Rosarito, el apacible pueblo mexicano donde reside el padre de Meghan Markle, la futura esposa del príncipe Harry de Inglaterra, se convirtió en centro de atención a causa de la boda real y sobre todo de las puestas en escena montadas por él para los paparazzi.
Thomas Markle, futuro suegro del príncipe, mantuvo en vilo a la prensa con sus idas y venidas acerca de su asistencia a la boda. Decidió finalmente no acompañar a su hija al altar a causa de una operación cardíaca a la que según TMZ fue sometido el miércoles y que le impide --de acuerdo con la versión de ese medio estadounidense especializado en los famosos-- estar presente el sábado en el castillo de Windsor.
Markle, de 73 años, es un director de iluminación de televisión hoy retirado que ganó un Emmy en 2011 por su trabajo en la serie estadounidense "Hospital General".
Como otros estadounidenses, Markle vivía plácidamente su jubilación en el exclusivo fraccionamiento San Antonio del Mar de Rosarito, conocido por sus hermosas playas sobre el Océano Pacífico a unos 30 kilómetros de la frontera y de San Diego, California.
Pero aquella vida solitaria y serena fue interrumpida por la fama de su hija y el huracán arrollador desatado por la prensa tabloide inglesa, ávida del menor detalle vinculado a la futura princesa.
Fue en ese contexto que el padre de la novia al parecer intentó retomar el control de su imagen, poniendo en escena sus propios preparativos en Rosarito.
Lo que en un primer momento se creyó eran imágenes espontáneas de Markle probándose el traje y mirando fotos de los novios desde un cibercafé local, fueron en realidad escenas preparadas, según el Daily Mail.
Puesta en escena
El pasado 7 abril acudió a la sastrería Tuxedos Martínez para confeccionarse un esmoquin, pero el establecimiento estaba cerrado en ese momento.
"Llegó buscando a nuestro negocio, eran como las 09:30 de la mañana, pero estaba cerrado", entonces se acercó a los empleados que estaban en los locales de abajo de la tienda, y tras observarlos a todos, le dijo a uno de ellos: 'Tú, mídeme'", según narró a la AFP Yadira Martínez, propietaria de la sastrería y de otros establecimientos del lugar.
El elegido fue el empleado David Flores, de 17 años, que lo miró con asombro y le contestó: "Yo no sé tomar medidas".
David recuerda con nitidez el momento en el que llegó el padre de Meghan acompañado de otra persona que portaba una cámara fotográfica.
"Como pude lo medí, mientras la otra persona se alejó y tomó las fotografías. Siento que vinieron más como para las fotos que por otra cosa, porque nunca volvió" por la tienda, añadió David.
"No sé si atraiga más turismo, pero al menos se conoce más a Rosarito", concluyó el joven al relatar el episodio.
Otra habitante también comentó la noticia que refrescó al caluroso balneario.
"En las noticias de Estados Unidos me enteré de que aquí vive el suegro del hijo de la princesa Diana y que se van a casar", señaló Andrea Jiménez, una joven madre de familia que trabaja en un consultorio médico como recepcionista.
"Aquí en la sala de espera vi las noticias, creo que eso demuestra que Rosaritono es peligroso como dicen, además aquí viene a descansar gente famosa y creo que eso puede traernos más turismo", comentó.
Pero Markle parece haber sido la víctima de la propia decisión "tonta y sobreactuada" --según él mismo luego admitió-- de poner en escena las imágenes.
Luego de que se revelaran esos detalles incómodos, anunció que no asistiría a la boda. Después cambió de opinión, antes de que se anunciara que la semana pasada había sufrido un percance cardíaco, por el que fue intervenido el miércoles, necesitando según TMZ una larga recuperación que le impedirá estar en la boda.