París, Francia.- El fotógrafo de moda alemán Peter Lindbergh, conocido como el "padre" del fenómeno de las supermodelos, falleció a los 74 años, dejando un inmenso legado de icónicas fotografías en blanco y negro.
Nacido en Polonia en 1944, Lindbergh colaboró con numerosas revistas a lo largo de su prolífica carrera, como Vogue, Vanity Fair, Harper's Bazaar y The New Yorker. Estuvo detrás de muchas campañas publicitarias, así como de varias ediciones del famoso calendario Pirelli, la última de ellas en 2017.
"Considerado como un pionero en su arte, supo redefinir la fotografía de moda contemporánea y sus estándares de belleza sublimando a las mujeres de todas las edades", según un comunicado enviado por su familia, en el que no se precisa ni el lugar ni las circunstancias de su muerte ocurrida el martes.
En su cuenta de Instagram, un mensaje anunciaba paralelamente su fallecimiento, con una fotografía en blanco y negro de un estudio vacío.
A sus 74 años, Lindbergh seguía activo y muy recientemente fotografió a la cantante española Rosalía para la revista Vogue España.
Participó además en la edición británica de septiembre de la prestigiosa publicación, un número coordinado por Meghan Markle y en el que inmortalizó a varias celebridades, desde la actriz Salma Hayek hasta a la joven defensora del medioambiente sueca, Greta Thunberg.
"Retoco muy poco mis imágenes, no quiero deformar ni masacrar a las mujeres", explicó hace unos años el fotógrafo fascinado por la "geografía" de los rostros, frente a un auditorio de estudiantes.
Lindbergh saltó a la fama en los años 1990, cuando modelos como Cindy Crawford, Naomi Campbell, Claudia Schiffer y Kate Moss se convirtieron en figuras que rebasaron los límites del mundo de la moda.
En sus imágenes en blanco y negro, muy granuladas, las modelos adoptaban una actitud un tanto rebelde, mientras eran mostradas sin artificios, con una belleza desnuda.
"El blanco y negro es otra manera de reflejar la piel. Con este salta a la luz el menor detalle y la foto se convierte rápidamente en un retrato", indicó en una ocasión a la publicación francesa Paris Match.
La revolución de 1988
Su revolución llegó con una fotografía de 1988 en la que varias modelos, entre ellas Linda Evangelista, posaron para Lindbergh en la playa de Malibú, Estados Unidos, luciendo una simple camisa blanca y el pelo recogido, algo que rompió con los cánones de la época.
"Esta debería ser la responsabilidad de los fotógrafos hoy en día: liberar a las mujeres, y a todo el mundo al fin y al cabo, del terror de la juventud y la perfección", reza un tuit suyo destacado de su cuenta oficial de Twitter, de abril de 2018.
Retrató a modelos y famosos de todas las edades. En el calendario Pirelli de 2017, antaño conocido por sus fotografías eróticas, retrató a estrellas del cine mundial, entre ellas Charlotte Rampling, Nicole Kidman, Penélope Cruz y Uma Thurman.
"No soy fan de los bikinis", dijo en aquella ocasión Lindbergh. "Están desnudas pese a estar vestidas", agregó.
Lindbergh creció en Duisburgo, en el oeste industrial de Alemania, después de que su familia huyera de su país natal cuando era un bebé.
Se apasionó primero por la escultura y el cine alemán de entreguerras y estudió en la Academia de Bellas Artes de Berlín, antes de empezar a colaborar como fotógrafo en la revista Stern junto a grandes nombres como Helmut Newton y Guy Bourdin. Se instaló en París en los años 1970.
Lindbergh estaba casado en segundas nupcias con Petra. Tenía cuatro hijos y siete nietos, según el comunicado de la familia.