En el cambiante panorama de la alta moda, la consolidación de firmas de diseño independientes, se ha convertido en una tendencia notable; esto podría representar una amenaza para marcas como Prada, o importantes grupos como LVMH y Kering, que han absorbido marcas icónicas y con ello su identidad.
Conscientes de esta dinámica, Miuccia Prada y Patrizio Bertelli, los líderes visionarios del grupo Prada, están decididos a preservar su ADN único y sobre todo su herencia familiar formando un plan de sucesión, en el que Lorenzo Bertelli, su hijo mayor de 36 años, asumirá gradualmente las responsabilidades de la empresa.
Con una sólida formación en diversas áreas de la empresa, Lorenzo ha acumulado una valiosa experiencia práctica en las operaciones diarias en las unidades de marketing y sostenibilidad y sobre todo, un liderazgo con una visión clara del futuro.
La sucesión en Prada no es sólo una cuestión de propiedad, sino también de preservar el prestigio familiar. Para Miuccia o “La Signora” la empresa representa su legado, siendo una herencia de su abuelo Mario Prada, quien fundó la empresa en 1913. Sin embargo, su visión fue la que transformó a la compañía en una de las casas de moda italianas más grandes de la industria.
Este cambio simboliza un poderoso mensaje de individualismo frente a las grandes empresas que al adquirir el sello de las marcas, centralizan el control en ciudades como París, Nueva York o Londres.
La consolidación de marcas de lujo italianas bajo conglomerados internacionales como LVMH y Kering ha generado implicaciones significativas, absorbiendo la esencia de casas como Gucci, Bottega Veneta, Valentino, Fendi, Loro Piana y Moncler.
Aunque la mayoría de sus productos continúan fabricándose en Italia, esta tendencia representa tanto una pérdida como un riesgo para el país.
La toma de decisiones estratégicas y operativas se desplaza a otras capitales, lo que plantea interrogantes sobre el futuro del sector del lujo italiano y su capacidad para mantener su identidad y competitividad a nivel global.
Prada, por su parte, se mantiene como una marca independiente, ajena al dominio de las multinacionales. Como parte de la estrategia de garantizar la continuidad del estilo y su filosofía, Miuccia ha transferido la propiedad de casi todas sus acciones a sus hijos.
Lorenzo recibió el 50.5 por ciento de su holding Ludo SpA, mientras que su hermano menor, Giulio, recibió el resto, a pesar de no trabajar actualmente en la empresa. Por otro lado, su padre Patrizio Bertelli, el cerebro de la expansión industrial de la empresa, mantiene el control total de su inversión, pero apoya firmemente la estrategia de sucesión.
Para asegurar una transición fluida, Prada ha implementado una estrategia integral que incluye la incorporación de figuras clave como Raf Simons como co-director creativo desde el 2020, un nuevo equipo directivo liderado por Andrea Guerra (CEO) y Paolo Zannoni (vicepresidente), y una estructura organizativa rediseñada, donde Prada y Miu Miu funcionan como unidades independientes.
Este plan de sucesión garantizará la continuidad del enfoque visionario de Prada en la economía, así como su liberación en la dirección creativa. Honrará constantemente la emblemática visión de Prada y su habilidad para colaborar con las generaciones más jóvenes, lo que ha sido esencial para el éxito de la marca. Mantener esta dinámica será crucial para su progreso en el futuro.