La Revolución Mexicana fue un conflicto armado que inició en 1910, como consecuencia del descontento popular hacia la dictadura de Porfirio Díaz, y derivó en una guerra civil que transformó radicalmente las estructuras políticas y sociales del país.
Este hecho histórico es considerado como el más importante de la historia de México en el siglo XX, por lo que no resulta raro que tenga su monumento, pero ¿sabías que esa edificación no fue planeada para recordar dicha etapa? El proyecto inicial de don Porfirio Díaz era construir una Cámara de Diputados y Senadores, en la que se conmemorarían los 100 años de la Independencia de México. Sin embargo, la Revolución Mexicana estalló y se acabaron los recursos económicos para la construcción, que se quedó a medias y fue abandonada.
Al término del conflicto, la obra se retomó, pero se convirtió en un gran mausoleo para importantes personajes de la guerra revolucionaria. Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles y Pancho Villa fueron colocados en cada una de sus columnas, además del ex Presidente Lázaro Cárdenas.
En el 2009 comenzaron obras de rescate para conmemorar el Bicentenario de la Independencia y hoy en día el Monumento a la Revolución es un espacio público restaurado en su interior hay un museo.
Este inmueble también incluye Adelita Café y Café Mirador, dos propuestas gastronómicas que ofrecen quesadillas Canana, preparadas en tortilla de maíz azul y amarillo con queso Oaxaca perfumado con ramitas de epazote, que aportan un auténtico toque de la cocina de antaño, servidas con aguacate y salsa en platos de peltre.
La torta Zapata es un imprescindible; la combinación de sus ingredientes recupera el sabor auténtico de este popular bocadillo a base de pechuga de pollo, queso gratinado, frijoles, crema, aguacate y verduras. También hay tamales y bocadillos mexicanos servidos con atole, chocolate casero, bebidas populares, además de dulces típicos mexicanos y crepas que honran a Émile Bénard, arquitecto del Palacio Legislativo sobre cuya estructura de acero se levanta hoy el Monumento a la Revolución.
Para los que solo quieren algo ligera tras la visita al Monumento, el menú́ también incluye malteadas, como la de fresa, que era la preferida de Pancho Villa, y una mezcla única de café́ que se ha conseguido a partir de granos de Oaxaca, Veracruz y Chiapas.
Adelita Café fue inspirado en las valientes mujeres que lucharon durante la Revolución de nuestro país, mejor conocidas como Adelitas, mientras que Café Mirador se ubica en lo alto del Monumento a la Revolución y su vista de la Ciudad es privilegiada.
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