¡La gabardina regresa con todo! Conoce la historia y resurrección de un clásico atemporal

El uso de esta prenda ha trascendido épocas, estilos y clases sociales. Actualmente continúa como un símbolo de sofisticación y funcionalidad

María Muñoz Rivera / EFE

  · martes 12 de noviembre de 2024

Esta prenda también ha dejado huella en el mundo del cine / EFE

Desde su origen en el siglo XIX hasta su resurgimiento en las pasarelas y las calles de las principales capitales de la moda, la gabardina ha dejado una marca indeleble en la historia del vestuario.

La capacidad de esta prenda para adaptarse a diferentes estilos y épocas la ha convertido en una prenda atemporal. Ha sido reinterpretada y confeccionada de diferentes formas por las casas de lujo, más importantes del mundo, desde Burberry y Dior hasta Balenciaga y ha dejado huella en la pantalla grande como parte de emblemáticas escenas interpretadas por Audrey Hepburn (“Breakfast at Tiffany’s”) Humphrey Bogart (“Petrified Forest”).

Ha sido reinterpretada por las casas de moda más importantes del mundo / EFE

En el mundo de la moda ha sido un elemento básico del guardarropa de personajes como Gigi Hadid o Chiara Ferragni, manteniendo en el tiempo su estatus como símbolo de funcionalidad y sofisticación.

Desde siluetas clásicas en beige con los cuadros insignia de Burberry, hasta modelos redefinidos como las realizadas en caqui con cinturón de hebilla de la firma Lili Sidonio, las gabardinas siguen en el gusto de los más fashionistas, quienes la usan sin importar la temporada del año en la que se encuentren.

El origen de la gabardina, entre moda y funcionalidad

La historia de esta prenda se remonta a la Inglaterra del siglo XIX, una época marcada por grandes avances industriales y militares. Fue en 1879 cuando el químico y empresario británico Thomas Burberry, fundador de la firma Burberry, patentó el tejido que revolucionaría el diseño de la prenda: el tejido gabardina.

Esta tela era ligera pero resistente, impermeable y transpirable, lo que la hacía ideal para la vida al aire libre, en particular para quienes trabajaban bajo condiciones meteorológicas adversas o estaban sometidos a climas de lluvias constantes gracias a sus propiedades resistentes al agua.

La innovación de Burberry residía en el tratamiento que aplicaba a los hilos de algodón o lana antes de tejerlos, lo que permitía que el tejido fuera resistente al agua sin perder su transpirabilidad, convirtiendo la prenda en una opción diferente y altamente demandada.

Originalmente concebida para los agricultores y pastores ingleses que necesitaban ropa que los protegiera del clima impredecible, la gabardina rápidamente atrajo la atención del Ejército británico, que adoptó la prenda para sus oficiales durante la Primera Guerra Mundial.

Así nació el ‘trench coat, o ‘abrigo de trincheras’, un término que derivaba directamente de su uso en las trincheras del frente de batalla. Este diseño militar incluía detalles funcionales, como cinturones con hebillas de metal y bolsillos grandes, para poder ajustar la prenda al cuerpo y portar munición.

La prenda ofrecía a los soldados la protección necesaria contra la lluvia y el barro, a la vez que mantenía la movilidad y una apariencia elegante. Con el tiempo, los elementos militares se mantuvieron en el diseño civil de la gabardina, convirtiéndola en un ícono atemporal de estilo.

La gabardina en la cultura popular: De Humphrey Bogart a Audrey Hepburn

El paso de la gabardina de prenda funcional a prenda de moda se dio en gran parte gracias a su presencia en la cultura popular, especialmente en el cine. Durante la década de 1940, Humphrey Bogart la popularizó en películas como “Casablanca” (1942).

Su personaje, “Rick Blaine”, la llevaba como símbolo de misterio y dureza. La imagen de Bogart, con su gabardina beige y su sombrero fedora, quedó inmortalizada como el arquetipo del detective o héroe romántico de cine negro catapultando esta prenda hacia ventas masivas.

Unos años después, en la década de 1960, Audrey Hepburn contribuyó a redefinir la gabardina desde una perspectiva femenina en “Breakfast at Tiffany’s” (1961). La escena final de la película, donde Hepburn corre bajo la lluvia vestida con una gabardina, se ha convertido en una de las imágenes más icónicas del cine.

Más allá del cine, otras figuras de la cultura popular adoptaron la gabardina y la integraron a su imagen pública. En los años 70, la actriz Catherine Deneuve contribuyó a la popularidad de este complemento con su estilo chic parisino. En el ámbito musical, David Bowie también la usó, demostrando la versatilidad de la prenda.

Aunque la gabardina se asocia comúnmente con su versión clásica, su presencia en la moda del siglo XXI no ha dejado de evolucionar. Diseñadores de renombre y marcas de lujo continúan reinterpretándola para nuevas generaciones, manteniendo los elementos tradicionales, pero incorporando detalles innovadores.

Figuras como el director creativo de Burberry, Riccardo Tisci, han jugado un papel clave en la evolución de la gabardina. Bajo su dirección, la casa de moda británica ha mantenido la relevancia de la prenda a través de colecciones que respetan la tradición de la gabardina con cortes asimétricos, estampados llamativos y nuevos materiales.

Ha sido parte del guardarropa de celebridades por décadas / EFE

Otra diseñadora que ha hecho de la gabardina una pieza central de sus colecciones es Stella McCartney, famosa por su enfoque sostenible en la moda. McCartney ha rediseñado la gabardina utilizando tejidos ecológicos, como el algodón orgánico y materiales reciclados.

En cuanto a celebridades actuales, nombres como Meghan Markle, Rihanna y Kanye West han sido fotografiados llevando gabardinas de lujo, consolidando aún más el estatus de la prenda como un básico moderno al que se suman Kaia Gerber, Gigi Hadid, Kendall Jenner o Chiara Ferragni.

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Si bien Burberry sigue siendo la marca más asociada a la gabardina, otras firmas de moda de lujo y diseñadores emergentes también han contribuido a su reinvención. Marcas como Dior, Balenciaga y Celine han incluido versiones actualizadas en sus colecciones recientes.

Su historia surge a partir de la Primera Guerra Mundial / EFE

Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior, ha jugado con cortes geométricos y capas de encaje, añadiendo un toque romántico y moderno a la prenda; por su parte Balenciaga, bajo la dirección creativa de Demna Gvasalia, la ha reinterpretado con un enfoque más urbano y conceptual.

Gvasalia ha experimentado con formas exageradas y proporciones poco convencionales, llevando la prenda más allá de sus límites tradicionales. Estas versiones modernas no sólo buscan mantener la elegancia de la prenda original, sino también adaptarla a las nuevas exigencias de la moda de alta costura.

Celine, bajo la dirección de Hedi Slimane, ha optado por una versión más fiel a los orígenes de este complemento, con diseños que evocan la estética de los años 70, pero con un aire moderno de cuellos pronunciados y cortes ajustados, creando una prenda perfecta para el armario de cualquier amante de la moda clásica.