La historia de amor entre José Carlos Vives Gómez y Dulce María Ahrend Garcés llegó a su momento más sublime con el santo sacramento del matrimonio. Sus seres queridos y amigos fueron testigos de tan especial y memorable acontecimiento, digno de un cuento de hadas.
Todo comenzó cuando a la Parroquia Santa Cruz del Pedregal arribaron los invitados vestidos con elegancia. Dulce María llegó en un auto blanco que al descender, apareció como una princesa con su vestido strapless con pedrería y faldón de vuelos, además de un sencillo velo acomodado en un peinado recogido.
Ella entró del brazo de su papá Uwe Ahrend al templo adornado con flores blancas; José Carlos ya había ingresado a la iglesia con su mamá María Guadalupe Gómez de Vives. El cortejo también lo integraban la madre de la la novia Dulce María Garcés de Ahrend y el padre del novio René Roberto Vives Vives.
La marcha nupcial corrió a cargo de una camerata y coro dirigidos por el maestro Aquiles Morales. El sacerdote Eugenio Casas Alatriste Urquiza recibió a los novios en el altar. Posteriormente se escucharon las Santas Escrituras como el Génesis con pasajes alusivos al amor en pareja, lecturas que los novios escogieron para sellar su unión.
El religioso, dijo a los ahora esposos que aunque algunas de las situaciones que enfrentarán juntos no serán fáciles, serán con valores como el respeto y la tolerancia con los cuales podrán vencer cualquier adversidad. Después, se cumplieron los ritos como la entrega del anillo y el lazo de boda.
Al término de la ceremonia religiosa los asistentes se trasladaron al Jardín de eventos Santa Fe, lugar en que se ofició el acto civil, donde la jueza 35 dijo a los recién casados que la comunicación es la base de todo el entendimiento y con ella podrán a salir adelante. Al ser declarados oficialmente como marido y mujer, los contrayentes brindaron con champagne con sus familiares y amigos más cercanos con la felicidad impresa en el rostro.
Dulce y José Carlos fueron novios por seis años y ahora cumplieron su sueño de casarse con la fiesta de ensueño. Meses antes a Dulce le fue entregado el anillo de compromiso de manera sorpresiva.
En la celebración hubo juegos pirotécnicos, música y la cena de cuatro tiempos que fue degustada por todos los presentes mientras las notas del jazz acompañaban la velada. El baile no se hizo esperar con un repertorio de música de los 80 y el festejo terminó a altas horas de la madrugada. Los novios partieron de luna de miel a Asia.