Una de las experiencias que puede ser agradable o una pesadilla en esta temporada es la compra de regalos. Hay personas a las que se les facilita escoger el presente perfecto y contagiarse del espíritu navideño, y otras para las cuales entrar a las tiendas repletas de gente es un verdadero suplicio.
A esto hay que sumarle el intercambio de regalos de la oficina; suele pasar que la suerte no está de tu lado y te toca obsequiarle a alguien que no ubicas, que no has visto o, simplemente, que no es de tus favoritos.
Si acordaron obsequiar con un tema, entonces no hay problema, pero si no y aparte fijaron un precio, la situación se complica y es cuando pasa por nuestra cabeza la posibilidad de recurrir al tan temido “roperazo”.
¡Qué padre regalo!
En una encuesta realizada por el sitio de clasificados Segundamano.mx, dada a conocer a principios de este año, el 58% de las personas aseguró que el presente que recibió no fue de su agrado y pensó en regalarlo o cambiarlo directo en la tienda.
También se reveló que el 80% de los mexicanos recurren al regifting, es decir, deshacerse de los regalos no deseados vendiéndolos en internet y más del 30% obtiene ganancias entre los 500 y dos mil pesos.
Reglas de oro
Las víctimas del “roperazo” son muchísimas; partamos del hecho que no está mal reciclar regalos, pero hay que hacerlo con cautela. ¿Estás seguro de que no te lo dio algún familiar y que está en buenas condiciones? Si es así, lo puedes hacer, aunque no es lo más recomendable. Si no quieres ser la “comidilla” de la oficina, mejor evítalo y sigue estas sencillas reglas:
Investiga
Puedes preguntarle a la persona que te tocó sobre sus gustos musicales, hobbies y si le gustan los chocolates o el vino. Un regalo de segunda mano es no pensar en el otro.
Tiempo
Ya que tienes la información, acude a la tienda de tu preferencia, incluso, puedes recurrir a tiendas online para comprarlo. Recuerda: el “roperazo” es una salida fácil.
Inversión
Establece el presupuesto que vas a gastar. Ese dinero es fruto de tu trabajo, pero si aceptas participar en un intercambio es para compartir con alguien más, y reciclar es dar algo que ni siquiera te costó.