Al diseñador Orfeo Quagliata, el talento le viene de herencia. Su pasión por la creación de arte en vidrio la heredó de su padre, el artista Narciso Quagliata, una figura destacada del American Studio Glass Movement, con quien a través de los años ha colaborado en varios proyectos, incluyendo el diseño y la fabricación de la cúpula de cristal que se encuentra en el ápice de la última obra arquitectónica de Miguel Ángel Buonarroti: la Basílica de Santa María degli Angeli e dei Martiri, en Roma.
Su interés por el creación de joyería es herencia de su abuela Herta Jalkotzy, diseñadora de joyas de la reina Isabel II de Inglaterra, quien fue premiada por la escuela Wiener Werkst Uatte, fundada por el pintor austriaco Gustav Klimt.
Antes de la universidad, Orfeo fue aprendiz del artista catalán José Fernández Castrillo, donde desarrolló técnicas de vidrio en frío. Más tarde regresó a San Francisco para estudiar diseño industrial y de mobiliario en el California College of the Arts (CCA), ganando un BFA con alta distinción en 1999.
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“Comencé haciendo muebles y así empecé a diseñar para una compañía aquí en México, porque en 1995, mi papá se casó con una mexicana, entonces empecé a poner en práctica las técnicas del vidrio que él me enseñó. Siempre me gusta recalcar que el talento hacia el diseño lo traigo de familia, incluso mi abuela fue una importante diseñadora en Europa, creó el collar favorito de la reina Isabel II de Inglaterra.
“Nosotros trajimos la tecnología europea del vidrio a México. Se trata de una técnica de más de 50 años en la que todos los colores se pueden mezclar, o sea, son compatibles. Anteriormente, no existía la capacidad de combinar diferentes tonalidades al mismo tiempo, sin que el vidrio se rompiera con el tiempo, debido a la expansión y contracción”, dice Orfeo.
El profundo conocimiento de técnicas como vidrio hervido, soplado y triturado bajo diferentes procesos de fundición han dado como resultado sofisticados diseños que van de la transparencia a la opacidad, en tránsito con ondulaciones de color y tonalidades que contrastan a través de la luz. Objetos inspirados en vidas orgánicas y formas lineales hacen visible la evolución de las clásicas representaciones que dominan el mercado del vidrio.
Desde jarrones de formas amorfas y coloridas, hasta complementos de pared para el diseño de interiores y mobiliario elaborado con acabados en vidrio, son parte de la propuesta de arte-objeto del diseñador quien describe la tendencia en el interiorismo actual, como un contraste de estilos basados en la neutralidad.
“Estuvimos en dos ocasiones en el panel de selección de los colores del año. Pienso que realmente el mundo ha cambiado mucho, antes me buscaban para crear objetos de tonalidades intensas y hasta chillantes. Ahora ya con la tendencia actual, e incluso a través de las redes sociales, la mayoría de las personas buscan más colores neutros y hasta conceptos monocromáticos. Esto lo aplicamos cuando hacemos piezas a nivel producción, pero cuando son más artísticas, podemos inspirarnos más. Pero sí, los colores neutros en los últimos 10 años han ido ganándole a los colores intensos, muy particulares de México”, explica el diseñador.
Agrega que esta sobriedad también se puede apreciar en el ámbito arquitectónico donde se muestra un marcado interés por el uso de materiales naturales sin acabados, regresando de alguna manera al minimalismo que predominó en los años 90.
“Todo es mucho más limpio y un poco más elegante por así decirlo, se retoman elementos del minimalismo como el concreto en su tono natural, colores sobrios, el uso del acero y todos esos materiales que se han puesto de moda.
A través de su firma homónima, crea proyectos para diferentes compañías nacionales e internacionales.
“Mis creaciones son para todo tipo de público, desde señoras, hasta jóvenes que quieren un detalle único y especial para sus espacios”, afirma. Actualmente, sus piezas se encuentran a la venta en Casa Palacio.
