Llegar a casa, descalzarse y sentir la textura suave de un tapete en los pies, puede sonar algo sencillo y convencional. Sin embargo, este tipo de efectos pueden convertirse en experiencias sensitivas, las cuales, son estímulos con los que nuestro cerebro logra conectar para mantener calma y relajación.

Lo anterior, la ciencia lo define actualmente como sinestesia, un concepto que se relaciona con los estímulos que recibe nuestro cuerpo y mente a partir del entorno que nos rodea, como nuestra casa, espacios de trabajo u otros, donde los colores, los aromas, la luz y las texturas influyen de manera significativa en nuestro estado de ánimo y comportamiento.

“La sinestesia es una experiencia involuntaria en la cual la estimulación de una modalidad sensorial, causa una activación inusual. El origen de la palabra se remonta al término griego ‘aisthesis’, que significa ‘sensaciones juntas’, y pese a lo que se pueda pensar, es un fenómeno que todos los humanos experimentamos en cierta medida. Un ejemplo muy significativo”, dice en su tesis el psicólogo Carlos González de la Universidad de Granada.

En el diseño de interiores existe una gran variedad de estímulos que los expertos en el tema, deben tomar en cuenta previo a la planeación de algún proyecto de remodelación o creación de un espacio en específico.

Uno de estos estímulos son las texturas, las cuales, involucran la percepción táctil, visual e incluso emocional. “Entre los tipos de sinestesia que existen, algunos son más frecuentes que otros en la población. Por ejemplo, entre las más comunes se encuentran: la sinestesia grafema-color, sonidos musicales-color, géneros musicales-color y fonemas-color; por otro lado, entre las más infrecuentes están: visión-temperatura, gusto-tacto, sonido-olfato y táctil-emocional”, explica González.

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De acuerdo al experto, explorar y seleccionar texturas que se alineen con tus preferencias personales puede enriquecer significativamente el ambiente de tu hogar o espacio de trabajo.

Texturas al tacto

Los accesorios hechos de materiales naturales como lana, cashmere, abacá, bambú o seda ofrecen una gama diversa de texturas, desde lo suave hasta lo áspero. Incluso materiales como hilos con tecnología acrílica de alto rendimiento tienen una sensación diferente al tacto pero poseen una gran durabilidad y resistencia a la intemperie.

Altura del Pelo

Los textiles como tapetes, mantas o cojines son un clásico cuando de texturas se habla. Aquellos de pelo corto tienen una menor densidad por lo que suelen ofrecer una textura más firme y definida. Mientras tanto, los de pelo largo con una mayor densidad, generan mayor suavidad y comodidad.

Patrones y Relieves

Los patrones intrincados y con relieve suelen estar diseñados con diferentes niveles de altura en su superficie, creando una experiencia táctil más dinámica.

Nudos

La experiencia táctil y sensorial va ligada a las técnicas de fabricación y una parte fundamental en los textiles son los nudos tejidos artesanalmente porque contribuyen a una mayor durabilidad y belleza. Algunos ejemplos que promueve la firma The Rug Company son: Nudo tibetano, conocido por su durabilidad y densidad; nudo persa; o bien nudo Senneh que es asimétrico lo que permite una mayor densidad resultando en diseños más detallados y precisos.

Además, se encuentran el nudo turco o nudo Ghiordes, es simétrico y se utiliza para crear tapetes muy resistentes. Y el nudo español, el cual es menos común, pero también se utiliza en productos de lujo y es característico de ciertas regiones de España.