La princesa Mako de Japón contrajo matrimonio este martes con Kei Komuro, excompañero universitario, tras tres años de retraso y de polémica por una disputa financiera de la madre del novio.
"El registro del matrimonio ha sido entregado en el ayuntamiento por un oficial de la Agencia este martes", confirmó a Efe un portavoz de la Agencia Imperial sobre la boda civil y sin formalismos de la ya exprincesa.
Al casarse con un plebeyo y como estipula la ley que rige la Casa Imperial japonjesa, Mako abandona la familia imperial nipona y pasa a llamarse Mako Komuro.
Mako salió de su palacio de residencia vestida con un vestido de color azul claro y collar de perlas, y fue despedida por sus padres, Fumihito y Kiko, los príncipes herederos Akishino, así como su hermana menor Kako.
Mako y su ya esposo Kei celebraron una rueda de prensa ante los medios donde respondieron por escrito a las preguntas de los periodistas que fueron entregadas por anticipado.
El enlace ha puesto de nuevo el foco en las constricciones que afectan a las mujeres en la familia imperial nipona, en la que los varones son los únicos que tienen derechos sucesorios al Trono de Crisantemo y que pueden casarse con plebeyas sin perder su estatus.
El intenso escrutinio mediático y las críticas de determinados sectores sociales contra Mako y su esposo han causado, además, que la princesa padezca un síndrome de estrés postraumático, según anunció la Agencia Imperial a comienzos de mes.
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