Una pasarela de trajes hechos con desperdicios de basura, como gamuzas de zapatos, bolsas de papas fritas, cartones de huevos, estropajos o cáscaras de naranja, entre otros desperdicios, se presentó recientemente en Barcelona, como parte de la propuesta de jóvenes diseñadores y de la diseñadora Tytti Thusberg.
Este concepto, denominado “Mod’Art”, combina moda, arte, cultura y medio ambiente y, sobre la pasarela, los residuos dejan de ser basura para convertirse en materiales que visten a elegantes modelos con las creaciones de jóvenes diseñadores de la escuela superior de diseño ESDI de Barcelona (España), en conjunto con la presentación exclusiva de los últimos trabajos de la diseñadora Tytti Thusberg.
La presentadora del desfile, Asha Miró, una joven india, adoptada en su infancia por una pareja de Barcelona e integrada totalmente en la sociedad española, reconoce que la iniciativa de organizar un desfile en un centro de residuos tiene como objetivo, “dejar atrás el concepto de desecho para hablar, de ahora en adelante, de la nueva era de los materiales.
“Cuando hablamos de moda, imaginamos piezas de alta costura, más pensadas para ser contempladas, que para la accesibilidad de nuestro bolsillo. Ahora, con este proyecto, se impulsa un modo diferente, original, creativo, sostenible y ecológico de pensar la moda”, afirma la presentadora.
La nueva era de los materiales
Del residuo al material, del material al arte y del arte a la pasarela. Así conciben los diseñadores en “Mod’Art” los desechos como las bolsas de papas, las gasas, las gamuzas, los estropajos, las cáscaras de naranja, las cintas de video, las medias usadas, o las tapas de botes de agua y de refrescos, entre otros cotidianos desperdicios.
“Ropa, sin cuerpo que la llene, ropa para contemplar”, así define la diseñadora Tytii Thursberg sus creaciones. Piezas únicas que plasman un nuevo modo de crear en el campo de la moda, en el que el desecho es la materia prima.
Los residuos trabajados por esta diseñadora son básicamente domésticos. Ella usa el plateado de las tapas de yogur para confeccionar un original vestido de ecológicas “lentejuelas” que relucen al estilo más discotequero de los años ochenta.
Para las mujeres más atrevidas, Tytii opta por el sex-appeal transparente de las bolsas de papas o por el blanco puro de las máscaras de quirófano, que proporcionaron el volumen justo a faldas de volantes y a vaporosos vestidos hechos con medias, mientras que las rejillas rojas, con las que se envasan los limones o las naranjas, dejan entrever los cuerpos de las modelos con sugerentes camisetas caladas.
También llaman la atención vestidos realizados tan sólo con envases de huevos o decorados con cáscaras de naranja, así como un impoluto traje de novia confeccionado con gasas blancas apelmazadas una encima de la otra.
Cada diseño presenta una manera diferente de rentabilizar materiales que están cada día en nuestros hogares y que únicamente usamos para sobrellenar los vertederos de nuestras ciudades.
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Con estas diferentes creaciones, la diseñadora finlandesa narra la vida cotidiana de la gente cuestionando, con una pizca de ironía, la mujer ideal como víctima del consumismo de la sociedad actual, en una clara crítica a la industria de la moda que impera en este siglo.
Así mismo, una de las asistentes, María Comelles, representante de Medio Ambiente de Cataluña, reclama con urgencia un cambio de mentalidad sobre la cultura de los materiales para luchar por la sostenibilidad.
“Necesitamos un cambio de actitud urgente por parte de las administraciones para crear una nueva cultura de los materiales basada en la reutilización y en la reducción de los desechos”, denuncia.
En la misma línea, Miquel Valls, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, aboga por un necesario tratamiento de los desechos para avanzar en una sociedad industrial y medioambiental con garantías. “El futuro de los países pasa por la industria y el cuidado del medioambiente”, subraya.
De este modo, tanto los diseños de Tytti Thursberg, como los siete modelos de los jóvenes diseñadores de ESDI, dan un primer paso para el futuro de los residuos y desafían la imaginación en búsqueda de soluciones innovadoras y conscientes.