Tras más de dos meses de estar en medio de la polémica y la crítica después de acudir a la Met Gala de Nueva York, usando el mítico traje de Marilyn Monroe, al cual, presuntamente causó un daño irreparable, Kim Kardashian rompió el silencio y negó tales acusaciones.
“No puse en riesgo este icono de la historia de Estados Unidos ni lo rompí, como muchos han asegurado”, dijo Kardashian al diario Today presentando imágenes que, según la empresaria, lo demuestran.
Afirmó que fue uno de los retos más fuertes de su vida, ya que nunca había bajado de peso tan rápido e incluso poner en riesgo su salud, solo para la ocasión.
“Tuve que hacer una estricta dieta logrando perder siete kilos con la ayuda de expertos que estuvieron pendientes del proceso en todo momento. Me presenté a la alfombra roja en bata y zapatillas, me puse el vestido en la parte inferior de la alfombra y subí las escaleras. Probablemente lo tuve puesto durante tres o cuatro minutos. Luego me cambié en la parte superior de la escalinata” recordó.
Según el sitio TMZ, el vestido de Marilyn Monroe está valuado en 114 mil dólares. Fue diseñado en 1962 por el francés Jean-Louis. La casa de subastas Christie's lo vendió en 1999 por primera vez, en más de un millón de dólares, y es parte del patrimonio de la famosa actriz quien fuera todo un símbolo sexual de su época.
“Respeto a Marilyn. Entiendo cuánto significa este vestido para la historia de Estados Unidos y con el tema de la Met Gala, siendo estadounidense, pensé que portarlo era más estadounidense que Marilyn Monroe cantando Happy birthday al presidente de los Estados Unidos”, explicó.
Eliminar por completo los azúcares y los carbohidratos comiendo sólo proteínas y vegetales fue como la socialité logró adelgazar, pero después del gran evento difundió en sus redes fotografías comiendo una pizza: "Chicos, no he tomado carbohidratos o azúcar durante casi un mes. Tres semanas seguro. Esta pizza... ¡Estoy tan emocionada".