No hay nada que pueda distraer a Ness al estar admirando los colores de un ave; la naturaleza lo inspira, al igual que el arte, pero sobre todo la música. Decidió estudiar negocios internacionales en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), aunque en vez de hacer la tarea de su carrera, prefería leer revistas de moda y acudir a museos, por lo que sabía que algo estaba pasando dentro de él y lo quería expresar.
De eso ya han pasado diez años. Fue el estilismo de moda donde encontró su verdadera vocación, pero no egresó de ninguna escuela. Su poder de asombro es infinito y quiso plasmarlo en foto, creando producciones únicas, diferentes y disruptivas que llevaran su sello, pero sobre todo, su pensamiento y admiración hacia la estética.
Actualmente es uno de los estilistas de moda más cotizados; lo solicitan las celebridades y las más importantes editoriales de México, pues ha trabajado para las revistas Flesh Magazine, Fancy Magazine, Nido, ambas de Nueva York, además de Vanidades, Eres, Open y Caras.
Susana Zabaleta, Regina Orozco, María José, Mía Rubín, Andrea Legarreta, Vanessa Claudio y María Ibarra son algunas de las celebridades a las que les ha diseñado una imagen.
Sin embargo, asegura que no es un rockstar:
“Jamás imaginé que iba a lograr tantas cosas. Hace diez años, después de estudiar negocios internacionales en el IPN, me di cuenta de que no me apasionaba, que quería hacer algo en el mundo de la moda, no pude estudiar diseño, y me convertí en autodidacta, nadie me enseñó, sé cortar, coser y diseñar pero nunca estudié al respecto. Veía muchas revistas de moda, iba a muchos museos y un día me di cuenta que existía el estilismo de moda y me encantó, me hace muy feliz”, dice Ness, cuyo nombre real es Néstor.
En su Instagram muestra sus mejores creaciones que impactan a los más expertos del diseño. Fotografías llenas de teatralidad, efectos dramáticos que provoca a través del maquillaje, el peinado y la ropa que en ocasiones pareciera que fuera extraída de otros mundos creados a partir de la fantasía y de su imaginación.
“La puedo denominar una estética dark, neo punk o happy pop, pero no hay una razón de ser específica, aprendí a mi manera, junto con el fotógrafo Iván Aguirre, que para mí es el mejor de México; hemos hecho una dupla creativa única, que hizo que me diera cuenta que no era el único loco en este ámbito”, confiesa.
Dice que es la ropa la que lo lleva a crear imágenes fuera de lo normal, y que sus prendas llegan a ser de lo más radical y excesivo.
“Soy maximalista. Soy apasionado del color, es lo mío, sin embargo he realizado producciones con un solo tono, el nude. Hago historias con las que puedas sentir algo, y que te cuenten algo; hay fotos bonitas, pero yo no las hago, yo hago fotos que te transmiten a través de la ropa. Vendo fantasía a través de mi trabajo”.
La moda ha sido una herramienta que ha usado para expresarse y decir muchas cosas de sí mismo, “la moda ha empoderado a mucha gente. Si estás deprimido, la moda te ayuda a sentirte bien, es un estandarte, una armadura que te protege”.
El stylist piensa que México en términos de moda, “somos muy conservadores no estamos preparados para vestir como visto a las modelos de mis sesiones, sin embargo, yo me pondría cada uno de los looks que uso para fotos, pero prefiero usar negro y el animal print, para mí es un color; todo mi trabajo es algo que yo usaría sin ningún problema.
“No hago styling para mí, el tiempo se te va en pensar otras cosas. Nunca he vestido ni a mi mamá ni a mi abuela; a mi hermana la vestí el día de su boda. Me encanta vestir a las personas, me gusta reinterpretar su personalidad y darles lo que quieren”.
Lo retro también es parte de su inspiración. “La moda de los 90 es algo que me llama mucho la atención. Pero hay algo que me interesa mucho y es la moda mexicana, siempre ocupo lo local y lo consumo, a los diseñadores nacionales les falta mucha difusión y hay que apoyarlos, ¿cómo lo hacemos? Comprándoles”.
Maximalista irreverente, un vestido formal con Converse, eso es para él crear un estilo, “tienes que ver las personalidades y lo que quieren decir. Me inspiro en lo que me pasa en el día a día, cada editorial habla de mí, de las etapas de mi vida, no trabajo por lana, me encanta hacer lo que hago.
“Cuando vestí a la cantante Ana Bárbara para el programa La Academia, de donde fue jurado, pensé en que mi estilo no era grupero, ni vaquero, pero creé un look con el que no se viera disfrazada, es una celebridad que tiene una esencia y la gente la identifica así y no la puedes cambiar, tienes que seguir una línea con tu estética interpretado hacia ella, por eso tienes que conocer a la persona, somos guardianes de ellos”.
Explica que, para lograr la imagen de la cantante, tuvo que ponerse en su lugar. “Cuando ponía su música yo me imaginaba cuál sería la ropa que me pondría yo, entonces me veía cantando, creé looks de alfombra roja, lo difícil fue encontrar ese estilo entre el de ella y el mío.
“Finalmente, logré un total look con trenzas, vestido de látex rojo y unos tacones de punta. Y es que lo que tenemos en la mente es una ilusión, pero antes que todo, debes usar lo que te queda, no uso tendencias, las conozco, pero no me apego a ellas, si se usa todo de rosa no me visto de rosa, sino lo contrario a éste”, dice.
Cambiar la imagen a lo que estamos acostumbrados a ver, es uno de sus objetivos principales. “No pienso en lo obvio, sino en lo más allá de lo evidente, mezclo estampados y colores, creo combinaciones que no son usuales. Las aves son una gran inspiración, obtengo combinaciones de ellas, si ellas lo portan en su pelaje, es porque así debe ser, hasta te dan las proporciones en la paleta de color: Un tanto de verde, un tanto de rojo…”.
Afirma que actualmente a las personas se les ha olvidado mirar hacia otros lados por culpa del celular y de las redes sociales. “Ya no ven al frente, ni a los lados, ni arriba, por eso es que se pierde el poder de asombro, afortunadamente yo no lo he perdido, y siguen apareciendo cosas en mi vida, puedo ver un jarrón y de ahí tomar las forma, el color, las texturas. Me encanta todo tipo de arte”.
En este tema incluye a la figura femenina. “Independientemente de mi condición, el cuerpo de las mujeres me encanta, son como diosas, las glorifico en cada sesión, son como muñecas. De niño compraba Barbies, no para jugar sino para vestirlas.
“He vestido a Regina Orozco una mujer de talla grande, pero todos vamos a encontrar un tipo de belleza diferente, procuro verle lo bonito de las cosas, si encuentro un cuerpo diverso me adapto, busco que la gente se sienta cómoda”.
Personajes excéntricos como Amanda Lepor o Dita Von Tees son la referencia perfecta de la marca que De Luna ha creado y que lleva por nombre House of the Luna.
“Ellas son iconos de moda, no les cambiaría nada, esa es mi estética: Labios en rojos, delineados, pero con algunas artistas. Es como Susana Zabaleta, ella es burlesque, son personajes característicos que no los puedes cambiar, son todo mi estilo”.
“He vestido a quien he querido vestir y he publicado donde he querido publicar, pero me gustaría vestir Florence and The Machine y en mis planes también está la actriz Eiza González, lo lograré algún día”, destaca.
Lee también otros contenidos de #Soy ⬇️