El gótico sigue de moda… Otra vez. Esta combinación de arte, moda y pensamiento tiene que ver con los éxitos recientes como el de la serie Wednesday, los libros del inolvidable Carlos Ruíz Zafón, o tendencias de moda virales como el novedoso “soft goth” o “goth chic”.
Incluso videojuegos como Blasphemous II o Diablo IV beben de su influencia.Y es que, a pesar de que a muchos se les venga a la cabeza como una tribu urbana de jóvenes vestidos de negro con extravagantes maquillajes y actitud siniestra, el gótico va más allá de la estética.
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Un ejemplo lo encontramos en la serie de The Fall of the House of Usher, de Netflix, inspirada en la obra de Edgar Allan Poe y dirigida por Mike Flanagan. A su estreno, se unen los de Lies We Tell o los planes de Guillermo del Toro para una nueva adaptación de Frankenstein.
Ni las telenovelas turcas, tan de moda, escapan de esa influencia, Criatura (Yaratilan), recién estrenada en Netflix, también se inspira en la obra de Mary Shelley.
Y es que esta subcultura, que se popularizó desde finales de los años 70 y principios de los 80, ha regresado una vez más. Ya lo ha hecho varias veces, y uno de sus últimos momentos álgidos fue en los 2000.
Este nuevo “boom” que se ha vivido a través de series como The Essex Serpent, Chapelwaite y Penny Dreadful: City of Angels también ha tenido su crecimiento a nivel de ávidos lectores.
“En los últimos años la literatura de este género (terror y gótica) está en auge”, explica Chelo, youtuber del canal Moonlight Books, quien aclara que “también lo están la fantasía y la ciencia ficción”.
Particularmente, explica que “la literatura gótica destaca principalmente por su atmósfera: que esa novela, tenga o no un componente sobrenatural, te haga sentir como si estuvieras atrapada en el palacio de un vampiro o como si hubiera un fantasma acechando en las sombras”. Porque “también suele existir una maldición y suele haber presencia de lo sobrenatural”.
Pero, insiste, “lo más importante es la atmósfera”. Es por esto que “las historias góticas ocurren en lugares tenebrosos como castillos en ruinas, cementerios, monasterios y calles neblinosas, lo que contribuye a la creación de esa atmósfera oscura y opresora que es tan característica del género”, dice.
Literatura, cine y series, música, videojuegos y por supuesto la moda, dan cuenta de la cultura oscura que sigue en auge, y cuyo éxito se incrementa en fechas cercanas al Día de Muertos y Halloween
Cuestión estética
“El factor estético es el que influye en mayor medida al gótico y no tanto al terror en sí”, en una diferenciación entre ambos géneros: “todo este tipo de películas y series tienen muy pensado su aspecto visual que deja una impresión duradera en nuestras mentes”.
Así, “el gótico cuida mucho la estética de forma que los lugares u objetos puedan llegar a considerarse como otro personaje en la historia. Pero también lo hace a modo de contraste”.
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Más allá de la ficción, este regreso del gótico está afectando también a la estética: las principales tiendas de ropa, desde Lefties o Primark hasta Shein, lanzan colecciones de ropa y merchandising inspiradas en series y películas de aire gótico y las redes sociales se llenan de jóvenes enseñando sus looks y maquillajes más “goth”.
Pero Chelo ve lo positivo de todo esto: “con este auge de la subcultura tenemos más libros, películas, series, ropa y complementos de nuestro gusto al alcance”. Y es que “puede que solo sea una moda y que dentro de un par de años desaparezca lo gótico en pos de una estética más futurista, ¿quién sabe?”, admite.
