El Salón Internacional de la Alta Relojería celebró su 15 aniversario del 19 al 21 de octubre en el Hotel St. Regis de la Ciudad de México. Esta feria se ha convertido en los últimos años como la más importante de Latinoamérica dentro de su ámbito, ofreciendo las últimas innovaciones y lanzamientos de las marcas de lujo más prestigiadas del mundo.
En esta ocasión se presentaron 70 marcas que mostraron sus ediciones especiales sólo para México.
Dentro de lo más destacado pareció el reloj Big Bang Unico Sang Bleu II de la firma Hublot que en palabras de su CEO David Tedeschi, su diseño combina los valores de la marca con las tradiciones y la cultura de nuestra país.
Se trata de un diseño en el que las clásicas manecillas se sustituyen por dos discos octagonales de diferente tamaño con la indicación de horas y minutos en dos vértices, así como un tercer disco más pequeño en el centro como segundero.
Cuenta con un cronógrafo flyback automático de rueda de columnas con indicación de fecha.
En el primer piso Tomás Baillod CEO de la firma Ba111od Watch Concept, nos describió sobre su innovadora propuesta donde la sofisticación y el lujo no tienen nada que ver con el precio de un producto.
“La marca surgió en Suiza, la cuna de la relojería. Y con motivo de los 220 años de la creación del tourbillon, creamos uno especial con un costo accesible. Su precio es de cerca de 100 mil pesos, no existe uno con este precio en el mercado, ya que su costo por lo regular es de un millón”, afirma Baillod.
El empresario trabajó 15 años desarrollando redes de distribución y se dio cuenta que la forma en que se posicionaba un producto no era la correcta.
“Me parecía un poco equivocado seguir vendiendo relojes como hace diez años, lo digital ha cambiado nuestras vidas, cuando no teníamos internet era otro tiempo, nadie se puso a pensar qué iba a pasar con la distribución a partir de lo digital. Lo que hice fue lanzar una marca con una nueva teoría económica. Lancé tres relojes para ver si funcionaba mi propuesta y así nació este concepto dentro de una nueva forma de relojería financiera. No solamente es hacer dinero sino demostrar nueva manera de hacer las cosas”.
El resultado de la lógica económica que desarrolló fue que la gente preguntara, “que si mi modelo funcionaba con relojes de alta gama. Y dije voy a probarlo: resistencia a los golpes caja de titanio, una capa dura como el carbón, le puse toda la calidad tanto en el diseño como en las propiedades. La industria se ha preocupado en la innovación en el diseño de relojes, pero creo que la innovación debe existir también en la manera en la que lo vendemos”.
De esta forma ha creado toda una filosofía de costo calidad muy diferente a la tradicional que domina al mercado de la alta relojería.
“No se puede mantener una industria sólo vendiendo relojes de lujo, no podemos abandonar el segmento de la producción industrial. Propongo medidas concretas para ser competitivo”.
Máxima precisión
En el segundo piso descubrimos el Big Pilot, calendario perpetuo en tourbillon edición limitada El principito, de la marca suiza-alemana, IWC Schaffhausen. Su costo es dos millones 550 mil pesos.
Su característica principal es la corona de cebolla. Es conocido como el Gran reloj de aviador, la verdadera esencia de los relojes de aviador. Cuenta con una caja ergonómica de acero inoxidable de 43 milímetros y un sistema de cambio rápido ingeniosamente sencillo para una variedad de correas.
Así llegamos hasta el área designada para la firma Purnell que muestra la última tecnología en diseños de guarda tiempos que desafían la gravedad. “Estamos hablando del del Swatch del billonario. Fabricamos relojes muy complicados, ya que llevan doble y triple tourbillon; calibrar el reloj lleva una gran complicación. En cuestión de rotación el proceso es único, es un proceso muy importante, es todo un espectáculo”, dice Maurizio Mazzocchi represente de la firma.
El experto explica que, “el titanio con el que está hecho es equivalente al peso de una gota de agua, menos de dos gramos. El tourbillon define la precisión y combate la gravitación convirtiéndolo en toda una joya de precisión”.
Su precio es de 567 mil 600 dólares, alrededor de 10 millones de pesos.
“Las cosas caras no significan cosas complicadas, tristes o muy aristocráticas. El precio de esta pieza se basa en su arte y en el tourbillon más rápido del mundo: entre 6 y 30 segundos de rotación, como un coche que corre a 400 kilometro por hora”, afirma Mazzocchi.
Pero todas estas piezas de alta gama deben tener su estuche adecuado y para eso se creó la firma Wolf.
La característica de estas cajas tiene un sistema especial que se llama Winding que protege a los relojes y hace que su mecanismo no se atrofie.
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“Te permiten programar el funcionamiento para dentro de seis y 12 horas para ahorrar la pila, arranca a la hora que tú quieras o hasta que uses el reloj, es como darle servicio a la máquina y lo deja descansar. Esto ayuda a la durabilidad del reloj”, explica Michael Japerd, representante de la marca en México.
Cada tambor está programado independientemente, otra cosa importante son los accesorios de viaje que ofrece la firma como estuches y cosmetiqueras.
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