El otoño-invierno es una estación transitoria en la que el clima nos permite jugar con el guardarropa masculino, añadiendo capas de ropa, jugando con telas y texturas, experimentando con colores y ofreciendo la posibilidad de formar looks sofisticados.

Aunque no se requiere un código de vestimenta riguroso para asistir a un restaurante, un bar, o incluso a trabajar en una oficina, el uso de las prendas sartoriales sigue aportando una solemne distinción entre los hombres.

Lucir elegante mientras se mantiene un aspecto casual también es posible y en esta temporada se puede poner en práctica el Spezzato como lo denominan los italianos. Esta técnica consiste en combinar un blazer o saco con un pantalón de distinta tela, textura o color, dando un toque atrevido al atuendo masculino sin dejar de lucir clásico y bien vestido.

También conocido como Suit Separate o Broken Suit, requiere cierto grado de maestría para coordinar, sin embargo marcas como Lauren Ralph Lauren ofrecen prendas muy fáciles de mezclar y crear outfits que siguen el patrón americano, clásico y atemporal de la marca.

Usar prendas superiores de lana a cuadros, que pueden combinarse con pantalones sartoriales de un solo color y que nos recuerdan el uniforme de las universidades pertenecientes a la Ivy league, trasladando el estilo atemporal de deportes como el polo en una colección accesible de prendas de sastrería para hombre.

Algunos secretos para utilizar esta técnica son:

• No compararlo con tendencias de moda: Esta técnica tiene que ver con la atemporal elegancia con la que un hombre expresa su estilo personal a través de prendas sartoriales.
• Tratar de mezclar solo prendas con la misma estructura: Estrictamente el romper un traje consiste en crear combinaciones de dos prendas confeccionadas sartorialmente pero por separado, algunas ocasiones la intención es expandir un guardarropa pequeño, dar un toque divertido al look o relajar la formalidad de un traje.
• Mezclar colores y texturas es la clave: Un saco a cuadros, con una textura abrigadora y un pantalón sobrio a un solo color más fuerte que el saco, puede ser un gran acierto. El objetivo es atreverse a buscar un balance entre estas prendas.