La cultura wixárika o huichol es una de las más antiguas del país, actualmente difunde sus costumbres, rituales sagrados y creencias a través de piezas de arte creadas bajo técnicas tradicionales, las cuales, han sorprendido al mundo por su originalidad.
Ante esto y con el fin de reconocer y preservar el trabajo de los artistas huicholes, así como acercar la cultura a las nuevas generaciones, nació la Bienal de Arte Huichol México que este año celebra su tercera edición.
Más de 30 obras son exhibidas en el hotel Presidente Intercontinental de la Ciudad de México, mismas que están a la venta para ayudar directamente a las comunidades wixárikas de Durango, Zacatecas, Jalisco y Nayarit.
“Quisimos hacer una iniciativa que además de apoyarlos pueda ser una vía para que promuevan su trabajo y acerquen su cultura a otros mercados y generaciones”, contó Jerónimo Vaquero organizador de la Bienal.
Añadió que los esfuerzos del evento es permanente y ha sido un largo trabajo de años, “nuestro trabajo se centra en apoyar las necesidades de las comunidades wixárikas. Hay que mencionar que en muchas ocasiones la ubicación de estás obras resulta difícil, entonces queremos promoverlas”.
Todas las piezas participantes son evaluadas por expertos del Museo Nacional de Antropología, que otorgan un premio en efectivo a la pieza ganadora.
Entre las piezas de gran talla y estética que se muestran en el lobby del hotel, destacan un jaguar, una familia de mantarrayas del artista José de la Cruz hechas con acero, resina y chaquira de vidrio; así como cuadros y otras esculturas que representan a sus sagrados rituales.
Por su parte, el artista huichol Cilau Valadez, comentó que una característica de las obras también es la mezcla de colores que utilizan, “las obras en pequeño y gran formato, demostraron la maestría de los creativos artesanos en el uso de hilos y chaquiras de colores”.
Además dijo que este tipo piezas son consideras arte y no artesanías, “para las esculturas se emplea cera de abeja natural y chaquira de cristal, son hechas completamente a mano sin ayuda del telar de cintura.
“Se requiere de mucha paciencia y dedicación, hay piezas que tardan hasta seis meses en estar hechas”, abundó.
Aunque las piezas con chaquira se han popularizado, Cilau explicó que sus piezas más representativas son las que están hechas con estambre, “son tablas de estambre que se llaman Nieríka y se realizan pegando cada hilo sobre una base de cera de abeja, sin la ayuda de ningún patrón o guía. Es pegado en cera, no bordado”.
Estas piezas representan la herencia directa de la simbología huichol tradicional y en ellas se plasman las visiones obtenidas en las ceremonias religiosas, aunque cada artista representa los símbolos con su propio estilo.
“El Ojo de los dioses es el símbolo tradicional de los huicholes y es muy importante en las ceremonias para la bendición de los niños, la protección contra el mal de ojo y para la buena suerte”, contó.
Sobre su opinión de este tipo de eventos que apoyan a las comunidades, dijo, “ lo que nos gustó de esta bienal es que el contacto es directo con el artesano, respetan el precio con el que está valuada la pieza y eso es lo que queremos, que de verdad sea justo el pago por el complejo trabajo de ocho horas diarias”.