Cada vez más tratamos de aprovechar cada minuto sin pensar en los efectos que pueden causar el estrés diario en nuestra salud y en nuestra vida. Incluso Reed Hastings, jefe ejecutivo de Netflix, dijo hace algunos años que el gran competidor de la plataforma no son otros servicios similares, sino el sueño de los usuarios. La atención y tiempo de cualquiera deben ser distribuidos entre trabajo -con cada vez más responsabilidades acumuladas-, entretenimiento -con opciones que se multiplican todos los días- y vida social -aún limitada por las restricciones de la ‘nueva normalidad’-. Fácilmente se puede salir de control todo esto si no se planean adecuadamente días, semanas y meses.
Sin embargo, este año, la Development Academy realizó una encuesta a empleados de diversas industrias, la cual arrojó que: 82 por ciento de los encuestados no tiene un sistema de administración del tiempo, el resultado es que 28 por ciento sienten que sus pendientes rara vez se encuentran bajo control, lo que les genera aún más estrés.
Por tanto, a pesar de los avances tecnológicos, “es fundamental considerar algunos aspectos básicos de organización de nuestros tiempos y agendas manuales para que una planeación efectiva nos lleve a ser más productivos y, por supuesto, estar más tranquilos en el día a día”, señala María Ibarra, fundadora y CEO de la empresa The Full Planner cuyo lema es la crear herramientas de planeación que convierten los propósitos en metas alcanzables.
Regístrarlo por escrito
Diversos estudios muestran que al escribir a mano y sobre papel ayuda a que el cerebro procese la información que se registra con mayor tranquilidad, apoyando el proceso de comprensión.
Por ello, se recomienda escribir a mano los objetivos y luego detallarlos en acciones a realizar durante el día. Esto brinda la claridad y administración necesarias para ejecutar lo planeado y no olvidar o posponer las tareas. La constancia de estos hábitos es lo que permite una administración óptima del tiempo.
En palabras de Ibarra, “si no nos damos el tiempo y espacio para anotar y reflexionar sobre nuestras actividades y objetivos, se vuelve imposible desenredar los pasos a seguir para llevarlos a cabo productivamente”.
No todo es trabajo
La experta dice que la administración efectiva del tiempo va más allá de lo laboral y no todo se reduce a despachar pendientes hora tras hora. Por el contrario, una vida plena incluye otros aspectos, pero que, si no se contemplan a la hora de organizar una agenda, fácilmente pueden quedar relegadas en el olvido. Muchas de ellas son actividades como pasatiempos o tiempo de descanso y relajación.
Enfocarnos completamente en la productividad laboral trae consigo problemas de improductividad. En la medida que no nos permitamos descansar, disfrutar de lo que nos gusta hacer y estar con familiares y amigos, podemos ayudar a nuestros cuerpos y mentes a florecer plenamente, a estar concentrados, ser productivos y tener mayor claridad de ideas para resolver problemas”.
Dice que para no permitir que el trabajo sofoque estos otros aspectos de la vida, es recomendable anotar y llevar una administración eficiente de actividades, donde se priorice lo importante y se deje espacio para el individuo, así también se le recuerda al cerebro que es inminente disfrutar y descansar.
Buscar apoyo cuando se necesite
En medio del caos diario a veces puede sentirse como una tarea titánica tratar de organizar todo con premura. Sin embargo, se estima que entre 10 y 12 minutos de planeación pueden ahorrar hasta dos horas de tiempo al día. Y no es necesario hacerlo todo solo. Existe una gran variedad de herramientas que ayudan, bajo esquemas de organización ya predispuestos, a estructurar todo lo que se necesite para tener nuestros pendientes bajo control.
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