El jefe de la diplomacia británica, James Cleverly, salió hoy en defensa de la familia real, tras una polémica de racismo en Buckingham y el estreno en Netflix de un documental sobre Harry y Meghan.
Cleverly afirmó el domingo en Sky News que todavía no había visto la serie documental Harry & Meghan, cuyos tres primeros episodios fueron difundidos desde el jueves pasado en la plataforma.
Los primeros capítulos se centran en el acoso de la prensa y las alusiones racistas en los medios. Pero las próximas entregas, el próximo jueves, incluirán más detalles sobre la falta de apoyo de la familia real de la que dicen haber sido víctimas el hijo menor del rey Carlos III y su esposa estadounidense y mestiza.
Según el jefe de la diplomacia británica, no hay nadie más partidario de un Reino Unido multicultural que Carlos III.
"Creo que la actitud de la familia real hacia este país refleja el país moderno que vemos", dijo el ministro en Sky News.
Su reacción, a pocos días del estreno de los últimos capítulos, tiene lugar tras una reciente polémica racista en el Palacio de Buckingham.
La familia real británica se vio sacudida la semana pasada por un escándalo de racismo por parte de una madrina de Guillermo, que tuvo que dimitir como dama de honor tras hacer comentarios ofensivos a una invitada negra en Buckingham.
La BBC divulgó una información explicando: La dama de honor de la difunta reina Isabel II y madrina del príncipe William, Lady Susan Hussey, se disculpó y renunció a su cargo honorario en la casa real británica luego de que le preguntara repetidamente a la jefa de una organización benéfica británica "de dónde era realmente".
Ngozi Fulani, fundadora de una organización que apoya a mujeres de ascendencia africana y caribeña que han enfrentado abuso doméstico y sexual, fue interrogada sobre sus antepasados en un evento benéfico en el palacio de Buckingham el martes.
Fulani dijo que está "totalmente atónita" por los comentarios de la madrina del príncipe William.
Buckingham describió los comentarios como "inaceptables y profundamente lamentables".
Un portavoz del príncipe William dijo que "el racismo no tiene cabida en nuestra sociedad".