/ viernes 1 de noviembre de 2024

#SOY / Mole Sartorial: Una pasarela de estilo y gastronomía

Aarón Jiménez, fundador de la consultoría de imagen La Buena Hechura, llevará a cabo la tercera edición de Mole Sartorial, un evento para celebrar con elegancia a la gastronomía mexicana

Si los expertos pudieran ubicar a la gastronomía mexicana dentro de la alta costura internacional, un mole sería un traje de hechura perfecta, elaborado con las lanas más finas; el pozole, dentro de lo más destacado de las colecciones de primavera-verano con sus contrastes de colores, y unas enchiladas norteñas desfilarían ante las cámaras como algo único que competiría con las creaciones de Yves Saint Laurent para otoño-invierno.

En esto coincide el experto en moda Aarón Jiménez, fundador de la consultoría de imagen La Buena Hechura, quien se ha dedicado por tres años a rendir tributo a la cocina mexicana de una manera elegante, como la anfitriona de las galas más importantes donde siempre debe estar presente.

Y bajo esa premisa ha creado el concepto Mole Sartorial, un evento en el que se dan cita los personajes más destacados del ámbito del diseño, artistas plásticos, representantes de la cultura y las artes, entre otros, para celebrar nuestras raíces culinarias como se merecen.

“Se trata de entender la elegancia a la mexicana, así nace este proyecto hace tres años; en términos generales, es una celebración de lo bien hecho en el país y se basa como todas las fiestas mexicanas, en lo más importante: la comida. Al crear este evento yo pensaba en cómo podíamos organizar una celebración que tocara todos los sentidos, y lo que es México”, dice Aaron.

El experto menciona que parte de la intención fue romper con lo tradicional de las fiestas relacionadas con la gastronomía en nuestro país, donde la solemnidad de las premiaciones o las presentaciones de menús exclusivos caen en lo aburrido, sin abarcar otros elementos básicos representativos de la cultura nacional.

Puedes leer: #Soy / Alberto López impone tendencia con la cosmogonía tzotzil de sus diseños

“Con el tiempo me di cuenta de que los eventos eran demasiado solemnes, como muy encajados en una guía, muy a la vieja escuela, entonces decidí hacer este evento único en su tipo, con un montón de cosas que abarcan desde bebidas nacionales, puros, puestas en escena de teatro, representaciones artísticas de danza, una soprano, música tradicional mexicana… todo con la intención de juntar a lo más destacado de la elegancia y el estilo tanto de nuestro país, como del ámbito internacional”.

Se trata de una celebración de lo bien hecho en el país y se basa, como todas las fiestas mexicanas, en lo más importante: la comida

- Aarón Jiménez. Organizador


La cita es este 2 de noviembre, en una casona de estilo porfiriano del Centro Histórico de Ciudad de México, donde iniciará la noche, la cual según el organizador, será muy larga.

“Este año vamos a iniciar en una casona ubicada en el corazón de la ciudad, en el Centro Histórico, la cual perteneció a Porfirio Díaz. Es un espacio que tiene muchos simbolismos sobre la historia de nuestro país. Dentro de ella se encuentra el último mural de Don Alfonso X Peña, (1903-1904) un muralista de la época de oro mexicana, de Rivera y Tamayo. De hecho se pensaba que la obra estaba perdida, y se encontró en esta casa en 1985. Un curador de arte la encontró y la restauró.

“Muy pocas personas van a tener la posibilidad de ver esta obra en vivo. Entonces así abre el evento, donde los curadores de la galería a la que pertenece ahora, nos harán una presentación y descripción sobre ésta”.

El ritual del buen vestir

El canto y el diseño de tradición de los rituales del buen vestir también estarán presentes como parte del preámbulo de este encuentro sartorial.

“Un zapatero colombiano hará en vivo una pátina, que es pintar el zapato a mano con brochas especiales sobre cuero. Después de esto, pasaremos al acto principal, que precisamente es comer el mole, el cual será preparado de manera especial con la receta de Día de Muertos, por Juliana Martínez, una cocinera tradicional otomí, de gran prestigio en nuestro país, quien también es la protagonista de Tzofo, el primer largometraje filmado completamente en lengua otomí, presentado en el 22 Festival Internacional de Cine de Morelia”, describe el organizador.

Agrega que para acompañar este platillo tradicional, no podían faltar las tortillas y que habrá una persona haciéndolas a mano y de maíz azul, como parte de la tradición.

“Todos los comensales invitados nos pararemos a tomar con una tortilla nuestra pieza de carne directo de la olla del mole, porque como es una fiesta nacional, y lo que hagamos debe ser muy a la mexicana y bajo el formato tradicional se suele hacer las cosas muy formal, agarrar con un tenedor la pieza, y esto no sucede aquí, sino que con las tortillas agarras la pieza que más te guste”.

La danza contemporánea también está incluida en el programa. “Una soprano oaxaqueña nos deleitará con una primera canción para después invitar a los a los asistentes a que se nos acompañen en una caminata, porque vamos a salir caminando de la mansión al mítico Salón Tenampa, en Garibaldi, donde va a ser la segunda parte de la celebración; literal 40 personas vestidas sumamente elegantes irán caminando por la calle, mientras una soprano va interpretando canciones de nuestra cultura musical, al llegar, habrá una cena especial amenizada con el tradicional mariachi del lugar”.

El evento, único en su tipo, abarca desde bebidas nacionales hasta puros, teatro, danza y música tradicional mexicana

Aarón comenta que al final de la velada, los invitados recibirán de cortesía, cuatro metros de lanas 360, una denominación de tejido de muy alta gama. “Además, se entregarán tres premios para los tres mejores atuendos de la noche.

“Es un fiesta que empieza a las 15:00 horas y que termina por ahí de la 2:00 de la madrugada. Es una fiesta mexicana, como son nuestras fiestas, o sea larguísimas, de muchas horas.

“Los grupos estarán divididos en dos, en una banda estarán todos los que tienen que ver con los negocios alrededor del tema del buen vestir. O sea que irán empresarios y maestros de oficio que se dedican a la zapatería, además de representantes de la masonería, propietarios de negocios de alimentos, los puros, las bebidas.

“Y la otra banda estará integrada por los invitados que día a día consumen este tipo de productos y que quieren, por un lado, reunirse para ver a estos grandes maestros del hacer mexicano y por otro, compartir y hacer amistades, porque al final, la idea del modelo de proyecto, nació con este objetivo”.

El código de vestimenta será, elegante y en tono verde, ya que, “lo más importante es la buena vibra que se genera en este encuentro, la comida y la vestimenta. El código cambia cada año, pues el primero fue vestimenta en color blanco, el segundo año fue vestimenta de gala, o sea, smoking. Esa es la única regla del evento, que debes de acudir vistiendo o un traje color verde o mínimo un saco de este tono.

“La creatividad y el divertirse con el hecho de vestir, es básico, porque al final, todos los asistentes son personas que disfrutan, viven enaltecen y difunden el hecho de la elegancia de forma divertida, y el hecho también de cambiar de color en la vestimenta ayuda a que se diviertan más”.

La evolución de los códigos de vestimenta

Sobre la evolución de las tendencias hasta nuestros días, el especialista opina que tras un tiempo largo donde predominó la informalidad a causa de la pandemia, la sociedad alrededor del mundo, está regresando a lo elegante, bajo los preceptos correctos del buen vestir.

“Mi manera de ver la moda y el estilo de la vestimenta, es como poner en una balanza dos aspectos importantes: por un lado tienes la comodidad y del otro lado, tienes la dignidad. Entonces, por ejemplo, recordemos que todavía en el siglo XlX y hasta casi todo el siglo XX, la dignidad estaba en primer término junto con la formalidad. En aquel entonces no importaba que uno estuviera incómodo con la intención de presentarse digno en la sociedad. Entrando el siglo XX, esta balanza va cambiando y por ahí de los 60 y 70 cambia completamente y surge un pensamiento más enfocado en la comodidad, que la dignidad y es cuando entra a nuestras vidas la mezclilla, sabiendo que antes era una vestimenta de de la clase obrera”, narra.

Y agrega, “hasta llegar a los años 90 y los 2000, vino esta explosión ideológica de la tecnología en los tejidos metálicos, en los colores brillantes, y como tal, con tecnología de estiramiento de movilidad en las telas, geometría, asimetría etc…, y se impuso hasta el grado de que esta comodidad se convirtió en una necesidad, logrando que la dignidad cada vez fuera menos importante. Hoy en día, a veces vemos gente que sale en pijama a la calle. Yo creo que la pandemia nos ayudó a forzar esta balanza. Sin embargo, considero que está volviendo la reflexión sobre el concepto de la dignidad, y ya empieza a ser otra vez importante”.

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Aarón Jiménez es asesor, investigador y cronista sartorial, fundador de La Buena Hechura, director creativo y consultor asociado en Carrer/LBH, Cofundador grupo AndCo.

Diseñador gráfico de formación, Aarón se dedica actualmente a la dirección creativa de la rama de consultoría en comunicación de La Buena Hechura, enfocándose en la generación de estrategias de comunicación y marca para el impacto en los resultados y la cultura, de marcas de alta gama y lujo, al interior y exterior de las mismas.

Si los expertos pudieran ubicar a la gastronomía mexicana dentro de la alta costura internacional, un mole sería un traje de hechura perfecta, elaborado con las lanas más finas; el pozole, dentro de lo más destacado de las colecciones de primavera-verano con sus contrastes de colores, y unas enchiladas norteñas desfilarían ante las cámaras como algo único que competiría con las creaciones de Yves Saint Laurent para otoño-invierno.

En esto coincide el experto en moda Aarón Jiménez, fundador de la consultoría de imagen La Buena Hechura, quien se ha dedicado por tres años a rendir tributo a la cocina mexicana de una manera elegante, como la anfitriona de las galas más importantes donde siempre debe estar presente.

Y bajo esa premisa ha creado el concepto Mole Sartorial, un evento en el que se dan cita los personajes más destacados del ámbito del diseño, artistas plásticos, representantes de la cultura y las artes, entre otros, para celebrar nuestras raíces culinarias como se merecen.

“Se trata de entender la elegancia a la mexicana, así nace este proyecto hace tres años; en términos generales, es una celebración de lo bien hecho en el país y se basa como todas las fiestas mexicanas, en lo más importante: la comida. Al crear este evento yo pensaba en cómo podíamos organizar una celebración que tocara todos los sentidos, y lo que es México”, dice Aaron.

El experto menciona que parte de la intención fue romper con lo tradicional de las fiestas relacionadas con la gastronomía en nuestro país, donde la solemnidad de las premiaciones o las presentaciones de menús exclusivos caen en lo aburrido, sin abarcar otros elementos básicos representativos de la cultura nacional.

Puedes leer: #Soy / Alberto López impone tendencia con la cosmogonía tzotzil de sus diseños

“Con el tiempo me di cuenta de que los eventos eran demasiado solemnes, como muy encajados en una guía, muy a la vieja escuela, entonces decidí hacer este evento único en su tipo, con un montón de cosas que abarcan desde bebidas nacionales, puros, puestas en escena de teatro, representaciones artísticas de danza, una soprano, música tradicional mexicana… todo con la intención de juntar a lo más destacado de la elegancia y el estilo tanto de nuestro país, como del ámbito internacional”.

Se trata de una celebración de lo bien hecho en el país y se basa, como todas las fiestas mexicanas, en lo más importante: la comida

- Aarón Jiménez. Organizador


La cita es este 2 de noviembre, en una casona de estilo porfiriano del Centro Histórico de Ciudad de México, donde iniciará la noche, la cual según el organizador, será muy larga.

“Este año vamos a iniciar en una casona ubicada en el corazón de la ciudad, en el Centro Histórico, la cual perteneció a Porfirio Díaz. Es un espacio que tiene muchos simbolismos sobre la historia de nuestro país. Dentro de ella se encuentra el último mural de Don Alfonso X Peña, (1903-1904) un muralista de la época de oro mexicana, de Rivera y Tamayo. De hecho se pensaba que la obra estaba perdida, y se encontró en esta casa en 1985. Un curador de arte la encontró y la restauró.

“Muy pocas personas van a tener la posibilidad de ver esta obra en vivo. Entonces así abre el evento, donde los curadores de la galería a la que pertenece ahora, nos harán una presentación y descripción sobre ésta”.

El ritual del buen vestir

El canto y el diseño de tradición de los rituales del buen vestir también estarán presentes como parte del preámbulo de este encuentro sartorial.

“Un zapatero colombiano hará en vivo una pátina, que es pintar el zapato a mano con brochas especiales sobre cuero. Después de esto, pasaremos al acto principal, que precisamente es comer el mole, el cual será preparado de manera especial con la receta de Día de Muertos, por Juliana Martínez, una cocinera tradicional otomí, de gran prestigio en nuestro país, quien también es la protagonista de Tzofo, el primer largometraje filmado completamente en lengua otomí, presentado en el 22 Festival Internacional de Cine de Morelia”, describe el organizador.

Agrega que para acompañar este platillo tradicional, no podían faltar las tortillas y que habrá una persona haciéndolas a mano y de maíz azul, como parte de la tradición.

“Todos los comensales invitados nos pararemos a tomar con una tortilla nuestra pieza de carne directo de la olla del mole, porque como es una fiesta nacional, y lo que hagamos debe ser muy a la mexicana y bajo el formato tradicional se suele hacer las cosas muy formal, agarrar con un tenedor la pieza, y esto no sucede aquí, sino que con las tortillas agarras la pieza que más te guste”.

La danza contemporánea también está incluida en el programa. “Una soprano oaxaqueña nos deleitará con una primera canción para después invitar a los a los asistentes a que se nos acompañen en una caminata, porque vamos a salir caminando de la mansión al mítico Salón Tenampa, en Garibaldi, donde va a ser la segunda parte de la celebración; literal 40 personas vestidas sumamente elegantes irán caminando por la calle, mientras una soprano va interpretando canciones de nuestra cultura musical, al llegar, habrá una cena especial amenizada con el tradicional mariachi del lugar”.

El evento, único en su tipo, abarca desde bebidas nacionales hasta puros, teatro, danza y música tradicional mexicana

Aarón comenta que al final de la velada, los invitados recibirán de cortesía, cuatro metros de lanas 360, una denominación de tejido de muy alta gama. “Además, se entregarán tres premios para los tres mejores atuendos de la noche.

“Es un fiesta que empieza a las 15:00 horas y que termina por ahí de la 2:00 de la madrugada. Es una fiesta mexicana, como son nuestras fiestas, o sea larguísimas, de muchas horas.

“Los grupos estarán divididos en dos, en una banda estarán todos los que tienen que ver con los negocios alrededor del tema del buen vestir. O sea que irán empresarios y maestros de oficio que se dedican a la zapatería, además de representantes de la masonería, propietarios de negocios de alimentos, los puros, las bebidas.

“Y la otra banda estará integrada por los invitados que día a día consumen este tipo de productos y que quieren, por un lado, reunirse para ver a estos grandes maestros del hacer mexicano y por otro, compartir y hacer amistades, porque al final, la idea del modelo de proyecto, nació con este objetivo”.

El código de vestimenta será, elegante y en tono verde, ya que, “lo más importante es la buena vibra que se genera en este encuentro, la comida y la vestimenta. El código cambia cada año, pues el primero fue vestimenta en color blanco, el segundo año fue vestimenta de gala, o sea, smoking. Esa es la única regla del evento, que debes de acudir vistiendo o un traje color verde o mínimo un saco de este tono.

“La creatividad y el divertirse con el hecho de vestir, es básico, porque al final, todos los asistentes son personas que disfrutan, viven enaltecen y difunden el hecho de la elegancia de forma divertida, y el hecho también de cambiar de color en la vestimenta ayuda a que se diviertan más”.

La evolución de los códigos de vestimenta

Sobre la evolución de las tendencias hasta nuestros días, el especialista opina que tras un tiempo largo donde predominó la informalidad a causa de la pandemia, la sociedad alrededor del mundo, está regresando a lo elegante, bajo los preceptos correctos del buen vestir.

“Mi manera de ver la moda y el estilo de la vestimenta, es como poner en una balanza dos aspectos importantes: por un lado tienes la comodidad y del otro lado, tienes la dignidad. Entonces, por ejemplo, recordemos que todavía en el siglo XlX y hasta casi todo el siglo XX, la dignidad estaba en primer término junto con la formalidad. En aquel entonces no importaba que uno estuviera incómodo con la intención de presentarse digno en la sociedad. Entrando el siglo XX, esta balanza va cambiando y por ahí de los 60 y 70 cambia completamente y surge un pensamiento más enfocado en la comodidad, que la dignidad y es cuando entra a nuestras vidas la mezclilla, sabiendo que antes era una vestimenta de de la clase obrera”, narra.

Y agrega, “hasta llegar a los años 90 y los 2000, vino esta explosión ideológica de la tecnología en los tejidos metálicos, en los colores brillantes, y como tal, con tecnología de estiramiento de movilidad en las telas, geometría, asimetría etc…, y se impuso hasta el grado de que esta comodidad se convirtió en una necesidad, logrando que la dignidad cada vez fuera menos importante. Hoy en día, a veces vemos gente que sale en pijama a la calle. Yo creo que la pandemia nos ayudó a forzar esta balanza. Sin embargo, considero que está volviendo la reflexión sobre el concepto de la dignidad, y ya empieza a ser otra vez importante”.

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Aarón Jiménez es asesor, investigador y cronista sartorial, fundador de La Buena Hechura, director creativo y consultor asociado en Carrer/LBH, Cofundador grupo AndCo.

Diseñador gráfico de formación, Aarón se dedica actualmente a la dirección creativa de la rama de consultoría en comunicación de La Buena Hechura, enfocándose en la generación de estrategias de comunicación y marca para el impacto en los resultados y la cultura, de marcas de alta gama y lujo, al interior y exterior de las mismas.

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