, verdolagas y rajas sin crema.
No: Chicharrón, chorizo, chuleta, longaniza, cochinita, pastor, salchicha, papa y mole. Así como gratinados o capeados.
- Tlacoyos: Debido a su alto contenido de proteína vegetal, se cree que son el antojito más saludable,además, contiene vitaminas y minerales esenciales, así como antioxidantes.
Sí: De haba, requesón, frijol o alberjón. Acompáñalos con quelites o nopales.
No: Fritos, con crema o gratinados; evita los rellenos de chicharrón. - Quesadillas: Al igual que en los tacos, aquí hay que darle importancia al guiso.
Sí: Hechas al comal, de champiñones, huitlacoche, flor de calabaza, tinga (pollo o res), picadillo, rajas, carne deshebrada, requesón o quesillo.
No: Fritas y de guisados como papa con chorizo, chicharrón o sesos. Con crema. - Esquites: Además de ser el antojo de media tarde por excelencia, pueden ser nutritivos, siempre y cuando los consumas con la preparación tradicional.
Sí: Comerlos por la tarde, porque en la noche pueden provocar acidez y reflujo.
No: Agregar crema o mayonesa, y el exceso de quesos o sal.
Setadillas Doña Vero
Quesadillas fritas inspiradas en las tradicionales de sesos que venden en los mercados, pero estas son preparadas con setas y avena
Ingredientes:
1 taza de avena
2 kg de setas
1 manojo de epazote
1 kg de cebolla
2 dientes de ajo
Aceite vegetal (el necesario)
Sal al gusto
Modo de preparación:
- Picar finamente cebollas, ajos, epazote y setas.
- Colocar en agua hirviendo la avena y cocer.
- Sofreír ajo y cebolla en una cacerola.
- Incorporar setas y epazote.
- Sazonar con sal al gusto.
- Agregar avena, una vez cocidos los ingredientes.
- Machacar todo con un aplastador de frijoles para que se integren los ingredientes; quedará una pasta homogénea.
- Verificar el sabor del epazote y sal.
- Colocar una cucharada o dos de la pasta en las tortillas.
- Sellar las quesadillas con palillos de madera para que no se abran al freírlas.
- Colocar en aceite vegetal hirviendo; puedes usar freidora de aire.
Tip: Distingue el epazote del cilantro y el perejil; debe tener hojas dentadas
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