El Castillo Château de La Barre, ubicado en el Valle de Loira en Francia, propiedad de la familia del Conde y la Condesa de Vanssay desde el siglo XIV, fue el escenario que eligió el publirrelacionista mexicano Jorge Ríos, para celebrar su cumpleaños número 40.
“Como no pude hacer una gran celebración por mi cumpleaños por todo el tema de la pandemia, decidí buscar algo que, aunque fuera muy intimo, no dejara de ser muy memorable”, contó Ríos.
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Bajo la temática del jubileo, en alusión a las celebraciones de la Reina Isabel II, Jorge, cumplió un año más de vida en vísperas de Año Nuevo, y festejó con un selecto grupo de invitados, entre los cuales destaca la presencia del subastador de arte, Francois Epin; Bethaney Clarke, corredora financiera; Charlotte, Margoux, y Romeo Epin, entre otros.
“Mi relación con los condes es desde hace seis años, tuve la oportunidad de conocerlos en la Hacienda Uayamon de Campeche y la invitación fue gracias a la idea de mi amiga Inna Noosh, con quien coincidí en el verano en París y al ver la situación de la pandemia me recomendó hablar con los Condes y explorar la opción”, compartió Jorge.
El itinerario del jubileo incluyó desde paseos por el parque y jardines privados de 100 acres, en el que se disfruta del paisaje que la propia naturaleza regala a los huéspedes, así como pasear en bicicletas de montaña por los caminos y senderos cercanos por la campiña del Perche, hasta cacería de trufas.
Su estancia se enmarcó en la víspera de Navidad, así que la celebración inició con una cena navideña en uno de los salones del castillo, donde se degustó de un filete de ternera con setas morel acompañado de arroz, quesos típicos de la localidad y un pastel de coco con vainilla.
Para el esperado día (26 de diciembre), se preparó un menú especial, que incluyó tostadas de caviar, langosta a la parrilla y champagne con quesos, ensalada y pastel de chocolate con torre de macarrones Pierre Hermé.
Para ambas cenas se utilizó la cubertería de plata de mas de 200 años que se diseñó con el escudo de armas, para celebrar uno de los matrimonios de la familia.
Este sitio de elegancia y autenticidad destaca por su arquitectura y por su colección única de antigüedades del siglo XVIII, es de los pocos castillos privados que quedan, y su acceso es exclusivamente por invitación de los condes.
Cuenta con cuatro habitaciones dobles, una individual, y una suite con dos habitaciones contiguas, una con dos camas individuales, y la otra con una cama individual, y que una de ellas, fue preparada especialmente para Jorge, “por mi cumpleaños 40, los Condes me permitieron alojarme en la habitación principal, La suite Marin de Vanssay & Louis XV, que es en color azul, mi color favorito. La condesa al enterarse de eso, decidió alagarme con esa habitación e incluso poniendo su colección de porcelanas y vajillas en tonos azulados”.
Otro de los atractivos del sitio es que se organizan paseos en globo aerostático desde el château, por las mañanas y por las tardes, siempre que las condiciones atmosféricas lo permitan y previa reserva.