Otro de los desfiles protagonistas de la tercera jornada de la Semana de Alta Costura de París, fue la pasarela de Valentino que se realizó en un histórico e icónico escenario, el Château de Chantilly, a sólo 50 kilómetros del centro de París.

Con la colección titulada Château, el director creativo de la firma Pierpaolo Piccioli, busca rendir homenaje a la artesanía y lo hecho a mano con diseños fabricados por costureras que han trabajado en la maison por mucho tiempo como Irene Stranieri o Maria Antonietta De Angelis, quienes previamente han contando su historia en unos videos publicados en la cuenta oficial de Instagram de la famosa marca.

Según el diseñador italiano de 55 años, eligió este icónico castillo para que fuera locación de su pasarela no sólo por sus jardines y opulentas fuentes, o porque alberga retratos reales y joyas del Renacimiento, sino por ser “una representación, una metáfora. Es un lugar no anclado a geografías o épocas, sino que expresa una idea de la vida, un símbolo que se analizará, se cuestionará y luego se redefinirá”, explicó en un comunicado.

Añadió que anteriormente era emblemático de las nociones de elitismo y estatus, pero ahora, “un castillo puede rechazar su historia, para ser recalibrado. Sin nombre y universal, un castillo puede existir como un lugar para todos, puede convertirse en un foro para una nueva igualdad y una celebración de la belleza, la singularidad y la libertad”.

Esta filosofía se vio reflejada en sus delicadas y exclusivas piezas donde destacan capas, guantes largos, abrigos, gabardinas, vestidos lisos con exagerados escotes en V y algunos otros con escote en pierna. También incluye piezas con detalles en relieve como un vestido con el icónico color “rosa Valentino” con una enorme flor que rodeaba la cara.