[Entrevista] Diego Sánchez: Un matador obsesionado del toro y el capote

El torero de 26 años de edad confiesa la forma en que enfrenta sus miedos y habla de la controversia de la fiesta brava en México

Gerardo León / El Sol de México

  · viernes 11 de octubre de 2024

A sus 26 años, Diego Sánchez se confiesa un adicto a la adrenalina que surge a partir del sonido de la puerta que se abre para dejar escapar a la bestia de casi una tonelada y que embiste de inmediato la madera de los toriles del redondel.

Porque, dice, sabe enfrentar el miedo a partir de la concentración, y lidiar al toro le resulta fácil porque la muerte debe enfrentarse con respeto y con la alegría de saber que viviste feliz. De esa manera obtiene la fortaleza para llegar a cumplir sus objetivos en una profesión peligrosa donde la habilidad más importante es la destreza.

En entrevista exclusiva, el matador narra su historia, su estilo de vida y cómo entregó su juventud a los ruedos desde los tres años, cuando al cumplir esta edad, su padre le construyó un pequeño ruedo donde toreó a su primera vaquilla.

El próximo 19 de octubre, se presentará en la Plaza México como una de las figuras estelares de la Corrida Nocturna de las Luces, en honor a la Virgen del Rosario.

“Mi pasión por el toreo nació desde muy niño. Yo crecí viendo toros toda mi vida, nací en Aguascalientes en un rancho, veía a mi papá torear, dándole de comer a los toros, siempre tuve ese amor hacia el toro bravo, yo creo que de ahí nace todo y acompañando a mi papá a las corridas. Todo niño sueña con ser como su papá; él es mi superhéroe y pues aquí andamos, ya son muchos años intentando sobresalir en esto y creo que vamos por buen camino”, dice Diego.


Yo no voy a la plaza de toros decidido a matar toros, yo voy a disfrutar, a expresar lo que sé hacer desde muy niño, es lo que siento, pero creo que jamás ha sido la idea principal ir a matar a un toro


El ahora matador, sabe de la importancia que representa el enfocarse a cumplir los sueños, y luchar por los objetivos que desde pequeños tenemos como seres humanos.

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“Crecí con un sueño, siempre hay que luchar por alcanzar todas las metas que uno se propone y más cuando algo se trae la sangre, pero debes de tener talento y tienes que tener la maestría, todo a través del aprendizaje. Todo es entrenamiento, mucha dedicación, mucho sacrificio y desde niño debes entender eso. Yo crecí entre gente mucho mayor que yo, en el ambiente taurino, de la que aprendí mucho”, cuenta el torero.

Haber perdido los juegos, la diversión y los momentos más importantes de la infancia, por entregar su vida a los ruedos, no significó un problema para el diestro de Aguascalientes. “Dejé de hacer muchas cosas que normalmente hacen los niños a su edad y yo creo que por eso a mi edad hago cosas como niño, todos tenemos un niño interior que lo vamos a sacar en algún momento.

“Por tanta disciplina, me perdí de muchas cosas de mi adolescencia. Yo nunca he ido a un antro, mis amigos me invitan cuando menos puedo, pero sí me gusta ir a alguna que otra fiesta de vez en cuando, pero cuando no tengo corridas. Estando en esta profesión pierdes toda la esencia y las experiencias que viven los chavos de mi edad. Hice prepa abierta y me dediqué de lleno a todo esto. Pienso que los toreros de mi edad, siempre vamos un paso adelante en madurez”.

Uno de los retos más grandes, tanto en su vida como a la hora de estar frente al astado, es sin duda, vencer el miedo. “El miedo siempre está. El riesgo de la responsabilidad, las ganas de sobresalir. Creo que son bastantes cosas las que ejercen presión en tu cabeza y creo que lo más bonito es cuando estás en una plaza de toros y sabes que convenciste a tu cabeza de no rendirte, de seguir y por eso entrenamos todos los días.

Entonces creo que es necesaria mucha preparación, mucha cabeza, mucha inteligencia y sobre todo dominar tu cuerpo para que no te traicione el miedo en cuanto se abre la puerta del toril. Debes salir con todo y tener tu mente muy abierta a cualquier situación, y además ser muy creativo para que todos los días puedas hacer algo nuevo o hacer bien lo que ya sabes hacer”.

Diego entregó su juventud a esta actividad, ya que desde los tres años su padre le construyó un pequeño ruedo donde toreó a su primera vaquilla

En cuestión de peso y casta, el experto afirma que lo que pueda pesar un toro o un novillo, es lo de menos, pues hay novillos que pueden pesar hasta más que algunos toros, “lo que te impone mucho es la seriedad del animal, es decir, el año extra que tiene el toro, a diferencia de un novillo, o sea, cuando estás frente a un novillo, pues estás toreando con un adolescente por así decirlo y un toro ya estás con un señor, entonces ya su expresión y su comportamiento es totalmente diferente y agresivo.

“Creo que lo que más nos cuesta trabajo a nosotros los matadores jóvenes recién tomada la alternativa, es el cambio del novillo a toro, o sea, la expresión, las embestidas son diferentes y creo que eso es en lo que más se trabaja”, añade.

Una de sus tareas básicas es aprender a detectar movimientos, actitudes y los diferentes comportamientos del animal.

“Es por eso es que te entrenas lo suficiente, porque todos los toros son diferentes, es lo que vas entendiendo del toreo, es aprender a lidiar cada toro, cada uno tiene su lidia y tú tienes que ir resolviendo esos problemas. Después es mucho conocimiento, mucho querer aprender todos los días porque de esto siempre aprendes algo nuevo y sobre todo es eso, el conocimiento y el estar estudiando diariamente. El toro es muy interesante”.

El conocimiento lo obtiene también de las grandes figuras de la tauromaquia de quien toma los mejores pases y técnicas.

“Siempre estoy viendo el trabajo de otros toreros y sobre todo también el estar en ganaderías me ayuda a aprender de los sementales, las líneas de las ganaderías… Son muchas cosas en las que puedes basarte y al final todo eso lo vas recopilando, toda esa información en tu cabeza te facilita mucho más las cosas”.

Agrega que si un toro no dio lo que tenía que dar en una tarde, no es culpa de la ganadería que lo crió.

“Muchas ocasiones depende del comportamiento del toro, no tanto de la ganadería donde creció; sería ridículo de mi parte, decir esto porque son muchos toros los que cría”.

Confiesa que en su corta trayectoria ha conocido el amor, pero no hacia una persona sino hacia uno de sus astados.

“He disfrutado muchos toros aquí en la Plaza México, sobre todo los de Rancho Seco, corté las orejas a uno de ellos. Yo vi fotos meses antes de él y me enamoré del toro, físicamente me encantó y bueno al final todo fue muy bueno”. Y si pudiera tener la oportunidad de tener un toro en su rancho, “el nombre que le pondría sería Cacho”.

La controversia taurina

Tras varios cierres de la Plaza México, debido a manifestantes de asociaciones de protección de animales que están en contra de la fiesta brava, el torero piensa que la base de todo radica en el respeto.

“Creo que vivimos en una sociedad muy dividida y pues así crecemos. Cada vez somos más personas en este país, cada quien va teniendo sus gustos y pues claro, nosotros respetamos a cada sector de la población. Habrá cosas de los que están en contra que no nos gusten a nosotros, pero pues no podemos meternos en ello, porque son sus decisiones, su libertad de decidir lo que lo que ellos puedan hacer, pero así como exigen respeto, deben respetar lo que hacemos, no cruzar la barrera para ofenderte.

“Yo no voy a la plaza de toros decidido a matar toros, yo voy a disfrutar, a expresar lo que sé hacer desde muy niño, es lo que siento, pero creo que jamás ha sido la idea principal matar a un toro. Creo que la gente está muy confundida en ese aspecto es necesario que entienda que no es matar”.

El 19 de octubre se presentará en la Plaza México como una de las figuras estelares de la Corrida Nocturna de las Luces

El joven matador expresa que, “viéndolo objetivamente un toro de lidia, no sirve para hacer ganado de carne. Entonces ¿qué haces con un toro de lidia? Si lo dejas libre, pondría en riesgos un poco la ecología, porque pues sería una especie invasiva hasta cierto punto, la gente no podría hacer su trabajo en el campo porque hay un toro suelto que te puede hacer daño.

“El matar a un toro en el ruedo no creo que sea una tortura como tal, porque todo tiene su sentido, el picar al toro, realmente es descongestionar al toro, porque si no lo picas, tiene ese riesgo de que ese infarte mientras lo estás toreando. Imagínate un toro de 500 kilos es tremendo; entonces todo eso le ayuda al toro a que se pueda mover más fácil y pues creo que todo tiene su sentido. A mí me encantaría que no se mataran, que se indultaran, pero no hay ninguna iniciativa, pues se rompería una tradición milenaria. En Portugal se torean toros y no se matan, también en Estados Unidos también se hace de vez en cuando, y en Ecuador hace unos años se empezó a hacer”.

Opina que todo es cuestión de trabajar con iniciativas nuevas a favor de la vida de estos animales.

Diego en el día a día

El matador se describe a sí mismo como una persona siempre dinámica y apasionado del deporte.

“En las pocas horas que tengo, leo libros, me gusta mucho jugar fútbol, salir a divertirme con mis amigos jugar PlayStation, me encanta hacer muchas cosas, entonces soy una persona muy polifacética que le gusta divertirse, que le gusta pasarla bien, me encanta convivir con mi gente con mis con mis seres cercanos.

“No sé mucho de moda, pero me gusta verme bien, si me pongo algo y me gusta cómo se me ve, me lo voy a poner. En el amor me siento de momento me siento bien. Soy una persona que le gusta ser querido y que le gusta querer, pero pues bueno, de momento quiero más al toro”.

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Dice que lidia con los problemas al igual que lidia a un toro. “La vida no se trata de siempre estar cargando con más y más problemas, mientras más rápido te liberes de los problemas es mejor, porque siempre van a estar llegando, no creo que haya una persona en el mundo que sea feliz y que esté cargando diariamente con más y más problemas”.

Su concepto de la vida es, “creo que es como todo mexicano la fiesta, el divertirse el ser alegre”. Y su concepto de la muerte: “Siempre se intenta afrontar la muerte con todo el respeto y con toda la alegría que se pueda, porque estás celebrando la vida que tuviste, la disfrutaste a tu manera y pues el chiste es que a la hora de tu muerte tener algo que contar para allá a dónde vayas”.