Con 11 enormes esculturas de madera, cartón y papel de leones, ciervos, pájaros y camellos, que en su interior guardaban a las modelos, fue como inició la presentación de la nueva colección de alta costura de la firma parisina Chanel, que se presentó en el Grand Palais Éphémère.
Trajes cortos del clásico tweed de la casa, vestidos-abrigos, guantes, botas con cordones, capas, faldas plisadas, chaquetas cruzadas y otras con cola, camisas de esmoquin, lentejuelas y shorts muy cortos, son algunas de las prendas que propone la directora creativa Virginie Viard.
En cuanto a los vestidos y monos todos fueron creados en telas ligeras, con transparencias, volantes, plisados, tirantes finos y encajes repintados, en su mayoría todos están confeccionados en tul de seda, tafetán y organza. Algunas prendas están estampadas con bordados inspirados en el mundo animal y las icónicas camelias, las favoritas de Gabrielle Coco Chanel.
El responsable de crear las esculturales fue Xavier Veilhan, quien por tercera ocasión trabaja para la casa de moda, creando imponentes escenarios y que comenzó a diseñar en el apartamento de Gabrielle Chanel en el 31 de la rue Cambon.
“Para su tercera participación, le pedí que reinterpretara el bestiario e incorporara su propio estilo, todo el universo de bordados de la colección está volcado hacia el mundo animal.”, explicó Virginie.
Como ya es tradición en este tipo de desfiles para la firma fundada en 1910, la pasarela culminó con un vestido de novia bordado con golondrinas y un velo que cubre la cara.
Carlota Casiraghi aparece en front row
La hija de Carolina de Mónaco, reapareció en público tras los fuertes rumores de un tercer embarazo, y aunque todavía sigue siendo un secreto a voces y ningún integrante de la familia real ha confirmado la noticia, Carlota, disimula un vientre abultado que ya la hace ver más robusta.
Fue durante el desfile de la maison, de la cual es embajadora desde el 2020, cuando asistió enfundada del característico look de la casa, un traje tweed en rosa con cuadros blancos, pantalón de corte recto y un saco abrochado, que dejaba entre ver una blusa blanca básica.
Combinó con unos botines de tacón ancho con detalles de pedrería, su bolso fue un diseño icónico de Chanel en fucsia. Para cubrirse del invierno parisino agregó un abrigo largo negro que lució sobrepuesto en los hombros.
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