NUEVA YORK. Los duques de Sussex, Harry y Meghan, acentuaron la división y los agravios al interior de la familia real británica tras una explosiva entrevista en la televisión estadounidense con Oprah Winfrey, con acusaciones de denigración y racismo.
La decisión de hacer la entrevista con Winfrey atrajo críticas en Reino Unido, en parte porque salió al aire mientras el abuelo de Harry, el príncipe Felipe, el esposo de la reina, de 99 años, está en el hospital. Se sometió a un procedimiento por una afección cardíaca.
El primer gran ataque de Markle fue el tema racial, al acusar a la familia real británica de preocuparse por lo oscura que sería la piel de su hijo.
Markle, quien es afroamericana, dijo que su esposo reveló las preocupaciones de su familia sobre el tono de piel de Archie, así como la seguridad a la que tendría derecho, antes de su nacimiento el 6 de mayo de 2019.
“En esos meses en que estaba embarazada (...) tuvimos una seria de conversaciones sobre que 'no se le daría seguridad, no se le daría un título' y también preocupaciones y conversaciones sobre qué tan oscura sería su piel cuando naciera”, dijo Meghan.
“Fui víctima de una auténtica campaña de denigración”, afirmó.
Y las bombas contra la realeza continuaron, cuando Markle habló negó haber hecho llorar a Kate Middleton, como reseñaron ampliamente los medios británicos. “Ocurrió lo contrario”, agregó Meghan, y dijo que Kate “estaba molesta por algo, pero lo guardó para sí y se disculpó”.
Meghan dijo que al incidente fue “un punto de inflexión” en sus relaciones con la familia real.
Por su parte, el príncipe Harry arremetió contra su padre, el príncipe Carlos, y su hermano William al asegurar que, están atrapados en el sistema real.
“Yo estaba atrapado dentro del sistema, como el resto de mi familia. Mi padre y mi hermano están atrapados. No pueden irse, y tengo una gran compasión por eso “.
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También se dijo "realmente decepcionado" de su padre.
La monarquía decidió hacer frente a la amenaza ofreciendo la imagen de una familia unida en las celebraciones anuales de la Commonwealth en un programa de televisión en el que la reina Isabel hizo un discurso en el que destacó la importancia de la “dedicación al deber”.
La intención de la reina, según los medios británicos más cercanos a palacio, es tratar de ignorar la batalla dialéctica en la que se hallan los duques de Sussex y multiplicar sus actividades públicas en las próximas semanas para destacar su papel de servicio a la sociedad.
El diario Sunday Times señaló que miembros la corte, que calificaron la entrevista de “circense”, se preparan para tomar represalias “con nuevas revelaciones” contra la pareja si es necesario.
“La entrevista es una forma de venganza”, dijo a Reuters el comentarista real Richard Fitzwilliams. “El vínculo en la mente de las personas sólo puede ser los constantes ataques entre Carlos y Diana, que fueron tan dañinos para la monarquía en la década de 1990”.
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