En Sonora, la celebración de los matrimonios tiene un estilo convencional y similar a los festejos que se realizan en otras partes del país, incluso del mundo, donde la novia se viste de blanco, mientras que el novio utiliza un traje elegante y se lleva a cabo la típica ceremonia religiosa, principalmente por la iglesia católica.
Sin embargo; en el norte del país, una de las celebraciones que tienen una mayor conexión con tradiciones ancestrales y que mantiene vivos los rituales es la boda tradicional de la etnia yaqui, una ceremonia llena de simbolismos y color.
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Si bien en la actualidad las parejas que deciden unir sus vidas en matrimonio están más familiarizadas con las tradiciones europeas, del vestido blanco, el traje y la fiesta, dentro de la tribu yaqui aún se trata de mantener los usos y costumbres, por lo que generalmente se realizan bodas mestizas; es decir, que tienen los elementos de la boda tradicional, para luego integrar la cultura de la etnia.
Un par de generaciones atrás, los padres del novio y los padres de la novia realizaban un acuerdo matrimonial sin que estos se conocieran primero, pues lo que buscaban era llegar a un buen trato que resultara favorable para ambos.
Con el paso de los años, esta costumbre se ha dejado atrás, pues los jóvenes disfrutan primeramente de un noviazgo, para luego decidir dar el gran paso.
Los padres del novio son quienes toman la iniciativa y fijan una fecha para acudir a la casa de la novia, para realizar la pedida de mano. Ese día se dedica exclusivamente a dicha reunión, y los padres de los jóvenes se reúnen solos, aunque en ocasiones también están presentes los abuelos o personas mayores de la familia, que son consideradas como las personas más sabias.
Durante la conversación, se acostumbra a tomar un sorbo de vino o bacanora, dependiendo lo que tenga la familia, por cada acuerdo al que se llegue, pues los padres de la novia buscan que su hija sea protegida y se le dé buen sustento, mientras que los padres del novio piden que también el joven sea atendido por su esposa como se merece.
Con cuetes y vino
Al finalizar esa reunión, se fija la fecha cuando se llevará a cabo la ceremonia tradicional, y se lanzan tres cuetes al aire, para anunciar que se llegó a un acuerdo favorable entre ambos padres.
Luego de ello se busca a los padrinos, que suelen ser los padrinos que bautizaron a los jóvenes cuando aún eran pequeños. Nuevamente, cuando se realiza el acuerdo con los padrinos se toma un sorbo de vino. Al finalizar dicha reunión, tanto los padrinos como los padres del novio y de la novia, intercambian las botellas de vino, quedándose el padrino con la botella de los padres de su ahijado o ahijada, y viceversa.
Después de eso, cada padrino deberá buscar a un anciano que conozca bien las leyes y tradiciones de la etnia, quien fungirá como abogado a la hora de realizar la ceremonia. Por su parte, este abogado buscará a un ayudante, al que se le conoce como "Moro Oficio", que es quien se encargará de buscar a los pascolas y los músicos que habrán de participar en la ceremonia de unión. Una vez que se realizan dichos acuerdos, nuevamente se lanzan tres cuetes al aire para anunciar que la segunda fase ha concluido satisfactoriamente.
Segunda fase antes de la boda
Tanto en la casa de la novia, como la del novio y la casa de los padrinos, hay una ramada, que es donde se lleva a cabo el protocolo. Los padrinos del novio se reúnen con el abogado en su ramada y posteriormente se trasladan a las casas del novio de la novia, respectivamente, donde hablan nuevamente con los padres y toman a los novios para llevarlos a su casa a que se vistan. Por otro lado, en la casa del novio, que es donde se llevará a cabo la ceremonia completa, los pascolas y los músicos se encuentran en festejo desde muy temprano.
¿Qué se ofrece en la boda?
De acuerdo con la tradición, se les ofrece bebida y tabaco a los músicos, y luego se les colocan listones de colores, ya sea en el cuerpo o en su instrumento musical, ya sea el arpa o el violín. Al Moro Oficio también se le colocan listones, pero estos serán de forma cruzada en su pecho.
Mientras se encuentran en dicho festejo, los padrinos de la novia, así como sus familiares, llegan hasta la ramada del novio, y la joven es entregada con canastas de tamales, como muestra de madurez, lealtad, unión y compromiso. La novia es recibida en la cruz principal de la casa, que es también conocida como Kus testiko, y posteriormente se le lleva al interior de lo que será su nuevo hogar.
Para la tribu yaqui, la comida es un factor muy importante en toda celebración, por lo cual desde muy temprano se reúnen en la casa del novio para realizar una cantidad inmensa de comida, pues debe alcanzar para todos y para todo el tiempo que dure el festejo. Los platillos principales que hacen gala en dicha celebración son el wakabaki, que es un guisado de carne de res cocida en caldo con distintas verduras; también está presente la famosa carne con chile, frijoles, atole de maíz, tortillas de agua, entre otras cosas.
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La celebración se lleva a cabo durante toda la noche, con comida, música, danzas tradicionales y demás rituales que permanecen vivos dentro de la cultura de la etnia.
Publicado originalmente en El Sol de Hermosillo