La nueva tendencia conocida como demure se caracteriza por una estética que prioriza la sencillez y la discreción, en contraposición con las propuestas más atrevidas y maximalistas que dominaron gran parte de la última década, a la escena la industria del diseño.
Este estilo no es tan nuevo, tiene sus raíces en épocas pasadas, cuando el recato y la moderación eran considerados valores de belleza y clase. Sin embargo, lo que hace única a esta tendencia para las propuestas de 2025, es la forma en cómo ha sido reinterpretada para adaptarse a los estilos de vida modernos, fusionando la tradición con la innovación.
El impacto de lo que puede definirse como “look reservado” en la moda actual se manifiesta en varias dimensiones, desde el diseño y la elección de materiales hasta la manera en que las prendas son presentadas y comercializadas. En términos de diseño, hemos visto un claro alejamiento de los cortes exageradamente ajustados, hacia siluetas más fluidas y holgadas. Vestidos largos, blusas de cuello alto, mangas largas y faldas que caen por debajo de la rodilla son algunas de las piezas clave que definen este estilo.
Los colores también juegan un papel fundamental en esta tendencia: tonos suaves, pasteles y neutros dominan la paleta de color, en lugar de los llamativos y los patrones estridentes que alguna vez dictaron la norma del código de vestimenta. Los materiales que se utilizan en esta moda también reflejan un enfoque consciente y sostenible.
También se emplean telas naturales como el algodón orgánico, la seda, y el lino, junto con el uso de técnicas tradicionales como el bordado a mano y el crochet, las cuales han ganado popularidad, reforzando la idea de una moda que valora lo artesanal y la durabilidad por encima de la moda rápida y desechable.
Un aspecto particularmente interesante, es su enfoque en la longevidad y la atemporalidad. En lugar de seguir la cadencia y ciclo de las tendencias de moda que cambian con cada temporada, este estilo apuesta por piezas que pueden perdurar en el tiempo, tanto en términos de calidad y como de estética.
Esto ha llevado a una revalorización de los básicos del armario, aquellos elementos que son tan versátiles como esenciales: un abrigo bien cortado, un vestido negro clásico o un par de zapatos de tacón de altura mediana.
Además, lo demure ha encontrado eco en movimientos más amplios de la sociedad, como el feminismo moderno y la diversidad cultural. En lugar de ver la modestia como una restricción impuesta, muchas mujeres han comenzado a adoptarla como una elección empoderada, una forma de reclamar su cuerpo y su espacio en sus propios términos.
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Esto ha llevado a una mayor inclusión de diferentes estilos y culturas en el mainstream de la industria de la moda, desde la ropa tradicional islámica, hasta los saris indios, mostrando que la sencillez puede ser una elección tanto de estilo como de identidad.
Las celebridades y las influencers también han jugado un papel crucial en la difusión de esta nueva forma de vestir. Figuras como Emma Watson, Sofia Richie y Lily-Rose Deep la han adoptado como parte de su look en alfombras rojas y eventos públicos, lo que ha contribuido a su aceptación en el público en general.
Este impacto también se extiende al ámbito del marketing y la publicidad. Marcas de lujo como Dior, Chanel y Valentino han comenzado a destacar colecciones que abrazan este enfoque más reservado, mientras que las campañas publicitarias muestran a mujeres en escenarios que evocan serenidad y sofisticación. Esto contraste con la agresividad visual de las campañas anteriores, enfocadas en lo provocativo y llamativo.
La cultura demure ha logrado impactar profundamente, ofreciendo una respuesta a la saturación de la exposición y la fugacidad de las colecciones de diseñador. Con su énfasis en la sencillez, la calidad y la expresión personal, esta tendencia promete seguir moldeando el ámbito de la confección, siendo, a su vez, participe del movimiento sostenible.
