La moda mexicana está cargada de simbolismos que expresan las costumbres y tradiciones de nuestros orígenes, uno de ellos son los tejidos y textiles artesanales, que se hacen presentes en el ámbito internacional, cautivando al mundo con su colorido y original diseño.
Una de las firmas que en su propuesta incluye este tipo de creaciones y que se ha dedicado a enaltecer nuestro “tesoro artesanal”, es la diseñadora Lydia Lavin que por más de 40 años se ha dedicado a trabajar a favor de las manos artesanas mexicanas y apoyar a las comunidades indígenas con su firma homonima.
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“Puedo decir que llevo más de cuatro décadas dedicándome a trabajar con artesanos y en todo este tiempo ha habido una gran evolución ante los ojos del mundo, empezando con México. Hemos hecho un gran trabajo porque hay más aprecio, valoración del trabajo indígena, asimismo, la propia comunidad ha evolucionado y hemos ayudado a que ellos mismos piensen que con su trabajo pueden vivir de eso, además de que también han tenido innovación en sus diseños y han logrado introducir nuevas fibras a su producción”, explicó Lavin.
Sobre el consumo del mexicano hacia los productos nacionales, dijo que son las nuevas generaciones las que tienen más disposición en este aspecto, “creo que son las que tienen más interés de valorar a México en general: nuestras tradiciones y la cultura, se han dedicado a potenciar todo lo mexicano”.
Actualmente la marca colabora con artesanas de los estados de Puebla, Guerrero, Estado de México, Guanajuato, Oaxaca, Hidalgo, Querétaro y Chiapas.
“Creemos que los artesanos con los que trabajamos deben de recibir un precio justo por sus creaciones. Para nosotros es sumamente importante alentar y acompañar a las comunidades con los que trabajamos, a que se auto empoderen, de manera que ellos sean conscientes cada vez más de las dinámicas económicas actuales y el valor que tiene su trabajo en ellas”.
Una parte central dentro de su trabajo como diseñadora, es el reconocimiento al estudio y comprensión de las comunidades indígenas y, en específico, la el reconocimiento al estudio y comprensión de las comunidades indígenas. Por esa razón, la marca ha participado en diversas exposiciones como The Rebozo in Art, Culture and Fashion, que se presentó en el Fashion and Textile Museum de Londres, y en El arte de la indumentaria y la moda, que se exhibió durante meses en Fomento Cultural Banamex.
El poder del henequén
Recientemente, Lavín presentó su colección primavera-verano titulada "La finca en Intermoda", la Semana de la Moda en la ciudad de Guadalajara, la cual se compone de diseños realizados con la fibra natural de la planta prehispánica del henequén y bordados mayas.
Las prendas exaltan la mexicanidad y la belleza de las artesanías del sureste del país y destacan la importancia de los diseños perdurables y de alta costura frente a un mundo que prefiere la llamada fast fashion.
“Ahorita el tema de la globalización (en la moda) que viene en decadencia en el sentido de la moda rápida, (fast fashion) son factores importantes, la gente quiere saber quién hizo su prenda, qué historia tiene, a quién están ayudando y qué no estás contaminando, estamos conectados con eso”, expuso Lavín en una entrevista para la agencia EFE.
Los sacos, accesorios y zapatos de la colección, se elaboraron con henequén, un agave considerado el “oro verde mexicano” cuya fibra se usaba en las comunidades mayas prehispánicas y quedó como un elemento que dio identidad al estado de Yucatán, donde se emplea en prendas y tradicionales hamacas.
Para ello, la creativa colaboró con una hacienda que produce y exporta henequén desde el siglo XIX para rescatar el trabajo de esta planta desde su siembra hasta su transformación en hilos y cuerdas.
Lavín trabajó de la mano con 160 artesanas del pueblo yucateco de Maní que realizaron los bordados que embellecen blusas, faldas, vestidos, trajes de baño, capas, chales y sacos con técnicas ancestrales combinados con elementos más modernos como el hilo de oro, la chaquira y la lentejuela.
“Es contar un poco acerca de México, invitar a la gente a visitar Yucatán, pero también a comprar el producto mexicano del que hay atrás muchas manos artesanales que hacen que posible este trabajo”, indicó la diseñadora.
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Lavín, quien ha rescatado bordados de otras regiones mexicanas, diseñó las prendas inspiradas en la vida cotidiana de las trabajadoras de las haciendas henequeneras en el siglo XIX y XX y en las prendas que usaban para realizar su labor.
La colección resalta los colores crudos combinándolos con azules, negros, verdes y rojos en piezas amplias y frescas con escotes y cuellos Bardot que dejan los hombros al descubierto.