Muy poco se conoce sobre el origen del Ximbó, Hugo Lugo Serrano, uno de los herederos de la receta secreta, compartió ingredientes y anécdotas que dieron salida a este platillo joven, pues apenas cumple su 33 aniversario.
Este pollo cubierto de chile, relleno de nopales y cueritos de puerco tiene su cocimiento ancestral en horno de tierra; sin embargo, la receta comenzó a crearse desde el año 1987, aproximadamente.
Don Hugo advierte que para elaborarlo se requiere de especial cuidado en su preparación, pues un detalle hace la diferencia, “todo el mérito se lo debemos a mis padres Rodrigo Lugo Guerrero y María de la Luz Serrano García”, ambos finados, quienes lamentablemente no vieron el éxito de este platillo que ha trascendido las fronteras del municipio.
Recordó el día en el que un primo invitó a su padre a comer unos exquisitos nopales con cueritos cocidos dentro de un corazón de maguey. El sabor fue tan sabroso que enseguida se lo contó a su esposa.
Doña Lucha, como era conocida, comenzó a experimentar para iniciar el negocio familiar. Don Hugo no olvida el puesto pequeño debajo de un manteado que cubría escasas mesas para el servicio de sus primeros clientes. En ese entonces ofrecían el pollo relleno de nopales, aparte se vendían los cueritos en penca de maguey y horneados bajo de la tierra. Fue el menú durante un año con un precio de 80 pesos.
Hasta que llegó el día de fusionar el pollo enchilado, relleno de nopales y cueritos. Entonces, le aumentaron 20 pesos, manteniendo los 100 pesos a lo largo de ocho años consecutivos, “fue un exitazo. En 1992-1999 ya se vendía el pollo en penca. La gente otomí que llegaba a comprarlo nos decía que en su idioma corazón de maguey se decía Ximbó y así le dimos su nombre”.
Y es que existe una enorme gama de competencia en los alrededores que, según Don Hugo, las cantidades de cebolla, chile, ajo, tomillo, mejorana, orégano y el toque especial de la familia Lugo lo hacen delicioso.
El sabor dócil del pollo les permitió en la actualidad ofrecer una variedad según la preferencia, pues también los hay con chamorro, costilla de puerco hasta carnero, “el secreto para mantener el pollo jugoso es la temperatura del horno”, dijo al momento de evitar expresar la fórmula del chile rojo que cubre el pollo, “es el secreto de mi madre que mantendremos por obvias razones”, argumentó.
Admite es una comida laboriosa, desde la preparación del horno en la tierra, contar con carne certificada, fresca de buena calidad, como ofrecer un buen servicio, “tratamos que no se pierdan los sabores, gracias a ello seguimos compitiendo en el mercado, además, personalmente me encargo de cuidar cada detalle para ser la diferencia. Es de mucho orgullo que clientes de hace 17 años prueben el producto y me digan: el Ximbó igual de rico Hugo, igual de rico que siempre”.
Reiteró que el producto es originario de Actopan, Hidalgo, “y nosotros somos los pioneros. Mis padres nos decían que sería un buen negocio, nos pedían echarle ganas, nunca se equivocaron”, pues hoy en día El Rey del Ximbó tiene la capacidad de hacer entregas mayores a las 5 mil piezas.
“No olvido cuando el exalcalde don Chucho Luz (Jesús Luz Meneses, trienio de gobierno 1991-1994) llamó a mi mamá a la presidencia. Le dijo: Doña Lucha quiero 600 ximbós para mañana. Nosotros teníamos cinco años vendiendo promedio de entre 60 y 80. Fue un reto que logramos. Don Chucho nos dijo que todo se podía cuando se quiere. Es una anécdota muy bonita”.
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