La Semana de la Moda en Milán no sólo es una plataforma dedicada a las marcas de lujo, sino también un escaparate para diseñadores emergentes.
Recientemente, en el recinto histórico Chiostri di San Barnaba de Milán, el Fashion Global Collective, llevó a cabo un evento donde diseñadores, tanto emergentes como establecidos, pudieron exhibir sus creaciones más recientes.
El colectivo es una expansión de la Semana de la Moda de Vancouver, cuyo objetivo principal es crear una red de apoyo a diseñadores de diferentes partes del mundo para aumentar la presencia de su marca a nivel global.
La presentación del evento fue una interesante fusión de colores, texturas y culturas, con seis marcas compartiendo el mismo objetivo: revitalizar sus tradiciones y promover la sostenibilidad.
En una sola pasarela se presentaron periodistas e influencers de moda internacionales como Faloshade Adeyemi, Enoch Adeyem, Josip Grabovac entre otros, quienes mantienen su apoyo a la iniciativa y el diseño emergente.
La marca italiana Ghaziani, fundada por los hermanos Ali y Hirad Ghaziani, destaca por la combinación de la modernidad y la artesanía italiana, ofreciendo prendas atemporales y de alta calidad. La colección evoca una sensación de nostalgia, pero con un toque de modernidad que las hace relevantes para el presente. La versatilidad y el diseño cuidadoso de las piezas permiten que sean adecuadas para cualquier ocasión.
Además, la marca se compromete con la sostenibilidad, utilizando materiales 100% naturales como cachemira, lana, seda y algodón. La producción, en su mayoría, se lleva a cabo en Italia, con una parte adicional realizada en Canadá, lo que refuerza su compromiso con la calidad y la ética en la fabricación.
La marca francesa Coco Creation, se distingue por su compromiso total con la sostenibilidad y la ética en la moda. Fue fundada por Joanie Ecuyer bajo la filosofía: “Tenemos uso exclusivo de telas y materiales reciclados, y la práctica del upcycling en todas las colecciones.” Esta dedicación al slow fashion (moda lenta) y sin residuos, la posiciona como un referente de innovación y conciencia en la industria, demostrando que la creatividad y la responsabilidad ambiental pueden ir de la mano hacia un futuro más sostenible.
Por su parte, Tripleroot, busca reinventar los fundamentos de la moda a través de una amplia selección de prendas que fusionan lo formal con opciones de combinaciones versátiles. Dirigida a mujeres jóvenes y dinámicas, sus diseños destacan por su simplicidad, elegancia y contemporaneidad, al ser confeccionados con materiales sustentables.
La marca tiene el objetivo de aspirar y potenciar la confianza y la autoestima de quienes la visten, y al mismo tiempo potenciar la producción sustentable.
Dentro de la gran diversidad cultural del proyecto, destaca la participación de Sanjukta Dutta, diseñadora de la India y fundadora de Sanjukta’s Studio, quien sobresale por su habilidad para fusionar las tradiciones de su país, destacando la seda asamés. Su pasión por el arte la ha llevado a explorar diferentes regiones en busca de inspiración.
Anteriormente trabajó en el PWD del Gobierno de Assam por 10 años, pero su verdadera pasión siempre fue la moda. Con el objetivo de preservar su herencia, Dutta expresó: "Mi sueño siempre fue revitalizar nuestras tradiciones y el uso del telar, trascendiendo la moda para salvaguardar la riqueza cultural de la India”.
Para ella, la vestimenta es una expresión de la identidad y la historia de cada individuo, reflejando la diversidad y profundidad de las tradiciones del país. Dentro del grupo de creativos también aparece la polaca Patrycja Plesiak, una apasionada diseñadora con maestría en arte, con experiencia de más de diez años en vestido de mujer. Plesiak presentó una colección que fusiona moda y tecnología.
La experta crea sus propios tejidos, incluyendo jacquard y malla, cuyos cortes destacan la feminidad de la silueta. La variedad de acabados en los materiales, como mate, brillo y transparencia, sorprendió al público. La paleta de color se basa en azul eléctrico, rojo y lima, combinados con negro y blanco. Además, utiliza LEDs y componentes electrónicos en accesorios.
El talento va de Polonia hasta Japón, de donde es originario Munetaka Yokoyama quien fundó su marca homónima en 1963. Con más de 60 años de experiencia en la confección de trajes a medida de alta calidad, su empresa ha llegado a ser proveedora de trajes y ropa formal para clientes de alta gama.
“En Japón, durante más de 20 años, la creencia general era que sería extremadamente difícil ganar popularidad con un diseño como el esmoquin”, dijo Yokoyama; sin embargo perseveró explorando la sastrería japonesa. Inspirado por su historia y herencia utiliza los colores, siluetas y texturas para crear prendas sastres contemporáneas tanto para hombres como para mujeres.
Hoy en día, se ha convertido en uno de los diseñadores más destacados de su país y es reconocido como un verdadero líder del ámbito empresarial. En 2018 estableció la Asociación de Cultura de Ropa Formal de Japón con el objetivo de seguir la expansión y promoción de sus tradiciones.