El mejor secreto guardado de la boda real se desveló cuando Meghan Markle llegó a la iglesia: eligió un elegante y sobrio vestido blanco de novia diseñado por Clare Waight Keller para Givenchy, así como un largo velo sujetado por una tiara.
La diseñadora británica Clare Waight Keller es directora artística de la casa de alta costura francesa.
Para el velo, Meghan quiso tener presente a los 53 países de la Commonwealth y Waight Keller diseñó un velo que representa la flora distintiva de cada país de la Commonwealth unida en una espectacular composición floral.
Mientras el príncipe Harry, sexto en la línea de sucesión a la corona, vistió el uniforme del regimiento de caballería Blues & Royals del Ejército británico.
La flamante duquesa de Sussex, de 36 años, optó por un traje de corte sencillo, moderno y elegante que ensalzaba su figura, con escote de barco, mangas tres cuartos, cola y un velo muy largo con bordados en los extremos.
Fue después de conocer a Clare Waight a principios de este año cuando Markle, apasionada por la moda, la eligió para crear este vestido con una "estética intemporal y elegante", según un comunicado del palacio de Kensington, residencia oficial de la pareja.
Conforme al deseo de Meghan, el velo, de cinco metros de largo, está bordado de flores que representan los 53 países de la Commonwealth. La novia agregó dos flores de su elección, entre ellas una amapola de California, de donde es originaria.
Meghan llevaba también unos zapatos Givenchy y una tiara de diamantes de 1932, prestada por la reina Isabel II, abuela del príncipe. Los pendientes y la pulsera son de la casa Cartier.
Al elegir a Clare Waight Keller, Meghan sorprendió a todos los expertos que esperaban más bien una creación de Burberry, Stella McCartney o Ralph & Russo.
Clare Waight Keller pasó por Pringle of Scotland y Chloé antes de llegar a la mítica casa fundada en 1952 par Hubert de Givenchy. También trabajó para Gucci, Ralph Lauren y Calvin Klein.
||Con información de AFP||